CAPITULO 8

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Ese día Remus se encontraba ansioso, era luna llena, ya había pasado un mes desde que Rose se había dado cuenta de su condición, el castaño agradecía demasido el apoyo brindado por la pelirroja

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Ese día Remus se encontraba ansioso, era luna llena, ya había pasado un mes desde que Rose se había dado cuenta de su condición, el castaño agradecía demasido el apoyo brindado por la pelirroja. Jamás esperó que ella aceptara su problema, ese día al despertar en la enfermería y ver a la Lestrange junto a él estaba listo para verla irse de su vida, o eso creía él, porque muy en el fondo no quería que ella se alejara, para su buena suerte, aquello no pasó.

—¿A dónde crees que vas Remus? —preguntó Sirius —¿No irás al banquete? 

—Tengo cosas que hacer —dijo el castaño.

—¡Pero es Halloween! —exclamó el pelinegro —Rose, dile algo.

—Lo lamento Sirius, pero Remus dijo que me ayudaría con encantamientos.

El Black enarcó una ceja.

—¿Ayuda en encantamientos? Debe ser una broma, eres la mejor bruja de nuestra casa. Y según recuerdo estamos en la misma clase, y no parecías tener ningún problema hoy.

Remus estaba empezando a ponerse nervioso, su amigo hacía muchas preguntas. Al de ojos chocolate ya se le estaban acabando las excusas para ausentarse cada luna llena, los chicos ya no parecían creerle.

—Eso es porque llegaron tarde a la clase, el profesor Flitwick enseñó un encantamiento al inicio y no me salió muy bien, así que Remus prometió ayudarme.

—¿Así que no irán al banquete? —preguntó Peter con su voz chillona.

Ambos negaron.

—Tal vez vaya por algo para comer mientras estudiamos —Rose se levantó y alisó su uniforme —iré por mis apuntes.

—Rose.

—¿Si, James? 

—¿Eso significa que tu lugar en la mesa de Gryffindor estará vacío esta noche? 

Rose asintió.

—¡Cielos! La pobre Lily de seguró se sentirá muy sola —dramatizó el miope —Si tan solo alguien la acompañara en la cena.

—Tal vez Snape lo haga, no lo sé, iré a preguntarle —anunció subiendo las escaleras. Claro que había entendido lo que James intentaba decirle.

—¡Me refiero a que me sentaré en tu lugar! —gritó James —¡Así no notará tu ausencia!

—Gracias James, eres nuestro heroe —ironizó la pelirroja.

Rosalyn era una gran complice, y tenía creatividad en cuanto a las excusas, al menos esa luna llena tenía un argumento para desaparecer hasta el día siguiente.

Los chicos se despidieron de su amigo, James los llevó a rastras hasta el Gran Comedor, Lily Evans de seguro ya se encontraba en la mesa y él debía de tomar el asiento a su lado, que siempre era ocupado por Rose.

ACENDRADO - REMUS LUPINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora