CAPITULO 9

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Era la última noche en el castillo, el segundo año ya había finalizado, y al igual que el curso anterior, Rosalyn tuvo altas calificaciones

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Era la última noche en el castillo, el segundo año ya había finalizado, y al igual que el curso anterior, Rosalyn tuvo altas calificaciones. Ahora mismo se encontraba en su dormitorio con sus compañeros, a Marlene se el ocurrió hacer una pijamada, invitó a Dorcas Meadowes y a Dess, algunos alumnos de Gryffindor miraron con desprecio a la Ravenclaw y a la Slytherin, pero ninguna le prestó atención.

—¿Todo en orden? —preguntó con timidez Mary a Dess al verla sumida en sus pensamientos, haciendo reaccionar a la azabache, que parpadeó varias veces.

—Es solo estrés por la boda.

Últimamente Dess era frecuentada por una lechuza de su madre atormentandola con temas relacionados con la boda.

—No deberías de pensar tanto en eso —recomendó Marlenne —Puede que se lleven bien.

—Si claro, porque Bellatrix es un encanto de mujer —ironizó la pelinegra.

Lily trenzaba el cabello de Rosalyn, la Lestrange le había contado a su mejor amiga acerca de su familia, por que la Evans entendía lo que sucedía. 

—¿Y cuando será la boda?

—¿Podemos dejar de hablar de la boda? —sugirió Dess cansada —Ya tengo suficiente con mi madre recordandomelo cada vez que puede.

—¡Marlene! —chilló Dorcas, la rubia había lanzado una almohada a su dirección —¡Vuelve aquí! 

Las dos amigas se perseguían por toda la habitación lanzandose almohadas, a lo que las demás se unieron.

—¡Lily! —gritó Dess lanzando una de las almohadas a la pelirroja que pudo esquivarla a tiempo —Buenos reflejos —halagó la pelinegra.

—De algo sirve tener una hermana mayor que pelee todo el tiempo contigo.

—¿A ti lanzan almohadas? —preguntó Dess —Mis hermanos me lanzan maldiciones cuando se enojan.

—Casi sonaste como Sirius —se burló Marlene recuperando el aire.

—¡No te atrevas a compararme con él! 

Lily rió al ver la expresión de Desdémona.

—¿Te diviertes Lily-flor? 

Ahora fue el turno de Lily para cambiar su expresión por una de desagrado.

Después de su pequeña guerra de almohadas que por cierto terminaron ganando Marlene y Dorcas, pasaron el resto de la noche comiendo dulces que Mary y Rose trajeron de las cocinas a escondidas.

—¿Creen que es seguro ir a casa? —preguntó entonces Mary.

—Mis padres dicen que hay que tener cuidado, no sé mucho del tema pero, creen que por ahora todo se encuentra bien —tranquilizó Marlene a Mary —Rose, tu madre trabaja en el Ministerio de Magia ¿Ella sabe algo?

ACENDRADO - REMUS LUPINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora