CAPITULO 23

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En la casa de los Lestrange, una pelirroja se encontraba ordenando su habitación, que estaba inundada por una canción de The Beatles, recomendada por supuesto, por Sirius que había desarrollado una interesante afición a estos.

—Ese es bonito —dijo una Genevieve Lestrange recostada en el marco de la puerta admirando a su hija con una sonrisa —Puedes llevar ese abrigo que te regaló tu padre antes de ir a Hogwarts.

Rosalyn contempló el vestido que acababa de dejar en su cama. 

—¿Estás segura? —preguntó no muy convencida —la idea de llevar pantalones no me desagrada en lo absoluto.

—De esta casa no sales usando pantalones para tu primera cita con Remus —advirtió la mujer, ella se había emocionado igual o incluso más que Rose al enterarse —Tienes tres horas antes de que pase por ti —recordó la pelirroja —Aún recuerdo la primera vez que salí con tu padre, estaba tan nerviosa, pero entonces recordé un regalo de mi abuela así que lo llevé conmigo, creo que me dio suerte. Por eso te lo prestaré, pero no vas a necesitarla.

Genevieve solo hablaba a menudo de su ya fallecida abuela, Rosalie Prewett. Una fotografía de la mujer reposaba en uno de los salones de la casa junto a una pequeña Genevieve y un niño menor que ella, su tío, el hermano menor de su madre. La matriarca entregó a su hija un delicado collar con un dije en forma de corazón. 

—Max también lo llevó en su primera cita con Ed, su efectividad es garantizada —añadió haciendo reír a la chica.

Genevieve había sido una gran aliada para Rosalyn desde que comenzó a sentir algo por Remus, incluso solía molestarla con ayuda de Lily.

—Mamá, ¿Crees que no estamos arriesgando nuestra amistad con esto?

La mujer sonrió y besó la frente de su hija con ternura.

—De ninguna manera, ustedes dos han estado perdidos el uno por el otro, en realidad esto es un avance. Pero, deberían de prometerse que sin importar lo que pase siempre pondrán su amistad por encima de todo. Tú tranquila, todo saldrá bien, ya verás.

—¿Y si sólo es que quiero demasiado a mi mejor amigo y estoy confundiendo las cosas?

Su madre la miró con tanta compasión en ese momento y Rosalyn no pudo sentirse más patética, Maxine ya le había prometido que la próxima vez que la escuchara dudar de sus sentimientos le iba a lanzar el maleficio de los mocomurciélagos.

—Oh cariño, deberías reconocer que te has enamorado; y eso no tiene nada de malo, es uno de los mejores sentimientos que existen, ambas sabemos que no ves a Remus como un simple amigo desde hace mucho y por fin los dos han dejado de ser tan tontos como para hacerse los ciegos acerca de lo que sienten. Disfruta este momento. Pero lleva el collar o de lo contrario el fantasma de tu bisabuela va a perseguirte hasta el final de los días.

ACENDRADO - REMUS LUPINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora