19. Eres mi favorita

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Vanessa

La cita con la ginecóloga, alías mi tía Rebecca, fue memorable y chistosa. No tenía ni idea de cuanta mala suerte poseía hasta ese día.

Después de que mamá me encontró en los sanitarios decidió que lo mejor era esperar hasta el día posterior para hacerme el ultrasonido. Afortunadamente todo salió bien, mi tía solo encontró poquitos quistes en mi ovario derecho, por lo cual me recetó anticonceptivos para intentar desvanecerlos, además que me puso a dieta.

Así que aquí estoy, en mi habitación, viendo la cajita rosa de pastillas que tiene veintiocho. Veintiún de color rosa y siete blancas. Rebecca me dijo que debo tomar una diaria y en cuanto me las termine debo iniciar con la siguiente caja procurando que la administración sea a la misma hora para evitar desgracias.

Ahora, las pastillas no son el problema, sino la dieta. ¿En qué momento se supone que comeré sano si me la paso estudiando y trabajando? Además, no solo es eso de comer, sino de ejercitarme. De solo pensar que debo ir al gimnasio me da flojera.

—¿Ya tienes todo listo para tu viaje, Nessy? —me pregunta Alí, entrando a mi habitación y sentándose a mi lado. Revuelvo su hermoso cabello chino y le doy un beso en la sien.

—Así es, todo está ya listo, mi brócoli.

Alí resopla y toma mi mano entre las suyas lo cual me alarma haciéndome fruncir el entrecejo. Sus bonitos ojos miel me observan con tal intensidad que una opresión fea aparece en mi pecho recodándome lo que Bratt Foster nos contó aquel día en la casa de Kevin.

—Sé que no debería decirte cosas que puedan arruinar tu viaje, pero si lo callo voy a pudrirme —espeta con seriedad, alimentando mi preocupación—. No me agrada la idea de este viaje, Nessy. ¡Ni siquiera conoces al tipejo! ¿Qué tal si es un psicópata que desea secuestrarte para venderte en la Deep web?

¿Qué? ¿En serio él ha dicho eso? Raramente la opresión en mi pecho disminuye ya que no es nada relacionado con James, sino con el guitarrista de bonitos ojos grises.

—Adrik no luce como ese tipo de hombres, Alí. Si hubiera querido dañarme ya me habría hecho algo, ¿no crees?

—Los psicópatas son encantadores, Nessy —me gruñe, poniéndose de pie y caminando en círculos—. Te seducen con su encanto y luego, ¡zas! Encuentran tu cadáver a las afueras de la ciudad rodeada de sangre.

—Creo que miras muchos programas sobre el crimen...

—¡Se llaman documentales! —grita, sus facciones oscureciéndose. Mi corazón se exalta porque jamás lo había visto así—. Y sí, miro muchos. Y justo porque tengo la teoría es que te digo esto. No quiero que nada te pase. ¡Eres mi hermana y mejor amiga! ¡¿Qué diablos haré si algo te pasa?!

—Nada me va a pasar, Alí. Todo estará bien.

—¡Eres muy ingenua! ¡Despierta! Aun estás a tiempo de evitar una tragedia.

Tenso la mandíbula y aprieto las manos en puños porque ya no me está gustando el rumbo de esta conversación.

—No soy ingenua, Alíaksei —lo enfrento, llamándolo por su nombre completo y eso lo horroriza porque nunca había hecho eso—. Por favor tranquilízate, ¿quieres? Adrik es un buen hombre que nunca se atrevería a lastimarme. ¿Y sabes qué? Necesito irme, me está esperando en la sala.

Dejo la cama, voy hacia mi maleta para tomarla y paso a un lado de él, pero su mano agarrar mi brazo para girarme con brusquedad me alarma. Noto la ansiedad y preocupación en sus facciones, eso por instantes me aprieta el corazón porque, ¿qué tal si está actuando así porque James le hizo algo y él no quiere decírmelo? El mero pensamiento de eso me hiela la sangre avivándome aquel dolor en mi pecho.

La favorita del guitarristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora