14. Hacer de Los Ángeles mi hogar

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Vanessa

Cuando mamá llega por mí siento mis ojos tan pesados que lo único que quiero es dormir y perderme en un mundo lejano para no tener que pensar con exageración las cosas.

Haberme enterado de que James es un criminal me tiene mal porque ahora menos que nunca puedo decírselo a mi hermano incluso cuando había considerado hacerlo. Como dijo Kevin, primero debo hablarlo con el agente del FBI porque esto es algo que no debe tomarse a la ligera. No obstante, no sé qué haré cuando lo tenga frente a mí. Es un asesino, un maldito loco que ahora está en nuestras vidas y eso no me gusta.

Mientras avanzamos por la solitaria carretera, observo mi celular y decido responder los mensajes de Frida para distraerme. De seguro ha de estas preocupada porque no me he reportado con ella desde el día que le dije sobre mi cita con Adrik.

Ness: Estoy bien Fri. Solo un poco (mucho) exhausta por el trabajo☹

Frida: ¡El señor oso escuchó mis plegarias!

Frida: Me tenías preocupada Osbu ☹ Pero hoy no te haré dramas ni cuestionaré sobre la cita que tuviste, mejor descansa para que vengas con toda la actitud. Recuerda que tenemos clase extra de matemáticas a las siete.

Ruedo los ojos ante lo que leo. ¡Es sábado! ¿Quién diablos da clases los sábados? Ah sí, ese viejo de mierda. Como odio esa materia, como odio a ese profesor. Pero ni que hacerle, aún me quedan meses para graduarme del colegio y debo darlo todo por todo si es que deseo obtener una beca para alguna de las licenciaturas que tengo en mente.

Tal vez opte por fisioterapia, se escucha como una carrera sencilla y, aunque no me gusta nada lo relacionado con el campo de la salud, es lo que más dinero deja. Además, eso sí puedo pagármelo sin necesidad de pedirle nada a mi hermano incluso cuando él ha dicho que puede costearme la carrera de mis sueños. Tomarle la palabra es abusar de él porque, para empezar, el solo moverte de continente cuesta un dineral, a eso súmale que debo contratar profesores para que me enseñen francés y luego, cuando medio domine el idioma, tengo que registrarme en la academia de mis sueños para así iniciar con la licenciatura. Obviamente eso es mucho dinero y muchos años, algo que no puedo desperdiciar pues ambos son valiosos. Así que no me queda más que seguir con mi plan y ya está.

Suelto un resoplido lleno de cansancio y tristeza, de rabia y exasperación.

Llegamos a casa faltando poco para las dos de la mañana. Mamá me dice que ingrese a la casa, que ella estará un rato aquí en su auto porque va a discutir unas cosas con James, persona que ni noté venía dentro del auto pues se limitó, milagrosamente, a estar en completo silencio, observando, analizando y no interrumpir mi momento de paz.

Con el corazón en la boca por dejar a mamá con ese hombre, ingreso a la casa, no obstante, por el pequeño agujerito de la puerta miro hacia el auto donde veo que ambos bajan para recargarse sobre el capó. Platican de algo que ojalá pudiese entender, pero lo cierto es que no debe ser agradable porque el rostro de mamá se nota muy tenso.

Aprieto las manos en puños cuando veo que él se le pone al frente para mirarla de una forma que no me gusta ya que no muestra expresión alguna. Él le toca la mejilla y entonces la besa con furia, con una abrumadora necesidad que me deja en shock porque mamá le corresponde dejándose llevar por esa avalancha de lujuria. Las manos de ese asesino recorren la cintura de mi progenitora hasta llevarla a sus glúteos y entonces la pega a su cuerpo, pero mamá le da un empujón y niega, algo que no le gusta al supuesto exmilitar ya que tensa la mandíbula. Mamá baja la cabeza, niega y se encamina a la casa.

Apresuradamente corro a mi habitación y cierro despacio mi puerta pegando mi espalda a la madera. Entonces agudizo el oído, escuchando sus voces en el pasillo pues la habitación de mamá está a un lado de la mía.

La favorita del guitarristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora