Iniciamos el maratón 1/4
No olviden dejar sus comentarios :D
Vanessa
El viaje por barco es espléndido; un señor algo mayor nos va explicando a todos los pasajeros la historia de cómo se fundó la ciudad y cómo es que empezaron con estos cortos viajes para conocerla. Yo estoy embelesada, la brisa fresca, gracias al mar, me está relajando como no pensé. Cierro los ojos y respiro hondo este aire tan puro. Aferro mis manos al barandal y agudizo mi oído. Escucho gaviotas cantar, personas platicar, el sonido del barco y una dulce melodía que nos obsequian la pequeña orquesta que nos acompaña.
Adrik fue dentro del barco a atender una llamada de su manager hace poco más de veinte minutos. Supongo que era algo importante porque en cuanto vio de quién se trataba en la pantalla del teléfono, literalmente se fue corriendo asustado. No me enoja estar sola sin conocer a nadie, de hecho, puedo tener este momento para mí sola y reflexionar sobre lo que hicimos.
Si bien no fue lo que esperé para una segunda vez, es decir, derretirme de placer sin dolor y pedir que me follara más duro, fue mucho más de lo que alguna vez imaginé sucedería con un hombre. De hecho, cuando era más pequeña solía sufrir de obesidad, por lo cual los chicos en mi instituto se burlaban de mí e insultaban tan feo que siempre terminaba llorando bajo un árbol. Entonces conocí a Frida y mi vida se vio menos triste. Ella, a pesar de ser delgada y popular, prefería pasar tiempo conmigo y sacarme sonrisas en vez de estar con las chicas fresas. Obvio al principio dudé porque, ¿quién querría estar con la gorda del salón? Pero conforme pasaba el tiempo me di cuenta que a ella realmente le valía un kilo de rábanos y zanahorias lo que pensaran de ella. Aprendí que soy bonita a mi manera, pero que necesitaba velar por mi salud y cuidarme un poco para no enfermar de cosas más graves. Así que con su compañía asistimos al gimnasio, a las actividades escolares y a maratones que hacían en la ciudad. Fui bajando de peso, no mucho, pero si para notar más mi cintura y cuello y tonificar ciertas partes también.
Entonces, un día que fuimos a la fiesta del chico más popular del colegio, estuve a punto de tener sexo con uno de sus amigos, pero este, al verme alzar un poco la blusa, al percatarse de las estrías que decoran mi abdomen, decidió burlarse y herirme con sus palabras. Dijo que jamás nadie sentiría deseo de estar con una vaca como yo, que esas marcas que tenía en mi piel me hacían lucir asquerosa, poco atractiva, que el hombre que se animara a tocarme debía estar loco o drogado. En serio que quise morirme ese día. Recuerdo perfecto haber llegado a casa corriendo, temblando como una hoja, mamá no sabía qué hacer para tranquilizarme y Diego solo tenía sed de venganza, quería ir a golpear a ese idiota que me hirió y quebrarle un par de huesos porque para él, lastimar a su familia significa un pase directo al infierno.
Así como es de dulce, es vengativo.
Por eso cuando conocí a Adrik y vi que mostraba interés en mí no me dejé amedrentar, no permití que mis situaciones del pasado se interpusieran en mi presente. A él le gusto así, con mis kilos de más, con mi grasita aquí y allá, ¿y lo mejor? No le dio asco tocarme o verme desnuda, no le da asco besarme, abrazarme o salir conmigo en público incluso cuando él es una imagen importante en el mundo de la música.
Adrik me ve por quien soy, no por las cicatrices que portan mi cuerpo, y eso me hace admirarlo, incluso quererlo.
Unos brazos largos y fornidos colarse por mis caderas me hacen pegar un respingo. Giro, atolondrada, y veo que se trata de él. Me lanzo sobre su pecho y lo abrazo aliviada. Dejo un beso en su pectoral.
—Te estaba buscando, Ness. Por un momento pensé que me habías abandonado —murmura contra mi cabello y acaricia mi espalda.
—Esos eran mis planes, pero no sé nadar —digo bromista y él ríe. Cielos... en serio amo que él sea así de bueno conmigo. Me siento tan a gusto a su lado.
ESTÁS LEYENDO
La favorita del guitarrista
ChickLit*Sinopsis detallada en el interior. *Libro apto para mayores de 18 años. Cuando lo "conocí" en aquel H-E-B yo solo quería una cosa de él: su playera rosa. Estaba tan desesperada por encontrar una que poco me importó seguir al primer desconocido que...