Vanessa
—¿Y tus papás, Jass? Nunca has hablado de ellos.
Mi amigo se tensa y deja el libro que lee, a un lado.
—Ellos... Ellos son unas personas muy ocupadas, nena.
—¿Y eso que tiene que ver? —ladeo mi cabeza y frunzo el ceño.
—Tiene todo que ver —resopla y muerde su labio inferior—. Casi no están en casa, a consecuencia de eso no los veo tanto.
—¿Y los extrañas?
—La verdad no —se ríe—. No los extraño ni un poco. ¿Tú extrañas a los tuyos cuando no los ves?
—¡Por supuesto! Amo tanto a mis papás.
Jassiel me da una triste sonrisa y algo en cómo su mirada se opaca me hace ir a él para abrazarlo. Sus grandes brazos se enrollan en mi cintura a la par que termino sentada encima de su regazo el cual está firme, grande y cómodo.
—Ojalá yo amara a los míos tanto como tú lo haces, nena.
—Bueno, no importa —bufo y me recargo contra su pecho—. El amor que siento por ti es más grande que el de tus padres y mis padres juntos.
Jassiel ríe y me besa la sien mientras enjaula mi cintura para pegarme más a él.
⋙════ ⋆★⋆ ════ ⋘
—No quiero sonar entrometida, pero ¿y tú familia? No me has contado nada de ellos Adrik.
Muerdo mi labio inferior ante mi pregunta. Mi novio detiene el carrito del supermercado a unos pasos de mí. Mis padres ya desaparecieron de mi vista.
—Ya conoces a Akiva y Akira. Además, te conté que tengo una hermana menor —es lo que dice con voz dura, su mandíbula algo tensa.
—Eso lo sé, pero me refiero a tu madre y padre.
Adrik pasa una mano por su cabello ondulado y suspira.
—Mira, nena —me enfrenta, sus ojos grises flameando en algo que reconozco como enojo. Mucho enojo—. Mi intención no es sonar grosero contigo, pero hablar de ellos no me enorgullece, ¿vale? Es complicado y lo complicado no me va. Pero prometo decirte algún día cuando me sienta listo.
Asiento, no muy convencida y algo dolida por el tono golpeado que ha usado conmigo.
Últimamente cuando quiero preguntarle de su vida personal fuera de A7 me evade y usa ese tonito alzado que me provoca temor, es como si no quisiera que lo conociera en totalidad y eso me entristece un poco.
Él convive con mi familia, se está enterando de cosas que nadie nunca ha sabido, y yo, ¿qué sé? Solo que esos pelirrojos son sus hermanos, que tiene una hermana menor a la cual no he conocido ni en fotos, que toca la guitarra eléctrica en una banda y que nació en Tamaulipas. Eso no me dice mucho de su pasado.
Sé que no debo entrometerme donde no me llaman, pero no me parece justo que guarde secretos cuando he sido muy abierta de mis sentimientos hacia él. Me hace sentir un poquito insegura, es como si todo esto fuera una fantasía, nada real, algo unilateral incluso cuando nos hemos dicho esas palabras cargadas de amor y verdades. O lo que yo espero sean verdades y no mentiras para tenerme como desea: rendida a sus pies. Pero bueno, ya se dará el momento de conocer quién es realmente Adrik Santana y solo ruego no salir con un corazón roto. No soportaría saber que toda su fachada de hombre bueno ha sido un maquiavélico plan para llevarse a la desconocida roba playeras a la cama. Eso... Eso me fragmentaría. Él no puede ser alguien malo, ¿verdad?
Aunque, ahora que lo pienso, he estado tan metida en vivir mi romance que nunca reparé a pensar en estas cosas pequeñas. ¿Cómo es que alguien oculta tanto tiempo a su familia? ¿Cómo se hace siquiera eso? Si conocí a sus hermanos fue de milagro, sobre todo porque pertenecen a A7, pero estoy segura que si no fueran parte de la banda yo ni me entero que Adrik no es hijo único. Todo esto es confuso, me hace pensar de más y no quiero dudar, no de él, no cuando hemos llegado a este nivel de... ¿De qué? ¡Si ni siquiera hay confianza! Al menos no de él hacia mí.
Siempre soy yo mostrando cosas de mi vida, siempre soy yo la que se muestra tal cual es. He sido yo la que permitió que él entrara a mi vida así, sin más. No le puse barreras, no le puse misterios, no le oculté que tenía hermanos o padres. Solo... fui honesta.
¿Eso me hace, de algún modo, ser una tonta? ¿Debí proteger más a mi familia, mis gustos? ¿Debí soltar mi pasado a la par que él? Es decir, si tú me dices algo, yo te digo algo equivalente. ¿Es así como funcionan las relaciones? ¿O solo estoy haciendo una tormenta en un vaso de agua? No. No es una tormenta innecesaria. Las tormentas siempre se forman por algo, siempre hay un factor que las desencadena. Recuerdo que una vez Diego me platicó que Emery no quería contarle mucho de su pasado y eso le pareció raro pues ella hacía cosas y ocultaba cosas que lo ponía a pensar. Por mucho tiempo se cuestionó si ella realmente era quien decía ser o si solo estaba inventándose una vida semi perfecta para no causar lástima. Conforme pasaba el tiempo él fue teniendo trozos de lo que era esa mujer y no fue hasta que se enteró que ella tenía hijos, que era divorciada y que cargaba con un pasado turbio, que entendió lo irracional que fue al enojarse por algo que ella simplemente no deseaba compartirle. Y eso me lleva a mi siguiente pregunta: ¿Será que por eso Adrik no quiere hablar de su familia? ¿Tendrá un pasado desagradable que prefiere mantener enterrado antes de revelarlo al mundo? ¿Tengo derecho a enojarme y sentirme herida porque no me tiene confianza en ese aspecto? Pues sí, sí que tengo derecho de sentirme así, más no tengo derecho de dirigir ese enojo hacía él.
Tengo permitido sentirme herida, pero también debo ser consciente de que es su vida, su pasado, su decisión si desea o no compartirla conmigo. Al final de cuentas él no me presionó para que yo le entregara una llave a las puertas de mi vida y familia.
Parpadeo continuas veces y noto que Adrik está mirando a cierto punto de la tienda con una expresión entre melancolía, enojo e impotencia. Es una mezcla muy fuerte que me hace, finalmente, resoplar y ser racional.
—Vale, te comprendo y respeto. —Eso llama su atención pues se gira para encararme. Le regalo una sonrisa y alzo una de mis manos a la altura de mi hombro como una señal de paz o rendición—. Prometo no hostigarte con esto a menos que seas tú quien decida hablar primero.
—Muchas gracias, nena.
—No hay de qué —le guiño el ojo—. Mejor ven, hay que buscar el relleno del pavo y algunas frituras para merendar. —Es mi última palabra antes de caminar delante de él. Escucho el carrito del supermercado seguirme.
—Cariño, ven por favor —dice mamá captando mi atención. Me acerco hasta ella con las manos detrás de mi espalda.
—¿Qué pasa, mami?
—Estoy teniendo algo de dificultad al elegir las manzanas. Tu padre dice que quiere verdes para el postre, pero yo le digo que son muy ácidas. ¿Qué opinas? ¿Compramos rojas o verdes?
Mamá sostiene ambas manzanas, cada una en una mano.
Tuerzo mis labios para pensarlo.
—¿Es el postre con lechera y nuez?
—Así es.
—Entonces las verdes, mami. Sabe mejor con esas.
—¡Ves! Te lo dije, mi reina. Las verdes saben mejor —replica papá, divertido. Mamá le rueda los ojos en completo hastío fingido y comienza a embolsar las manzanas verdes.
—Siempre se ponen en mi contra —murmura en un puchero. Papá se acerca a ella y la abraza por detrás. Mamá pega un respingo y cambia de color cuando siente que presionan unos labios en su cuello.
—Nunca te daré la contra, mi Beatriz hermosa. Pero debes entender que las verdes saben más ricas en ese estupendo postre que haces. Prometo ayudarte a picarlas.
Esto, justamente esto quiero en un futuro: estar casada con el hombre de mi vida y que me ame a pesar de los años y distancia. Alguien que me dé seguridad, confianza y que a pesar de las pequeñas diferencias siga a mi lado, apoyándome.
¿Podré algún día tener eso?

ESTÁS LEYENDO
La favorita del guitarrista
Chick-Lit*Sinopsis detallada en el interior. *Libro apto para mayores de 18 años. Cuando lo "conocí" en aquel H-E-B yo solo quería una cosa de él: su playera rosa. Estaba tan desesperada por encontrar una que poco me importó seguir al primer desconocido que...