9. Bass

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Desperté en una cama, esta tiene unas sábanas blancas y es grande, a lado hay una ventana igual de grande, me deja ver el cielo anaranjado.

El cuarto es grande, con una mesa enfrente y un sillón al lado de ella, hay un ropero de color marrón.

No encuentro mi arco y la libreta; al salir de la cama me dirijo a la venta, el dolor de mi pie ya no es muy fuerte pero si siento un hormigueo cada vez que camino sobre él.

Quiero escapar de aquí, saltaría de la ventana pero ni siquiera hay en donde pueda apoyarme, es una pared lisa y no podré treparme en ella al mismo tiempo que es demasiado alto, muy alto.

Endeavor dijo que los de Tezuma acababan de robarle la corona hace una semana—cuando yo estaba en un profundo sueño— y que requerían mi apoyo.

No quiero participar en una guerra. Dos personas importantes se fueron de mi vida a causa de eso.

Bakugo me dijo que no volviera y parece como si le estuviera retando al volver aquí. Aunque no pensaba venir, puedo decirle que sólo fue un error...

"Caí en un lugar y puff llegué aquí"

"Felino me hipnotizó con sus grandes ojos"

"Soy algo sonámbula y caminé hasta aquí"

"La llave me habló y me amenazo para que entrara".

Todas esas excusas son inútiles.

Ya no me quedan opciones. Si antes planeaba asesinarme, hoy con gusto lo hará sin pensarlo.

Escucho como la puerta se abre dejándome ver a la chica pelirrosa entrar con una bandeja de comida.

—No creo que sea buena idea saltar desde ahí, podrías salir pero sin vida.—inquirió.

—¿Dónde está mi arco?

—Fuera de este cuarto—puso la bandeja en una mesita. Es un plato con sopa—. Come, debes estar hambrienta.

—¿Por qué?

—Porque es bueno para tu cuerpo, necesitas fuerzas.

—No, ¿por qué haces esto?, me das comida y me hablas normal como si no te hubiera hecho nada.

—No lo hiciste con una mala intención.

—¿Cómo estás tan segura de eso?

—Entonces...—pone un dedo en su mentón en modo de pensamiento—. ¿Me estás diciendo que lo hiciste con mala intención?

—Puedo decir que no lo hice con mala intención con el fin de que no me vayas a hacer algo peor ¿cómo estás segura de que no miento?

Ella sonríe ante mi comentario y se sienta en el sofá.

—Nosotros los lidianos somos diferentes a los humanos como tú—me señala con el índice de su dedo—. Ustedes sueltan un aroma que nosotros podemos oler; cada uno es diferente y, cuando tú me disparaste pude oler que no fue con mala intención—mi cara es una de confusión y estoy segura de que ella lo nota en mi—. Podemos oler cuando un humano lo hace con mala o buena intención.

Lidianos de Tezuma. Son unas criaturas extrañas, no sé casi nada de ellos pero veo que son muy interesantes.

Eso de oler tus intenciones es como sentirte desnuda o que te vean a través del alma.

Me acerco para tomar la sopa pero no lo hago al ver como Kirishima entra a la habitación sin tocar la puerta. Está manchado de sangre en su ropa.

La pelirrosa se para con el ceño fruncido, esperando una respuesta del aquel chico.

Dulces traiciones  (Katsuki Bakugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora