Cap 11

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Oscuro Paraíso

Anónimo


—Debes comer, no debes negarme la comida—Ya estaba harto de que hiciera siempre lo mismo, ¿Por qué las mujeres no pueden ser agradecidas?.

—¡No pienso comer ni mierda!—Grito Martha, estaba a dentro del cuarto en el cuál la había dejado, ya habían pasado al menos 2 días desde que llegó, y aún no deseaba comer, pero muy pronto tendrá tanta hambre que me suplicará, solo debía ser paciente.

Aunque la paciencia no es mi especialidad.

—Dejala, no va a comer—Mi hermana apoyo su mano en mi hombro—Además, en unos minutos va a llegar Axel.

—Ese imbécil—Bufé, negué ligeramente con la cabeza—Lo olvide.

Baje rápidamente las escaleras, y acomodé y limpie lo que debía, junto con mi hermana. Una de las personas con las que iba negociar está tarde era Axel Anderson, uno de los asesinos seriales más estúpido que había conocido en mi vida, y también iba a venir Alessandro Archer, al menos el si me caía bien.

Alguien tocó bruscamente la puerta, parecía que deseaba tirarla, y la única persona que toca la puerta como si lo vinieran persiguiendo, es Axel.

—¡Oigan!, ¡Se que están allí!—Gritaron afuera—¡Las bolas se me están congelando acá afuera!, ¡Abre la maldita puerta!.

Mi hermana abrió la puerta, y solo estaba Axel, ¿Y Alessandro?.

—¿Que paso?, ¿Y Alessandro?—Mire despectivamente a Axel, el solamente sonrió.

—Lo atraparon, y se lo llevaron a Milwaukee—Axel ladeó la cabeza de una forma muy extraña, y parecía estar reprimiendo una sonrisa. Conozco muy bien a Axel y Alessandro desde que eran niños, Axel con su cabellera rubia, y esos ojos color marrón, párpados un tanto caídos, y esa manera tan excéntrica de hacer y decir las cosas. Alessandro con su cabello marrón, ojo morrones, y su increíble forma de engañar a las personas, sus encantadores ojos, y su tan encantadora sonrisa. Desde pequeño siempre fueron de cuerpos débiles, aunque ya como a los 13 años empezaron a hacer grandes cantidades de ejercicios, solo para reprimir lo mal que se sentían con ellos mismos.

Son tan patéticos.

—¿Dónde estabas tú cuando lo atraparon?—Pregunte, muy pacífico, realmente estaba cansado, había trabajado todo el día, y había tratado de que la malagradecida de Martha comiera.

—Por hay, tu sabes—Axel se había recostado en el mueble, el imbécil solo jugaba con sus dedos, aún reprimiendo esa estúpida sonrisa. Axel apenas tiene 17 años, y es de las personas a la cuál le confiaría mi vida, pero el siempre a tenido un pensamiento y comportamiento un tanto retorcido, y juguetón, como si fuera un niño de 5 años. Por eso es que somos buenos amigos.

Y también por eso me saca de quicio.

—Se que estabas en Liverpool con Jack, retirando las cajas que les pedí—Lo mire fríamente, no quería juegos, estas cajas eran muy importantes—Pero al parecer algo más paso, ¿Podrías tú decirme que paso?.

—Joshua nos atacó, junto a unos idiotas—Axel hizo un puchero, y su mirada se veía brillante—Pero no quedo nada de ellos, porque vino el gran Brandon Leone junto con su equipo. Así que todos esos desgraciados murieron—Axel se inclino ligeramente al respaldar del mueble, cerrando los ojos y sonriendo de manera tranquila y juguetona—Excepto Joshua...el quedó vivo, y se robó un collar, un collar blanco.

—Eso es realmente malo—Pense en voz alta.

—¿Por qué?.

—Ese collar es una llave, y si no tengo esa llave bajo mi poder, podemos perderlo todo—Le refuté de manera tranquila a Axel.

A T H E N E A : cicatrices y secretos [Saga Monsters #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora