El Rey Del Infierno
hacía nosotros, yo miré a Joshua y él también parecía extrañado. Miré a mis padres y estos estaban muy conmocionados y Denil tenía una sonrisa muy sádica, y una mirada muy maquiavélica me decía lo que él sabía y nosotros los simples mortales desconocíamos. Lo que iba a pasar en ese momento iba a ser monstruoso e infernal.
Una de las camionetas se paró en todo nuestro frente, un hombre calvo y negro vestido de un traje negro muy elegante bajo de la camioneta, todos los policías presentes le apuntaron, y mi padre alzo la mano para evitar que dispararán (si algo teníamos en común mi padre y yo era el chisme, pero en este caso yo si hubiera disparado sin importarme lo que esté en frente).
Él se acercó con una frialdad y seriedad implacable—¡Disparen!—grito un policía
—¡Si algún hijo de puta se atreve a disparar, le arrancaré las putas manos!—vocifero mi padre agarrando a mi madre y metiendola rápidamente en el auto. Mi madre estaba conmocionada. James estaba viendo con miedo aquel objeto.
El hombre dejo una cajita negra con rayas rojas en el suelo, luego se volvió a meter en la camioneta. Miré a todos y TODOS estaban con cara de WTF.
—Athenea...—hablo mi padre pero lo ignore.
—ven vamonos—me susurró Joshua para alejarnos. Y trato de alejarme pero algo, un no sé que me hizo acercarme a la caja. La tomé y la abrí.
Me cague de miedo porque un payasito con cara aterradora salió bailando. QUE PUTA MADRE.
La camioneta de atrás empezo a poner música de circo pero poco a poco empezó a sonar un glitch, como si fuera una radio, como si estuviera dañado. Un trueno muy potente sonó cerca de donde estábamos y empezaron a caer gotas de lluvia. Luego la cajita empezó a sonar—el show acaba de empezar, y tú te vas a cagar...
Tire la caja al suelo y trate de correr otra vez a dónde Joshua pero una explosión sonó en la parte de la camioneta. Y la música de circo empezó a sonar más fuerte pero más terrorífica, como película de terror, parecía tener fallas. O algo así.
Me tire al suelo por el susto y empezaron a dispararles a la camioneta. Trate de arrastrarme a un arbusto que estaba apartado de la balacera. Me oculte y pude divisar mejor lo que había detrás de la camioneta.
Un hombre bien vestido y con porte atlético se estaba acercando con una máscara de ciervo macabro, un miedo terrible sentí, me hizo querer desaparecer o que me comiera la tierra.
El de la camioneta de unos minutos atrás salió con un micro—¡Detengan la balacera, somos el equipo del señor Cavalier!.
Las balas pararon y el hombre con máscara de ciervo macabro se paró en todo el medio de la carretera, viendo a mis padres supuse yo. Lo más aterrador no solo era la máscara, era los ojos del hombre que resaltaban en la mascara, ojos de un completo desquiciado. Recogió la cajita que yo tiré y la observó con curiosidad.
Puso su cabeza de lado de una forma como demoníaca, no sabría cómo describir lo que ese hombre demostraba...tal vez, poder y confianza pero...tiene algo...demoniaco y aterrador.
Todo mal en cuanto con un solo giro de su cabeza me observó con diversión. Se acercó a mi y yo retrocedí como una loca, como si él me fuera a lastimar. Se detuvo y miro a todos los demás otra vez de una forma maquiavélica. Me tiró la cajita con cuidado y me aleje otra vez.
Yo estaba paralizada por el miedo, de...TODO...¿Por qué daba una vibra tan peligrosa, terrorífica y demoníaca, monstruosa y sádica?, esto no era normal...se sentía como si él fuera del infierno o algo así. Puso su mano tras su espalda y se paro de forma recta, y con la otra mano alzada al aire, chasqueo los dedos y un montón de hombre con armamento pesado y protección supongo que hasta los dientes, empezaron a salir de las camionetas y se acercaron con rapidez y ferocidad al equipo de mi padre. El cual empezó a disparar.
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A T H E N E A : cicatrices y secretos [Saga Monsters #1]
Mystery / ThrillerLa llegada de un chico altamente peligroso pone la vida de Athenea en riesgo, ya que varios caos empiezan a aparecer a lo largo de los días y todo indica que algo llamado C.J. está detrás de todo esto. Algunos alumnos muertos, algunos cultos pervers...