A T H E N E A : cicatrices y secretos [Saga Monsters #1]

Cap 19

¡Mira Lo Que Me Hiciste Hacer!

—El señor Bolton dijo que podía pagarme bien por ayudarlo con un favor, solo eso—confeso Heather con tranquilidad, lo que sucede con Heather es que es muy sincera, además que es muy mala mintiendo. Ella estaba parada viéndome con un poco de confusión. Yo estaba sentada sobre unas cajas pegadas a la puerta. Me ajuste mi chaqueta y Heather parecía tener un poco de frío.

—Athenea, ¿podemos hablar un momento?, por favor—una voz masculina y hechizante hablo detrás de mí. Supe reconocerla. Me voltee rápidamente a verlo.

—Joshua, creo que realmente no es el momento, n quiero que te me acerques—replique con frialdad, lo mire fijamente por unos segundos y aparte la mirada para ver otra vez a Heather.

—El hablar nunca a matado a nadie, no me siento cómoda estando con ustedes—expreso con simplicidad, entonando sus ojos entre Joshua y yo. Mire a Joshua, y él parecía perrito regañado, tal vez no estaba siendo justa con él, pero...¿A quien se le ocurre dejarme con James y Axel, sabiendo lo peligrosos que son?, ¿Quien planea todo eso?, ¿Para que entregarme a ellos?.

—Solo contestame Heather, entonces en frente de Joshua—me recosté más tranquila que antes. Algo que ahora estoy notando es el parecido a mi papá con las situaciones abrumadoras, ando demasiado tranquila y relajada como si esto no fuera grave. ¿Que puedo decir?, soy hija de mi padre.

—Solo me dió está nota, dijo que se le entregará a Joshua, me pagó 50$ por eso—respondió con una mueca, saco una nota de su suéter y me la entrego. Luego me hizo señas de sí podía volver a la casa—¿Puedo?, creo que ustedes necesitan hablar.

—Puedes, entra—mire a Joshua con un poco de recelo y luego mire...pues a la nada, realmente no sabía que hacer o que pensar, estaba tan perdida. Heather entro y me quedé sola con Joshua—¿Que sucede?.

—¿Podemos hablar?, sobre nosotros—se acercó lentamente a mi, se paró en frente a mí y yo lo miré con extrañeza—no puedes hacerme sentir mal por lo que pasó.

—Me entregaste a James como si no fuera nada—le recordé con mi voz gélida, me levanté para estar a su altura, aunque el siempre será cm más alto que yo—sabiendo como son ellos, aparte de todo lo demás, ¿Cómo crees que yo me siento?.

—no soy perfecto Athenea, y no sé a veces que hacer porque es demasiado, pero solo una cosa si sé—puso sus manos en mis mejillas y empezó a acariciarlas, se acercó bastante a mi cuerpo, haciéndome sentir calor, me miró de manera intensa, con los ojos dilatados y con una mirada brillante, esos ojos azules como el hielo me hacían sentir tantas cosas, y esos labios perfectamente delineados, parecía un ángel, solo para mí—yo te amo, y mataría por tí y lo sabes, a cualquiera solo por tí, podría morir, solo para verte feliz si es necesario. Pero te amo y me estás lastimando.

—No quiero hacerte sentir mal, yo claro que haría cualquier cosa por tí, también siento algo por tí, eres mí refugió, pero también eres letal, por eso me alejo de tí, Joshua—un sentimiento parecido al dolor me empezó a invadir, el corazón se me acelero muy rápido, mis manos temblaban y sudaban, y no era solo por lo cercano que estaba él, era porque se me arrugaba el corazón de escuchar lo destrozado que estaba él.

No era por algo sexual, no era solo porque quería ser suya en ese momento, era porque realmente él me hacía sentir tan bien, pero también tan mal. Sabía que él podría herirme cuando quisiera, y ¿Saben que era lo peor?, que eso me gustaba. Yo era otra fanática del dolor.

Él me llevaba a casa, el me ayudaba con cosas tan tontas como las toallas, algo tan íntimo y horrible para la mayoría de los hombres, a él no le importaba, además fuí yo quien se interesó en C.J desde un inicio. Él quería que no me involucrara, y lo hice. Ahora me sentía tan culpable.