Cap 29

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La Reina Infernal


Emma Cavalier (Athenea Archer)


Por fin habíamos escapado de esa locura del hospital y ya habían pasado días y pude recuperarme, tenía a mi enfermera y a mi doctor conmigo, lamentablemente se tuvieron que quedar por un contrato que le firmaron a Axel, así que....bueno a decir verdad en ese contrato, que leí por suerte Axel me dejó leerlo. Les estaba como pidiendo el alma.

Básicamente es como si le hubieran vendido la propia alma a Axel. O como yo lo veo le acaban de vender su alma al mismísimo Lucifer. Lo que al parecer no les importo mucho dado que ahora tienen comodidades. Bueno así cualquiera.

Pero hay algo que me perturba, no solo el hecho de haber revisado las grabaciones desde mi laptop y ver a Axel.... cogiéndose a James. Sabía que eran psicóticos pero esto....me hace odiar a Axel, porque tal vez, suene un poco loco, pero yo si creí que yo era su todo....veo que no.

—Emma—me llamaban desde afuera de mi habitación, de mi ahora habitación. Ya que pedí bueno.... exigí una habitación propia la que curiosamente se me dió sin problemas. Y gracias a mi laptop rosa que me regaló Axel, casualmente. Puedo ver las cámaras y antes de que pregunten, sí, ya revise, Axel no le puso nada. ¿Por qué confía tanto en mí?, bueno supongo que tiene algo de explicación. La cosa es que ahora él no puede saber que yo se lo que hizo con James. Pero al menos lo puedo usar en su contra.

—¡Emma!—escuche a mi enfermera atrás de la puerta.

—Pasa María, puedes pasar—ella paso con una sonrisa tan linda, era la persona más amable del mundo, ella era como un ángel en esta casa. Ella y el doctor Azrael, eran como ángeles aquí entre tantos demonios.

—¿Cómo te sientes?—ella entro con el desayuno y unas pastillas.

—mejor que ayer, eso es seguro—le sonreí y me sentí mejor de solo tenerla en mi presencia. Era como una protectora divina o algo así.

—Bueno, no quiero ser fastidiosa pero siempre que me sentía mal, oraba a Dios y me sentía mejor—la miré algo extrañada y ella me miró con delicadeza.

—nunca creí en Dios, la verdad, después de tanto infierno, no creí que...bueno, más bien, me sentí abandonada—trate de explicar, pero ella en vez de juzgarme solo me sonrió con dulzura y su mirada era tan cálida que me hipnotizó.

—Yo te enseñaré, y yo te daré esa esperanza que has perdido, él nunca te abandona....te lo juro, confía en él y confía en mí, olvida todo lo que las religiones han dicho, yo te daré la verdad gracias a él—no sé que fue eso que ella me dijo, pero me dieron ganas de llorar. Y lo hice.

Ella me abrazó y fue el abrazo más increíble del mundo, no se sintió malo, o perverso o envidioso, se sintió....cómo amor maternal. Algo que necesitaba porque mis lágrimas empezaron a salir muy rápido y es como si todo mi peso hubiera caído en ella, María.

Me sentí desconsolada pero....consolada, me sentía mejor al dejar ir todo ese dolor. Fue liberador.

—helloo, lamento...hmm.... interrumpir, pero quisiera hablar con Emma—Axel se asomo por la puerta y nos interrumpió. Arruinando todo, como siempre.

—tranquila, estarás bien—Maria me sonrió y me dejó sola con Axel—no se puede estresar, por favor señor—dijo al cerrar la puerta.

—veo que te tiene cariño, es algo bueno—me seque las lágrimas un poco apresurada y luego baje la mirada.

—hey....estaba pensando tener una cena tu y yo, ¿Sabes?, como...la..pareja...que...¿Somos?—me miró como inseguro con lo que decía, tal vez por mi reacción.

A T H E N E A : cicatrices y secretos [Saga Monsters #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora