14. Cuidador y paciente

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—Pensé en llamarlo-

—Ya tiene nombre, es Bam.

— ¿Bam? ¿Por qué Bam?

A Taehyung se le hace raro que Jungkook esté apegado a este perro. Usualmente solo los tras y se los deja encargado. Exceptuando a Songie y Paengie que están indirectamente adoptados por él. Bam salta y molesta al par, que son casi del mismo tamaño que él a pesar de la diferencia de edad. Jungkook arruga la nariz.

—Apareció en la noche y duerme conmigo. Yo creo que le queda bastante bien—Taehyung asiente—. Encontré todo esto en un avión—informa entregando la mochila apretada y llena—. Pensé que sería útiles dado que habrá cachorros y los que nos encontramos siempre están muriendo de frío.

—No me engañes, solo quieres ver a los perros vestidos de dinosaurios.

—No es una mentira y ni mala idea. —afirma Jungkook y Taehyung ríe por la nariz. Saca todo lo que Jungkook trajo, extendiéndolo en una mesa para revisarlo. Son ropas tiernas, algunas incluso son de bebé, pero funcionan para sus nidos y esas cosas.

Además de dársela a los bebés que hay en el grupo. Creciendo bien y fuertes a pesar de la adversidad en la que viven.

Un abrazo por la espalda lo hace levantar la cabeza. Jungkook le da un beso en la nuca y presiona las manos en el área abdominal de Taehyung, recuesta la mejilla en su hombro y cierra los ojos.

— ¿Cómo has estado?

—Bien.

—Mentirosoooo.

— ¿Qué quieres que te diga?

—La verdad. —responde simple—. Yo no he estado bien... solo por Bam me siento un poco mejor, pero... no dejo de soñar con que solté la mano de Yoongi—musita en voz baja—... y que debí hacer más, que siempre he podido hacer más de lo que he hecho—Abre los ojos y observa las temblorosas manos de Taehyung sujetando un pijama de color rosado—. No me siento muy bien y me siento solo.

A Taehyung le molesta su franqueza. Que sea capaz de decirlo con semejante tranquilidad. Él no puede. No se atreve. Siente que no merece decirlo. La razón por la que han estado inquietos y mal estos días es culpa suya y por ello, debe guardar dentro suyo aquella angustia, aquella pena. Jungkook le da varios besos en el hombro.

— ¿Vienes a mi cuarto?

—Sí. Claro. —responde, dándole un beso en la cabeza.

Aunque quizá... Si está con Jungkook, pueda admitirlo y dejar de sentir que su pecho va a explotar en cualquier momento.

~ * * * ~

— ¿Hay algo en mi cara? No me han dejado ver ningún espejo y no dejan de vendarla. —murmura Yoongi de repente. Hoseok detiene lo que hace y le mira de forma indescifrable. Una mezcla entre culpa y nerviosismo por ser expuesto.

—Solo... un rasguño. Demora mucho en sanar. —excusa Hoseok volviendo a lo que hacía. Acomodar la habitación e Yoongi cuesta más cada día. Pide que se lo deje dormir solo, amoldarse de nuevo a una vida independiente.

Pero cuando llega por la mañana, está vuelta un revoltijo. Las ojeras de Yoongi también se han hecho más grandes. Dice que duerme y le molesta cuando lo supervisan por la noche, así que es complicado. Se ha vuelto esa clase de paciente: el gruñón que no se deja ayudar.

— ¿Una venda tan grande por una simple herida pequeña? —replica Yoongi que obviamente no se cree la respuesta de Hoseok. El bailarín asiente, convencido y bastante bien actuado.

—Fue un proceso muy complicado ¿Sabes? No queremos tentar que, siendo tu cabeza, te suceda algo malo. Una infección al cerebro o algo así—Yoongi baja la mirada ¿Por eso escuchó aquella voz? Sonaba que alguien podía comandarlo. Igual que un jugador a un personaje en un videojuego. Fue desagradable—. Así que es mejor mantenerlo así hasta poder ver la mayor mejoría posible.

Sempiternal: D.E.A(live).D || BOOK 4#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora