24. El ángel perdido

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—Tú puedes mi amor, yo sé que tú puedes.

—Vamos cariño, no te rindas.

—No te rindas daddy, no te rindas.

—Me están estresando más que ayudando. —notifica Namjoon, irritado de los comentarios casi burlistas de los demás. Jungkook arruga la nariz y sonríe, balanceándose en su lugar. Los cuatro bajo un pequeño techo mientras Namjoon tiene de lleno el sol que hay hoy.

Intentando hacer funcionar los paneles solares.

Por millonésima vez en su vida.

Es absurda la cantidad de ocasiones que ha subido a lo mismo y no logra hacerlas funcionar. Ha cambiado todo lo que ha resultado estar dañado, quemado o mal puesto y en la teoría, ya debería estar funcionando. Sin ser el caso, aún viven a costa de usar velas, derretir lo que queda para ponerla en moldes y reutilizar al máximo.

La única parte buena es que hay gente entretenida con eso, dándoles formas bonitas para crear una mejor decoración. Sin embargo, es muy necesario tener electricidad. Hay un embarazado de alto riesgo y un par de personas necesitan operaciones. Chaewoon no ha insistido más en necesitar un mejor quirófano porque simplemente no puede exigir más de Namjoon.

Ya el pobre hombre hace lo que puede para cumplir con sus exigencias. Pedir más es cruel con él.

Namjoon se limpia la frente y mira con recelo los circuitos. Ha leído cada manual a su alcance y no tan al alcance para hacerlo funcionar. Los ingenieros que tienen tampoco saben cuál es el problema.

Se hizo un techo de plástico traslucido para proteger las placas de la nieve, se hizo cableado por todo el edificio pensando que quizá no era el adecuado, mejor ensamblaje. Estos paneles son más mimados y exigentes que un niño de ricachón.

—No estuve aquí por mucho tiempo ¿Intentaron cambiar los paneles? Quizás estos están averiados. —propone Jungkook. Namjoon se levanta, sacude las manos y bufa de mal humor.

—No son los paneles. Están perfectos. Hay algo que no estoy viendo y no sé qué es.

—Mucho menos nosotros. Eres nuestro salvador para tener electricidad—dice Hoseok dejando caer la cabeza a un lado—. Quizá tiene pena. —bromea y Yoongi ríe por la nariz antes de sisear adolorido, una especie de pequeña puntada en la cabeza.

—Están... encendidas ¿No?

—Sí. También quise creer que era ese tonto error. —admite Namjoon a la pregunta de Jin.

Van a la caja de electricidad. Todo está como debería. Encendido, funcionando y dispersando la electricidad. Namjoon frunce las cejas un poco más y acaba dándole un golpe a toda la caja, con tanta fuerza que se apartan siseando.

— ¿¡Eres Hulk o qué pasó!?

— ¡Lo puedes dañar! ¡¿Estás loco?!

— ¡NONO! ¡LO VAS A ROMPER!

Namjoon da otro golpe y tras un chispazo que los hace ir hacia atrás, hay exclamaciones escandalosas y sorprendidas desde abajo. Los seis se ven entre ellos, bajan las escaleras y encuentran a niños correteando por las luces de los salones encendidas. Se ven entre ellos y luego a Namjoon. Levanta las manos.

—N-no me pregunten por qué lo hice, solo pensé en esos televisores viejos que debían golpear.

~ * * * ~

—Que extraño se siente tener electricidad.

—Se siente como si fue hace una eternidad. —corresponde Yoongi y Jungkook se mantiene pintando la pared. Ahora que hay más luz, puede hacerlo incluso de noche. Se decidió que tendrán toque de queda hasta sellar o polarizar las ventanas del primer, segundo y tercer piso; lugares que el muro construido en torno al colegio, no puede cubrir y serían peligrosos en caso de Yagtalja próximos.

Sempiternal: D.E.A(live).D || BOOK 4#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora