8. Medidas desesperadas

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—Aún está mejorando bastante, el único problema es que se altera muy fácil.

El pecho, brazos y piernas de Yoongi acabaron de regenerarse con un pequeño detalle: hay marcas, muchísimas marcas, zonas de su piel más pálidas -pareciendo vitíligo-, y en casos específicos, quedó como una marca roja de dientes. Yoongi en sí no luce bien, no luce saludable; su rostro por otra parte, es lo peor del caso.

La herida no sanó casi nada. Cerrada en el aspecto que no sangra, no arde, pero todavía falta parte de su mejilla y sien. A duras penas se recuperó lo suficiente para no exponer sus dientes y cráneo.

¿Les interesa? Sí ¿Por qué? Porque no quieren que Yoongi se sienta mal. Están muy seguros de que va a tener muy mala idea de sí mismo. La ha tenido muchísimo tiempo, una marca así de grande solo es leña a ese fuego enorme ¿Les importa en términos de relación? ¡En lo absoluto! Sí costará acostumbrarse, pero Yoongi es Yoongi y no dejarían de quererlo ni un poco indiferente a todas las cicatrices y marcas que pueda llevar en su cuerpo.

Hoseok es el primero en dar un paso adelante, tomando la silla de ruedas en la que está Yoongi.

—Me haré cargo de él. Soy quien más tiempo libre tiene y... A-así me acompaña. Seguro está cansado de estar aquí metido y solo. —dice Hoseok como excusa y Chaewoon asiente, tendiéndole un papel doblado.

—Estas son las horas a las que debe tomar el medicamento para el dolor; creo que no hay problema con que tenga una dieta normal y si puedes ayudarlo a que practique caminar, sería genial. —comenta la doctora. Hoseok asiente, reverenciándose bastante y salir del consultorio. Namjoon y Jin se quedan con ella un poco más.

— ¿Él va a estar bien?

—Supongo que sí. Sobrevivió a lo que nadie había sobrevivido hasta ahora—Se acomoda un mechón de cabello tras la oreja y Jin exhala de alivio, cerrando los ojos con una mano en el pecho—. Aunque no soy experta en psicología... deberían estar pendiente de eso. No vaya a haber un problema por como luce, como se siente... No es casualidad que solo esté tranquilo acompañado y sujeto.

—Sí, lo tenemos en mente. Muchas gracias.

Chaewoon los ve reverenciarse y salir del consultorio. Se frota la frente con ambas manos. Hacia muchísimo no se sentía así de presionada por salvar a un paciente. Claro, es lo natural, es una doctora. Sin embargo, el punto más importante aquí es de quienes estaban afuera del quirófano. La reacción fue tan visceral que le sacaba lágrimas la angustia a no conseguir salvarlo.

Ellos no iban a resistir que Yoongi muriera.

Resisten muchas cosas: hambre, ataques, homicidios, abusos...

Perder a uno de ellos sale de ahí. Ya no soportarían perder a nadie más.

Perdieron a uno y siguen en luto incluso un año después de ello, sin haberlo visto ¿Tenerlo de frente? Sufriendo y sangrando en una camilla. No, ninguno de ellos iba a poder resistir y quizá por ello, Chaewoon está tan convencida de que esta es la mejor comunidad en la que pudo caer.

Sus líderes son tan humanos y tan llenos de corazón que incluso en sus fallos, puede perdonarlos y seguirles deseando las mejores de las suertes.

~ * * * ~

—vamos a acomodar estuu~ Tututurúrúúúú—canturrea Hoseok y Yoongi arruga la cara, algo molesto por la venda en su cara—. ¿Qué prefieres? Ir a comer o ir a pasear un poco. Estos días adornaron muy bien el invernadero y algunas flores andan creciendo ahí.

—Tengo hambre... creo...

— ¡Muy bien!

Las personas murmuran, viendo a Yoongi en la silla de rueda, hablando en su usual lentitud y somnolencia. La curiosidad a que se quite el vendaje es enorme, pero nadie se atreve a mencionarlo. En el comedor, Hoseok toma un plato de sopa de fideos y otro con verduras al vapor, agradece a la cocinera y se sienta en la mesa con Yoongi.

Sempiternal: D.E.A(live).D || BOOK 4#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora