Te Protegeré → Steve Rogers || Capitán América

Capitulo: 2

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"Solo eres una niña- Dijo él.- Esto es inapropiado, soy un enfermo-"
"Solo eres un viejo- Dijo ella. - Entonces seré una enferma por enamorarme de ti-"
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Abrí los ojos encontrándome con la luz del día que se filtraba atravez de las cortinas blanca de la ventana de mi habitación. Un día mas en mi vida, y un día mas de dolor por darme cuenta de que esto se había acabado repentinamente entre ese viejo soldado que me había mostrado no dejar de rendirse con facilidad como lo hizo él. Tanto me había enseñado que jamas perdí las esperanza y mis fuerzas se mantenía a flote por él, porque todo era por él. Una mañana como hoy cuando no le conocía aun, despertaba con desgana y todo me parecía aburrido, la vida entera me parecía pérdida de tiempo, pero cuando le fui conociendo con el tiempo, todo cambio, era feliz (bueno aun lo soy), y mi vida se iluminó, me sentía llena de vida, y él me mostró que la vida era lo mas valioso que teníamos en este mundo y que tenia que vivirla al máximo. Y así lo hice, viví todo ese tiempo a su lado sin preocupación pero llena de felicidad al estar a su lado y poder dejarme guiar en su camino de amor antiguo y la felicidad que él sabia proporcionarme. Era tan feliz..., Cerré los ojos y me deje hundir en mi amor que estaba quebrado.

- La vida es injusta...- Mi voz se quebró por completo y no evite dejarme ir por las lágrimas que no pude contener por la presión que sentía en mi pecho. Mi recuerdo no ayudaba, y el amor que sentía me hacia querer retenerlo para mi y no parar de decirme que esto era un completo error, yo no merecía esto, ni él tampoco, ya por mucho habíamos pasado como para dejar que esto interfiriera en nuestra relación, pero paso, porque nos hizo acabar.

Con cuidado me levante de la cama y me senté, mire a mi alrededor parapadeando para acostumbrar mis ojos que estaban completamente nublados por las lágrimas que había dejado derramar con todo el dolor que carecía en mi interior. Por unos minutos llore hasta que recordé que tenia obligaciones en este nuevo día, me levante de la cama y lo primero que hice fue encender la radio y poner algo de musica para empezar mi día con un poco de felicidad, no quería estar amargada, tenía que demostrarle que era madura ante todo.

Subí la musica a todo volumen, tanto así que en todo el edificio se podía escuchar. Me duche cantando felizmente y al salir, camine por mi habitación en toalla pensando que iba hacer durante el día de hoy, no quería quedarme encerrada, además estaría él aquí y no quería verlo, no ahora después de lo que paso la noche anterior.

Tocaron la puerta y corrí por la habitación buscando alguna bata que ponerme para tapar mi desnudez, aunque no estaba desnuda mi toalla mostraba demasiado.

- Ya voy!- grite ante los insistentes golpes en la puerta. Al no encontrar mi bata, me tape con la colcha de mi cama. Abrí la puerta y me encontré con Bruce.

- Lo siento- Se volteo para no verme, se que no era apropiado, pero no tenia la culpa de haber estado dando vuelta.

- No te preocupes, ¿Que necesitas?-

- Fury esta aquí, hay reunión.

- Esta bien, gracias, en un momento bajo.

Me encerré en el cuarto, buscando lo primero que vi, si tardaba mucho, Fury se iba a molestar y me iba a bajar estando como fuera, si era posible desnuda bajaría, pero menos hacer que su reunión se atrasara. Unos shorts y una camiseta fue lo que vestí, a parte de mis crooks. Corrí para peinarme, y me encontré con esa horrible marca en mi mejilla, al igual que las marcas en mis brazos y mis piernas..., no me recordaba de ellas, y tuve que cambiar mis shorts por unos leggins largos y un abrigo me puse enzima. Me maquille lo mas rápido que pude el rostro y peine mi indomable cabello que parecía una melena de león, bufé sonoramente y solo enroye mi pelo. Baje saltando dos escalones. Al llegar abajo me encontré con caras muy reconocidas, tome hondamente un respiro y esboce una radiante sonrisa en mi rostro aunque por dentro estaba podrida y a punto de entrar en histeria al verlo. Estaba muy hermoso no cabía duda de que este hombre sabia como volverme loca, estaba simplemente perfecto sentado aun lado de Fury, jugando con sus dedos; pero se fijo en mi al verme llegar, sus preciosos ojos azules me dedicaron un buenos días sin siquiera abrir sus perfectos labios que insitaban besarlo, voltee los ojos hacia los demás que mantenían sus ojos en mi esperando que hiciera algo inmaduro por mi terminación.