Epílogo

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[***]

No tenia ganas de despertar, pero tenia que hacerlo por él. Tenia que ir a darle el último adiós.

Bajo el último escalón, observando a todos en la sala de estar de la casa blanca. Aferro su mano contra la baranda de la escalera, antes de soltarla y equilibrar su cuerpo al caminar. Se tambaleó un poco, sintiendo la convulsión de las lágrimas aproximarse fuera sus ojos. Sin embargo, mantuvo la compostura como tal, suspirando profundamente, con los ojos humedecidos.

—¿Estan listos? —Mascullo, mirando por encima de todos, en un intento de mantener la calma.

—Sabes que no —Respondió Peter, apretando la mano de MJ, entre la suya.

Ella le observó, cerrando los ojos, asintiendo.

—¿Porque él? —Habló después de un buen par de segundos, luego de aquella noche; con las lágrimas amenazando con salir. —¿Porque no fui yo?

No había hablado con nadie, desde esa noche. Tan solo se encerró con su hija en la habitación a llorar toda la noche, sintiéndose miserable y sola.

—Ruxandra —Dijo Natasha, levantándose del sofá, con Sarah en brazos. —Sabes muy bien, que él prefería sus vidas en vez de la de él. Sabias que estaba dispuesto a morir por ti, en cualquier momento. Sabes que lo hizo por amor.

—Pero no le tocaba a él... Yo era la que estaba destinada a morir —Se toco el pecho a si misma, subiendo el tono de voz molesto. —No él... —Susurro esto ultimo, con las lágrimas deslizándose por sus mejillas.

Tony se adelanto hacia ella, rodeándola con sus brazos, permitiendo que llorara contra su pecho.

—Lo siento mucho Ruxandra, pero él eligió tu vida en vez de la de él, murió por algo con lo que estaba dispuesto a dar.

Dijo algo inaudible, separándose del cuerpo de Stark, limpiándose las lágrimas de sus ojos.

—Es hora de irnos, no quiero llegar tarde, no quiero hacerle esperar...

[***]

El camino hacia el cementerio, fue bastante silencioso, en medio de mis pensamientos, y mi tristeza.

Tony y Natasha habían tratado de entablar una conversación conmigo, sin embargo no lograron llegar más al si o no, había mantenido mis labios cerrados en todo el trayecto, mirando de reojo a mi hija, juguetear con su peluche del Capitán América.

No tenia las fuerza para hablar, sonreír o llorar. Solo quería dormir, dormir y no despertar nunca más...

—Llegamos —Anunció Tony, observando la lejanía de la mujer.

Sus ojos estaban rojos, hundidos y apagados, como el resto de su rostro. Su mundo había caído al vacío, aferrada solo a su vida, solo por su hija. Si no, no sabríamos que habría sido de ella...

—Dejame sostenerla —Nastasha se ofreció, tomando a la pequeña entre sus brazos.

—Gracias —Murmuró en voz baja, mirando a todas las personas recién llegadas al cementerio.

Se adelanto, caminando a un lado de la rusa, endureciendo su rostro, ante su lamentable estado. Barrio el lugar con la mirada, observando a todas aquellas  personas, estar presentes en el último adiós del Capitán América. Su esposo.

Respira profundamente, echando su cabello hacia atrás, mostrando un semblante triste, pero no tan decaído como segundos antes lo estaba.

—Ru —. Giro el rostro, sintiendo como entrelazaban sus antebrazos, observando a Stark, con los ojos humedecidos. Este se inclino hacia ella, y susurró: —No estas solas.

Te Protegeré → Steve Rogers || Capitán AméricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora