Te Protegeré → Steve Rogers || Capitán América

Capitulo 75: ¿Crees que estamos a salvo?

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No supo por cuanto tiempo cayo, solo ocupo toda su atención, en Sarah.

La niña se encontraba perfecta, no había signo de miedo al caer, solo la pequeña necesidad de comer, que ya había comenzado a presentarse.

Se levantó del suelo, apoyándose contra el pavimento que al caer, este se resquebrajo. Acomodo a Sarah en sus brazos, y Steve se posiciono en frente de ella, examinándola con la mirada. Ru entreviendo todas las preguntas que habían empezado a formularse tras mirarle a los ojos, respondió:

—Esta bien —Dijo, antes de que él le abarrotara con preguntas.

Steve pareció tranquilizarse un poco, tocando suavemente la cabecita dorada de su hija. Sarah estaba aferrada a su mama, con su cabeza apoyada sobre sus pechos. Ru la rodeo con un brazo protector, besando su coronilla.

—Y tu? —Le miro a los ojos. El golpe que tenia a un lado de su rostro, se había vuelto de un  color verdoso e hinchado. Doloroso a su vista.

Su ojo se habían empequeñecido, y su visión estaba algo distorsionada.

—Estoy bien —Masculló, desviando la mirada hacia el suelo.

La cabeza le dolía a horrores. Sentía que iba a explotar en cualquier momento, pero no tenia intensión de mostrar debilidad ahora, no cuando su familia le necesitaba.

Steve le tomo el  brazo, al momento que empezaban a cruzar la calle para alejarse del edificio, cuando de un pronto Ruxandra giro el rostro, escuchando como la estructura gemía al debilitarse por la explosión...

—¡STEVE! —Grito Ru, apartando a su esposo lejos de un gran bloque quemado, que cayo a unos metros de ella.

El Capitán alzo la mirada, viendo como  el edificio se venia abajo. Los grandes bloques empezaron a caer por todas partes, incendiando todo a su alrededor. El humo toxico viajo hasta donde ellos se encontraban, rodeándolos. Ruxandra tapó el rostro de su hija con una mano, comenzando a correr lejos del humo.

Tras cruzar el humo, su cuerpo estaba cubierto de hollín, como su pelo. Tosía sin parar, y se le dificulto poder respirar. Sus ojos lagrimeaban, y con la mirada busco a Steve entre tanto humo. El capitán no apareció luego de unos minutos, a unos cuantos metros, ayudando a un grupo de personas a salir de un local, luego de haberseles dificultado salir por el gran escombro que había caído del edificio tras la explosión.

La mujer corrió más lejos con su hija, procurando que no respirara el humo. Su pecho dolía a mucho, y el costado de su rostro hinchado, palpitaba con fuerza, haciéndole trastabillar. Bajo la mirada hacia sus pies, corriendo con todo lo que pudo, hasta estar fuera de peligro. Sus palpitaciones iban a mil por segundo, y su estomago se revolvió. Vomitó todo lo que había almorzado esa tarde. Agachada, bajo a Sarah de sus brazos, apoyándola contra el pavimento. Respiro bocanadas de aire como pudo y pronto volvió a levantarse, mirando a su alrededor.

Tengo que pedir ayuda, se dijo a si misma, comenzando a correr a otro local cercano.

Entro y pidió un vaso de agua, que bebió con rapidez y pronto le dio de tomar en tragos pequeños a su niña. Le limpio el rostro lleno de hollín y le beso las mejillas.