Capitulo : 31

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***

Steve Pov:

La miran sin importar qué. Le coquetean, le piropean, y poco a poco pierdo mi tolerancia.

Estábamos en la playa debajo de una sombrilla mientras disfrutábamos del sol de la tarde, cuando ella decidió ir a la cabaña cerca, para buscar algo de tomar. La seguí con la mirada, y leí los labios de los hombres, y le mire sus expresiones. La miraban con lujuria y le tiraban piropos.

Ruxandra es una mujer que se da a respetar, se ha dado la ocasión, en que ha golpeado a dos hombres en su vida, por sus piropos. La primera vez, me lo contó Natasha que estaba a su lado, la segunda vez no pude reaccionar antes de que ella le diera una buena bofetada al hombre, y le dejara la mejilla marcada. Algo que no me preocupaba mucho, ella se puede defender, lo ha demostrado, aunque mis celos es justificable, y el recelo es todo lo cada pareja tiene en su relación. Solo es mía, sólo mía y de nadie más, así de sencillo es, no pienso compartirla o permitir que le mirasen, pero lo que acabó de presenciar, me hizo sentir orgulloso, aunque se que esta mal.

Fui con ella y mire al hombre, a quien ella le escupió en la cara. Sus vasos de vidrios se habían quebrados por su fuerza, y se veía poco tolerable.

-¿Todo bien?- Le pregunté.
-Si-. Respondió ella. Pidió otras bebidas más, y luego camino delante de mi, hacia nuestra sombrilla.

Sus mejillas estaban un poco coloradas, y sus caderas no dejaban de balancearse delante de mi. La mire por largo rato, hasta que nos sentamos. Su piel lucia algo arenosa y acalorada. Sin embargo para mis ojos, ella expresaba seducción.

Suspire para tranquilizarme, pero al ver la playa, y pensar en ella, la tentación me llamó. Seria excitante hacerlo en ese lugar, la cuestión, es si ella querrá.

-¿Ruxandra?-
-Si, Steve?-
-Te amo-

Ella me miro de vuelta, y ladeó la cabeza frunciendo las cejas. Siempre actuaba de esa forma, cuando le hablaba con precaución. No soy de esos tipos que van al grano, bueno.... no de esta manera.

-Yo también, y lo sabes-. Cruzo sus brazos sobre su regazo. -Pero... creo que quieres decir algo más, no es así?- Arqueo una ceja.
-Exacto-. Asentí. Mire en dirección a las palmeras que estaban más allá. Donde todo estaba solitario. Luego proseguí: -Allá- Le señalé.- Estaremos algo solitarios, podríamos... Solo si quieres?-
-Steve, solo tienes que decir, quiero culear contigo entre las palmeras. Y si acepto- (Disculpen la palabra)

Se levantó y me extendió la mano.

-No digas esa palabra, se escucha feo-
Rodeo los ojos.- Entonces... debes decir, quiero coger contigo. Es lo correcto.
-Como sea-

[***]

-¿Segura que estas cómoda?-
-¿Y tu?-

Estaba algo incomodo, pero que más da, ya estaba dentro de ella. Y la excitación era tan grande que la verdad no me importa las piedras que están lastimando mi piel.

Ella están exquisita y él tan delicioso. Sus cuerpos se movían rítmica mente, y sus gemidos fueron a callados por los labios del otro, mientras se mordían, y exigían sus nombres y por más. Poco a poco, mientras sus cuerpos se movían violentamente entre los espasmos del placer, gimieron a toda voz, cuando el orgasmos les toco a ambos en el mismo instante, sintiéndose tan maravillosos y tan satisfechos. Se puede decir, que ambos tocaron el cielo con sus manos.

-Ah!- Suspire- Fue increíble.
-Si...- Suspiro ella.

Por un buen rato, estuvimos tumbados a lado del otro, ya con el vestidor de baño puesto. Había empezado anochecer y la brisa era bastante relajante. Hasta me había empezado a dar sueño.

Te Protegeré → Steve Rogers || Capitán AméricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora