Capitulo: 38

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Capitulo: 38
***

Por primera vez en mi vida le temí. Jamás conté con que Loki estuviera dispuesto a llegar a este punto tan grave, como para utilizar su más grande artimaña en mi. El control por fuerza de voluntad.

Loki es cínico. Él hombre que jamás llegue a conocer. Ni siquiera pensaba que existía en realidad. Para este punto, me he arrepentido mil veces, de haberle conocido. Lo que me ha hecho, no tiene perdón.

Su obsesión es tan inimaginable, como para introducirse en mi pasado, y torturarme mentalmente de la manera más cruel que puede haber. Su cinismo no tiene comparación. Me hizo rogar, pero nada que dijera, le hizo cambiar de idea. Me dominó como un dueño domina a su perro. Mi voluntad fue tomada, y hasta mi voz fue parte de ello, cuando sonriente y con la apareciencia dolorosamente feliz, salude a los reyes de Asgard.

Loki a la fuerza me iba a casar con él. Me sentía miserable, y Steve no estaba para ayudarme. Por alguna razón, mantenía mi esperanza en él.

-Ahora. Te quitare esto-. Su voz fue peligrosamente baja, mientras deslizaba mi anillo de compromiso, fuera de mi dedo. -Espero que te guste. Lo hice especialmente para ti.

De nuevo, ese anillo. Esos ojos y esa sonrisa. Llore en silencio, mientras pensaba en Steve, en mi vida y la pequeña familia que habíamos empezado juntos, cuando Kili llego a casa. Mi esfuerzo, mi cuerpo, todo. No fue suficiente, no con Loki, ahora arrancando un pedazo de mi, haciendo lo posible para que sea suya. Y lo logrará si no encuentro como poder deshacer el control con el que me dominaba.

[***]

-Steve que sucedió?-. Natasha atravesó la puerta de la habitación. Tenia un poco de sangre seca esparcida por todo el escote. Algo que no le importó, cuando supo que su amiga estaba en una situación critica.

Steve dejo de ver la oscura noche de la ventana, y miro a la rusa.

-¿Como esta ella?-. Introdujo sus manos en los bolsillos de sus pantalones oscuros.

Steve rodeo la camilla, y se sentó a su lado, tomando su mano. Sentía mucha pena, por no poder hacer nada. La energía de Stephen se había agotado a las primeras horas, y la espera era larga y exasperante. Pero no tenia más opción, no había nadie más poderoso que Doctor Supremo. Nadie que él conociese.

-No lo se-. Dijo con voz dolida. -No hemos dado con la raíz del problema. Alguien mucho más poderoso le esta haciendo esto. Y yo no puedo hacer nada.

Natasha se sintió muy mal por su amigo. Sentía el dolor que Steve sentía ahora. Había pasado por mucho, cuando trabajaba para organizaciones como La Viuda Negra, y la muerte en ese entonces se volvió su aliada. Vio por tanto, y el dolor disminuyó. Pero cuando perdió a Ivan, el dolor no se comparo con lo que nosotros llamamos dolor a algo físico o emocional. No. El dolor que ella sufrió no se lo desea ni a su peor enemigo. No es algo que se podría describir, que solo querer la muerte cuando no llega. Le daba mucha pena con Steve y Ruxandra. Habían pasado por mucho, y la paz era mucho pedir en su relación, después de todo lo que les sucedió a través de los años. Aun no entiende, como alguien pudiera perturbarlos.

-Tiene que haber alguien. Vamos Steve, piensa, alguien que conozca a Ruxandra, alguien que le quiera hacer daño.
-Hydra-. Dijo sin pensar. -Desde hace un tiempo ha tratado de hacerle daño, enviando al Soldado del Invierno. No ha sido una vez, ha sido otras veces, y la están buscando, Natasha. La quieren a ella, a causa de su padre.
-¿Su padre?-
-Si. No puedo darte detalles, es asunto confidencial del Ruxandra, preferiría que ella te lo dijese. Pero, son ellos quienes la quieren. Algo buscan.

Natasha frunció las cejas. No sabia que decir con poca información. Había cosas que Ruxandra no había podido contarle, pero sabia lo del Soldado del Invierno, como Clint le contó. La ultima vez, no la mató, porque él estaba allí y la ayudó, pero estuvo a punto de hacerle más daño.

Te Protegeré → Steve Rogers || Capitán AméricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora