12.

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A una semana del accidente de Daemon, Arya no sé había aparecido por la habitación del joven aunque esté la había mandado a llamar con Laura. Y no era por qué Lyra se mantuviese allí, incluso Lyra había pedido a Arya que fuese para que Daemon viera que estaba bien.

...

— mierda. —susurró Daemon sintiendo a Lyra colocar las hojas que el maestre le había dado para las quemaduras que aún le quedaban, habían sanado rápido y aunque deseara salir a buscar a Arya no podía ir por allí con la mitad del cuerpo desnudo.—

— solo queda un poco. —mencionó Lyra que piso la última hoja cerca de su hombro y suspiró para así pasar su mano por su cabello. Lo habían cortado por qué parte de este se había quemado, así que Visenya había optado por hacer que lo cortaran la mayoría.— listo, es todo por hoy. El maestre dijo que estás harán que sequen por completo, quizás mañana puedas ponerte alguna camisa de las que han hecho para ti.

Daemon asintió y la miró sentarse a un lado en la mesa mientras recargaba su rostro en su propia mano mirándolo.

— ¿qué? —habló Daemon y este se encogió de hombros.—

— Te gusta Arya, Daemon.

Daemon suspiró mientras miraba a otro lado y Lyra pasó su mano por su brazo apretando este.

— sabía que en algún momento pasaría, no con ella pero sabía que habría otra mujer. Mírate, eres precioso. —susurró y Daemon la miró negando.—

— no es lo que piensas, Lyra.

— lo sé, sé que es lo que pienso y quiero decirte que si decides romper nuestra compromiso yo lo entendería, puedo casarme con un hombre del Harrenhal.

— ¿harías eso por mi?

— te amo, pero sé que jamás me amarás a mi como deseo.

Daemon suspiró negando y movió su silla acercándose a ella para así acariciar sus mejillas dejando un beso sobre su frente.

— hablaré con tu madre y diré que fui yo la de la decisión, luego tú podrás decirle a Arya. —susurró mirándolo a los ojos y Daemon suspiró mientras asentía rozando su nariz con la suya— me haz cuidado por mucho tiempo, puedo regresarte el favor. Nadie sabrá lo que ha pasado entre nosostros, lo prometo.

Lyra suspiró sintiendo la cercania de Daemon y dejó un beso sobre su mejilla para así abrazarlo con cuidado besando su hombro mientras el contrario la abrazaba.

La rubia quería a Daemon, no había duda pero su antes había estado a la sombra de Sara ahora estaría a la de Arya. Sabía que Daemon la quería pero no la amaba.

Cuando Daemon se separó Lyra sonrió mirándolo, entendía completamente a sus antepasados y los que vinieran que se habían o se enamoraría de un Targaryen, esos cabellos blancos y los ojos violetas que los caracterizaban no eran cualquier cosa.

— ¿qué? —murmuró Daemon sonriendo ligeramente y Lyra negó mientras pasaba su dedo por su mejilla acariciando las marcas que tanto le gustaba ver.—

— solo te veo, me gusta verte. —susurró y Daemon sonrió mirándola mientras se acercaba dejando un corto beso en sus labios.— Daemon, no puedo dejarte si haces eso.

—Daemon rió ligeramente metiendo sus manos debajo de su vestido y negó.— empezamos haciendo esto, terminemos haciéndolo. —susurró mientras miraba a Lyra que rió negando miéntras apartaba su rostro de ella.—

...

La relación de Daemon había "terminado" a cómo había empezado, así que cuando Lyra se marchó a su habitación Daemon colocó su camisa aún sin poder poner está y salió de su habitación suspirando al sentir la tela pegarse en las quemaduras que no habían secado del todo.

𝐋𝐀 𝐃𝐀𝐍𝐙𝐀 #2: 𝐄𝐒𝐂𝐀𝐌𝐀𝐒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora