— niño. —murmuró Daemon sentando con el niño en brazos mientras lo miraba y este se movía tratando de meter su dedo entre sus boca.— Maegor. —le dijo y sonrió al verlo.— Maegor Targaryen. —susurró dejando un beso en su mejilla.—
Lo miró con atención observando sus ojos para así levantarse con el en brazos saliendo de la habitación hacia la de Arya entrando en esta para así mirar a Ronal que estaba sentado en una mesa escribiendo algo.
— largo. —le murmuró en alto Valyrio y Ronal no entendió aquello así que solo se levantó mirándolo.— largo, imbécil. —murmuró y Ronal suspiró saliendo de la habitación cerrando detrás de él, aunque no lo deseaba sabía que debía obedecer ahora que habían cuatro targaryen y dos Stark en su contra.—
Igual no le preocupaba, Daemon estaba tan enojado con Arya que no la perdonaría aunque esta le rogara. Igual seguía siendo su esposa y no podía cambiarlo.
Daemon entregó al niño a Arya y está entendió que era lo que Maegor quería así que lo acomodó mientras lo acariciaba mirando a Daemon sentarse mirando el fuego.
— Daemon... —le habló.—
— no hables. —le respondió.— escucha solamente. —dijo sin mirarla.— tu vida siendo bastarda fue fácil, eras una niña siendo bastarda de un hombre poderoso. Un hombre, no una mujer. Si tu madre hubiese sido la guardiana te abrían cortado la cabeza antes de que supieras que tenías una. Yo viví en una guerra toda mi niñez, una que se armó por lo que se decían de mi madre y sus hermanos. Cuando ellos vean que Maegor es diferente se asustarán de lo que pueda hacer cuando sea mayor y querrán evitarlo, matarán a Maegor y yo vendré por ellos.
La miró y Arya suspiró al verlo, el fuego parecía que se reflejaba en sus ojos.
— yo vendré y tomaré todo el norte en fuego y sangre. Mataré a cada hombre, niño y mujer de este lugar incluyéndote a ti por no proteger a mi hijo. No habrá nadie en este mundo que vaya hacerme cambiar de opinión, ni mi madre, ni los siete dioses mismo. —le murmuró y Arya miró a Maegor.—
Entendía aquello, los hombres podían engendran cientos de bastardos y se enorgullecían, pero si una mujer lo hacía era ir directo a la muerte.
— tú entiendes el crecer bajo la sombra de los hijos legítimos, Maegor no crecerá en esa sombra con mi hijo con Lyra. Sera amado y protegido, solo tienes que dejarlo ir.
Arya sollozó mirando a Maegor y miró a Daemon.
— Ellos van a matarte y a Luka quizás, nadie va a poder protegerlo. ¿Vas a dejarlo ir sabiendo que está bien o vivieras con el miedo de que algún día lo tengas que ver pagando pecados que no cometió? —daemon se levantó quedando de pie a un lado de la puerta mientras miraba al niño que comía del pecho de arya.—
— solo no dejes que vaya a olvidarme. —le susurró entre lágrimas y Daemon suspiró.—
No podía prometer nada, no sabía que pasaría con los años.
Pasó su mano por el cabello de Arya y suspiró para así dejarla en su habitación con Maegor.
...
Dos días después al amanecer se marchaba como lo había dicho, Visenya, Aemond, Rickary y Baelor esperaban junto a sus dragones mientras escuchaban los gritos dentro. No iban a intervenir, se había hablado pero sabían que la despedida siempre sería dura y cruel.
— ¡Daemon, por favor! —le gritó Arya mientras esté salía a paso apresurado con el niño sujeto a su pecho.— ¡Por favor!
Luka corrió detrás de Arya sujetandola cayendo en la nieve y Daemon siguió sin detenerse, Visenya lo miró mientras cubría a Maelor con la capa y Drakk descendió rugiendo.
— ¡Daemon! —le gritó una vez más Arya y logró librarse de Luka corriendo descalza en la nieve sujetando a Daemon del brazo haciendo que Drakk le rugiera amezanandola pero no desistió.—
— suéltame, Arya. —le dijo mirándola y quitó sus manos de su cuerpo sujetandola de las muñecas y Maegor lloró.— lo prometiste. —le susurró.—
— no, ya no quiero. —habló sintiendo a Luka abrazarla inmovilizandolo y la hizo que se cayera en la nieve mientras la abrazaba con fuerza.— ¡Daemon!
El joven subió al dragón mirando a Arya y luego Drakk dió la vuelta.
— ¡Visenya! ¡Por favor! —le gritó pero esta simplemente la miró a lomos de xyraxes.— ¡Por favor!
— todo va a estar bien, Arya. —susurró Luka contra su mejilla abrazandola mientras está lloraba desconsolada viendo a los dragones tomar camino al cielo.— todo va a estar bien. —le susurró una vez más y la soltó dejándola correr por un par de metros más hasta que cayó de rodillas y gritó con fuerza.—
Luka la miró y luego ordenó a una doncella traer la capa para así ayudarla a levantarse antes de cargarla dentro del castillo de nuevo.
📍PENTOS, DOS DÍAS DESPUÉS.
— Respira. —murmuraba Aemma mirando a Lyra que se quejaba sujetando su vientre.— una vez más, solo es un dolor, Lyra.
— no puedo, no puedo. —gruñió apretando el borde de la cama y suspiró mirando a Aemma que la observaba.— ¡No puedo! —le gritó aguantando el dolor.—
Aemma hizo una mueca mirandola y miró a Viserys cuando entró en la habitación empapado en agua, afuera llovía como si el cielo se cayera.
— no puedo ir a Desembarco así, Siraxya no desea volar y no puedo ir en barco, me perdería en el mar. —le murmuró y escuchó a Lyra quejarse gritando.— tendremos que esperar.
— ¡No! ¡No! —gritó Lyra cuando sintió húmedo sus muslos y negó llorando.— ¡No! —miró Aemma y está se asustó al verla levantar su vestido mientras miraba la sangre.— ¡TRAE A DAEMON! —le gritó y Viserys la sujetó ayudándola acostarse mientras las doncellas la ayudaban con el vestido que traía.—
— iré yo, Moon ha viajado en tormentas.
— es peligroso.
— yo no puedo tomar una decisión, Viserys. —lo miró.— debe ser mi hermano el que decida por ella.
Aemma salió de la habitación rumbo a la suya para cambiar sus vestidos por ropas más varoniles que le dieran comodidad antes de salir.
La tormenta le nublaba la vista aún caminando hacia la fosa que había allí así que sujetó su cabello con fuerza desencadenando a Moon que se sacudió y la sujetó.
— llévame a casa. —le susurró dejando un beso largo sobre las escamas y se subió sujetando bien su capa antes de salir de la fosa hacia el cielo oscuro.—