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...

— ¿crees que muera? —escuchó Daemon la voz de Arya a sus espaldas y giró su cabeza un poco mirándo a la joven de pie en la puerta.—

Daemon estaba de pie a orilla de la cama recargado en el barandal de los pies mientras miraba a Lyra dormir entre las pieles.

— no, solo duerme. —murmuró y Arya caminó hasta su lado observandolo para luego mirar a Lyra.—

— Debió estar asustada, imagina perderte o morir tan lejos de tu hogar. Sentí lo mismo en Harrenhal hace años.

El plateado la miró y observó su mejilla mientras suspiraba sintiendo el aroma que Arya desprendía de la ducha, olía ligeramente a flores pero era difícil de saber a cuáles.

Arya miraba a Lyra en la cama y cuando giró su vista a Daemon se encontró con los ojos de esta mirándola, Daemon no apartó la vista al contrario se acercó a ella rozando su nariz con la oreja de Arya para así suspirar mientras Arya se dejaba.

— Daemon... —murmuró Baelor en la entrada y suspiró al ver aquella escena mientras Arya se separaba observando a Baelor apenada y Daemon alzó una ceja mirando a su hermano.— ¿puedo hablar contigo?

Daemon asintió mientra miraba a Lyra que para suerte seguía durmiendo y salió de la habitación junto a Baelor que solo caminaba mirando al frente sin decir nada.

Cuando llegaron al balcón Baelor golpeó su cabeza haciéndolo quejarse mientras lo sujetaba haciendo que lo mirará.

— Sé lo que intentaste. —el menor miró a su hermano que ahora el sacaba varios centímetros y suspiró.—

— ¿de qué hablas? —respondió mirándolo a los ojos.—

— ibas a dejarla.

Daemon sonrió alzando una ceja y bufó.

— ¿De qué hablas?

— no te hagas el imbécil conmigo, Daemon. Te conozco mejor que nadie.

— No lo hice, es lo importante.

— lo pensaste y mucho.

— ¿quién te ha dicho? —mencionó sintiendo a Baelor soltarlo y lo miró recargarse en el balcón mirando a la gente que pasaba debajo trabajando.—

— Viserys te vio, se lo contó Aemma y ella me lo ha dicho a mi.

— Solo fue una duda de unos segundos, pero no intentaré nada de nuevo si es lo que te preocupa.

— Romperás su corazón, romperás toda el alma de Lyra. Mamá te dió a escoger, pudiste escoger lo que querías pero estabas cegado tanto en tu dolor, en tu rabia con madre que preferias alejarte y te has condenado a ti mismo. Te casarás con Lyra aquí, frente al arciano y los dioses.

— Baelor, no es tu decisión.

— ¡dije que lo harás! —le gritó y la atención de un par de personas fue hasta el balcón.— no dejaré que destruyas a Arya, te pudres por dentro del odio, del rencor y la ira. No dejaré que te lleves a Arya en eso, te ordenó que no intentes nada.

— no eres mi rey, no puedes ordenarme nada. —murmuró Daemon entre dientes mirando a los ojos a su hermano y Baelor alzó las cejas.—

— si la amas vas alejarte, te conoces a ti mismo. Sabes lo que eres, tú decides si serás viudo una vez más.

Daemon suspiró mirandolo marcharse y cerró los ojos con fuerza apretando el agarre en la madera hasta que sintió el ardor en sus dedos.

...

Aquella noche mientras Daemon bebía de la botella de vino sentando en las raíces del arciano sintió el olor de Arya pasar por sus fosas nasales impregnando su olfato, segundos después la miró sentarse a su lado en silencio mientras extendía su mano dándole cerezas que Daemon tomó comiendo sin decir nada.

Arya miraba al frente y suspiraba miéntras Daemon pensaba en lo que pasaría luego de lo que Baelor le había dicho, si había estado tan seguro al hablar sobre el matrimonio de su hermano y Lyra era por que tenía el respaldo de sus padres.

Y si estos aún no lo sabían, cuando Baelor les contará aquello y todo lo demás lo obligarían a casarse de inmediato.

Daemon miró a Arya pasando su mano por la parte trasera de su cabello mientras está cerraba los ojos sintiendo el calor de la mano del contrario.

Arya conocía a Daemon aunque esté no lo creyera, sabía a qué lugares iba en Winterfell cómo ahora que luego de que todos durmieran se había dado cuenta que el joven no estaba en las habitaciones.

Había llegado hasta el Arciano en medio del frío y se había quedado a su lado sin decir nada, la antorcha que estaba clavada a metros daba la luz suficiente para que pudiera verle un poco con claridad.

Cuando Daemon pasó su mano por la nuca de Arya levantando su cabeza ligeramente atrayendola hacia su pecho está suspiró mirandolo cuando la recargó en su hombro quedando tan cerca que podía sentir el aliento de Daemon, el vino y la cereza se mezclaban.

Daemon pasó su mano libre por su mejilla y acarició está sin dejar de mirarla mientras pasaba su dedo por el adorno que había en su frente colgado en un adorno en su cabello

— ocupas el lugar donde dejo mi marca. —susurró y Arya tocó el medio de su frente jugando con el adorno de la cadena de su cabello.—

— así siento que dejas la marca siempre, una manera de recordar que tocas mi piel.

Daemon entendió el significado del adorno que Arya llevaba en la frente y deslizó sus dedos por sus labios acercándose a estos para unir estos con los suyos en un beso lento mientras Arya correspondía aquello.

Se sentía como un beso que hubiera deseado siempre así que pegó a la pelinegra más a él y está se acercó subiendo sobre su regazo acariciando sus mejillas mientras seguía aquel lento beso que no creía que deseará tanto hasta ahora que lo estaba sintiendo.

Estuve tratando de editar esta para lo que traía en mente y no me salió, lloro

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Estuve tratando de editar esta para lo que traía en mente y no me salió, lloro.

𝐋𝐀 𝐃𝐀𝐍𝐙𝐀 #2: 𝐄𝐒𝐂𝐀𝐌𝐀𝐒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora