Lo que había iniciado con simples roces y besos había terminado de la manera que ambos habían querido y no aceptaban.
Daemon estaba recostado en el tronco del arciano mientras arya estaba sobre él, sus cabello cubrían su pecho desnudo miéntras que el joven sujetaba su cintura con sus manos pegándola más a él mientras está se movía con lentitud cuando el dolor de aquello por primera vez se había ido convirtiéndose en placer.
Arya sabía que aquello estaba mal, no por qué ella estuviera siendo mancillada, si no por qué Daemon estaba comprometido y su prometida estaba dormida en el castillo.
Aunque Daemon no estaba desnudo, su abdomen estaba descubierto con la camisa más arriba de su ombligo, Arya se sostenía de sus hombros moviéndose con cuidado mientras jadeaba acariciando la piel de Daemon que la miraba con los labios entre abiertos.
En cambio a Daemon ella si estaba desnuda, estaba cubierta por la capa sobre sus hombros y sus mallas pero no había nada más en ella que las manos del plateado que habían escalado hasta su senos acariciando estos con lentitud rozando sus pulgares con sus pezones duros por el frío y el placer.
Los pupilas de Daemon estaban dilatas al máximo que se podía estar al igual que las de Arya que pasaba su mano por el rostro del joven acariciando este, cuando su pulgar pasó por el labio inferior del plateado este dejó que lo metiera en su boca mientras la pelinegra lo miraba con atención sin dejar de mover sus caderas.
Cuando el agarre de Daemon fue más fuerte en en sus caderas Arya se quedó quieta sobre él mientras el contrario jadeaba cerrando los ojos con fuerza. Arya se acercó a él dejando un par de besos sobre sus labios mientras pegaba su pecho al suyo abrazándolo escondiendose en su cuello dejando que Daemon acariciara su espalda debajo de la capa.
No había necesidad de decir nada, era lo que Arya deseaba y Daemon de igual forma, no iba a sentirse mal por desear sentir aquel placer.
...
Cuando Daemon llegó a su habitación tirándose en la cama suspiró recordando lo que había pasado como si fuera un sueño, pero no lo era había ocurrido y se sentía tan bien.
Arya de igual forma se sentía igual de bien, no había cambiado nada en ella pero ahora sabía lo que se sentía estar con un hombre. Pero su felicidad se vio arruinada cuando luego de dormir la primera notícia que había recibido era que Cregan se había ido.
...
Cuando todos salieron de el salón principal donde habían dejado claro lo que pasará con su decisión de casarse, Daemon sujetaba la mano de Lyra mientras caminaban hacia el comedor.
Visenya había organizado la cena para todos y aunque la mayoría estaba triste, sabían que era algo que tenía que pasará que ahora había pasado.
Daemon miraba a Arya frente a él jugando con el tenedor mientras esperaba la cena, así cuando está alzado la vista mirándolo a los ojos la observó de igual forma por largos segundos.
La sangre de Daemon hervía no de enojo, si no de excitación al recordar la madrugada de ese día.
Arya alzó ligeramente la ceja y Daemon bajó la vista suspirando, si seguía así tardaría un poco más en levantarse que los demás.