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Daemon se había quedado en la playa mientras jadeaba buscando regular su respiración, llevaba llorando más de una hora en la oscuridad con el sonido de las olas a lo lejos.

- oh dioses que he echo, no pude proteger a mis hermanos.... -susurró para el mismo golpeando su cabeza con las palmas de su mano y lloró de nuevo.- lo siento tanto Rhaenyra, lo siento tanto Baelor.

Repitió hasta que Rhalys lo abrazó con cuidado escuchándolo, estaba por amanecer y el frío se había más fuerte para ella que aunque llevaba capa y ropa abrigada la hacia titiritiar, Daemon solo llevaba su camisa de dormir y unos simples pantalones de tela.

- lo siento tanto, Rhalys. -le dijo mirandola y está negó poniendo la capa que le había traído.- yo te dije que protegería a Baelor y ahora puede que esté muerto.

- debes calmarte, Daemon. Si tú madre llega querrá saber que pasó y no puedes estar así. -habló y Daemon negó, tenía los labios pálidos del frío.-

- mamá jamás podrá perdonarme, mi padre Rickary jamás podrá perdonarme que no haya protegido a mi hermana. No pude proteger Alendrys y ahora no lo hice con Rhaenyra. -le dijo a la pelinegra y está enrolló bien la capa al rededor de su cuerpo.- mamá jamás va a perdonarme, se supone que debería protegerlos de todo, yo soy el hermano que los protege de todo.. -repitió golpeando su frente seguidamente mientras Rhalys lo miraba queriendo detenerlo, pero no puedo así que unos minutos después fue Lucerys el que apareció levantandolo con cuidado para abrazarlo sujetando sus brazos de igual forma haciéndolo caminar de vuelta al castillo.-

El agua lo había empapado rápido y aunque Daemon no se quejaba del frío temblaba por este.

...

Mientras susurraba para el mismo sentado frente al fuego en busca de calor, Leanor lo miraba con atención como le había prometido a su padre. Si veía alguna acción peligrosa de Daemon avisaría rápidamente a su padre y el guardia.

¿cuál era una acción peligrosa? Tratar de matarse o de huir de ahí.

- estará todo bien, Daemon. -le dijo y este se golpeó la cabeza con la palma de su mano meciendose el mismo sobre su cuerpo susurrando algo.- tu madre vendrá y sabrá que no ha sido tu culpa. -mencionó mirando el enorme ventanal cuando el rugido de los dragones se escuchó.-

Pronto escuchó las botas en el pasillo y miró la puerta que estaba abierta a la mujer de cabellos blancos húmedos que pasó enfurecida con los que trataban de detenerla.

Miró a Daemon que no tomo importancia y escuchó los gritos dentro de la habitación de Baelor, su padre Lucerys no lo había dejado entrar y por lo que escuchaba sabía que algo malo le había pasado a su cuñado.

No quería ni imaginar el dolor de su pobre hermana que estaba a un par de habitaciones de ahí.

...

Cuando otras botas se escucharon en el pasillo miró al hombre de cabellos blancos pasar junto al de cabellos negros, conocía a los reyes así que supo que eran ellos los que habían llegado, escuchó el quejido de uno de ellos y miró a Daemon que golpeaba su cabeza con ambas manos cubriendo sus oídos al escuchar.

Vio a Maelor entrar en la habitación y una rubia entró después sujetando a Daemon que negaba llorando aturdido, Lyra había llegado.

- shh, tranquilo. -susurró la rubia sujetando las manos de Daemon para llevarlas a sus piernas mientras Daemon apretaba estás negando a su esposa que lo observaba.- no es tu culpa, nada de esto es tu culpa. -le dijo abrazándolo y dejó un par de besos sobre su mejilla mirando la herida que había en su hombro como de raspones.-

𝐋𝐀 𝐃𝐀𝐍𝐙𝐀 #2: 𝐄𝐒𝐂𝐀𝐌𝐀𝐒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora