📍PENTOS, DOS DÍAS ATRÁS.— Es mejor enviar a Maelor solo, podrá ir y regresar con el mensaje. —dijo Daemon mientras estaba sentado a orilla de la cam mirando a Lyra que trenzaba su cabello caminando por la habitación con una de las batas que no cubría mucho que dijera.—
— No, Maelor es confiable pero quiero llevar el mensaje a Visenya, sabes cómo es Maelor. Podría irse a otro lado y perder la carta. —le dijo para así dejar su cabello suspirando mientras se metía entre las piernas de Daemon acariciando sus mejillas para así dejar un beso en sus labios antes de subirse en su regazo.— solo será una semana máximo y estare de vuelta.
— es una semana Lyra, una larga semana. —le dijo y está negó sonriendo mientras peinaba sus cabellos.—
Daemon había cortado su cabello los últimos años al raz nuevamente, había cambiado los largos y labios cabellos por algo mas formal como muchos creían aunque era que el calor de aquellas tierras lo irritaban pero se sentía cómodo allí, después de todo ser un principe solamente tenía sus ventanas, podía vivir la simple vida.
— Estaré aquí antes de que Arya de a luz. —susurró moviendo sus caderas sobre el regazo de Daemon y este suspiró pasando sus manos por su trasero atrayendola más hacia él.— ¿Es eso o estás celoso de que vaya con Maelor?
— Maelor no es tan estúpido como para ponerte la mirada encima de esa forma. —le susurró y Lyra sonrió besando sus labios mientras asentía metiendo una de sus manos entre sus cuerpos frotandola sobre el pantalón de Daemon.—
— lo sé, pero hay cientos en Desembarco.
— le cortare la cabeza al que respire cerca de ti. —mencionó jadeando bajo contra los labios de la rubia y está saco los cordones de su pantalón para acomodarse sobre él haciendo que entrara en su interior para así jadear sonriendo mientras se movía con cuidado dejando un par de besos en su mejilla para callar sus gemidos sobre estos.—
Aunque los aposentos eran seguros, habían seis niños en el castillo. Niños que vagaban por el castillo todo el tiempo así que procuraban ser más que silenciosos aunque aquello no era posible del todo siempre.
Abrazó a Daemon por el cuello mientras esté la sujetaba del trasero haciendo que se moviera sobre él con lentitud, a Lyra le gustaba estar de aquella forma. Hacia que Daemon entrara por completo en ella y se movía con lentitud sintiéndolo allí golpear aquel punto que la exitaba tanto.
Cuando la puerta se abrió dejando ver a Maegor que caminaba con Saera de un brazo lyra se abrazó de Daemon ocultando su rostro en el cuello del padre de los niños y Daemon tomó la sábana cubriendo un poco su regazo con Lyra encima.
— padre. —dijo Maegor y Daemon asintió mirándolo.— Saera dice que soy un estúpido por no pronunciar bien, pero en realidad es ella la que no está pronunciando bien.
Saera soltó un quejido y negó.
— mi pronunciación es perfecta, el maestre lo ha dicho. Era la condición de la apuesta, dejarías que Aemond durmiera con nosotros y tú te irías a su habitación.
— ¿que apostaron? —dijo Daemon evitando que Lyra se moviera para así alzar una ceja.—
— Aemond dijo que nos contaría algo que ha leído en un libro, pero tenía que dormir hoy con nosotras. Pero hoy Maegor duerme con nosotras y no quiere cambiar de lugar con Aemond.
— Maegor cambia de lugar y deja el drama.
— no, hoy hay luna llena y en su habitación se ve desde la ventana. Es la condición de que les haya cambiado mi habitación para que estuvieran cómoda. —dijo Maegor soltando su brazo y caminó hacia Daemon pero este negó.—