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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 19


El día del baile había llegado. Y aunque las clases se habían cancelado, Larissa tuvo que permanecer toda la mañana en la academia en compañía de Leah, para asegurarse de que cada detalle quedara perfecto.

Y afortunadamente así fue. A la hora del almuerzo, Anne la obligó a regresar para que pudiera comer algo y después de eso, decidieron empezar a arreglarse juntas.

¿Puedes quedarte quieta por un segundo? —preguntó con impaciencia—. Voy a picarte el ojo si sigues moviéndote —Anne estaba sentada a horcajadas sobre Larissa y le daba los últimos retoques a su maquillaje.

Llevo con los ojos cerrados casi una hora, Anne. Estoy empezando a ver estrellas —se quejó. Ella rió y se alejó por un momento. Larissa abrió los ojos y tuvo que parpadear varias veces para enfocar su visión. Anne ladeó la cabeza y se tomó un momento para observarla.

Muy linda —le dejó un beso en la punta de la nariz y quiso levantarse, pero Larissa la sujetó de la cadera para impedírselo—. Tengo que arreglarme yo también, Larissa. No podemos llegar tarde, eres la directora.

Quiero renunciar —buscó sus labios para besarla, pero Anne rió con sarcasmo y apartó la cara, ganándose una mirada de molestia por parte de Larissa.

Te arruinarás el maquillaje, cariño —le recordó—. Y ni tú misma crees en lo que acabas de decir.

Se levantó al fin y caminó hacia el armario. La habitación estaba hecha un desastre porque el día anterior, Larissa había decidido llevar una parte de su ropa y otras pertenencias para iniciar con la mudanza.

Y debido a la tensión del baile, había olvidado poner todo en orden, por lo que las maletas estaban tiradas en el piso, al igual que varias cajas, en donde Anne estaba apartando algunas cosas para donar y así hacerle espacio en su armario.

Será mejor que empieces a vestirte ya —le dijo mientras entraba al baño. Larissa se levantó rápidamente y fue tras ella. Anne se giró en la puerta y la vio con curiosidad—. Apresúrate, no me tardo.

¿Puedo acompañarte? —preguntó con ilusión.

Vístete, Larissa —insistió.

Al menos lo intenté.

Anne negó con la cabeza mientras reía y entonces ella se dispuso a buscar su vestido. Por un momento se sentó en la cama y su mirada se perdió en algún punto de la habitación. Estaba pensando en el baile. Perdiéndose en sus recuerdos. Todos los años era lo mismo, y al principio creyó que ese sería diferente, pero no fue así.

Aunque ya no tenía sentido. Ahora Anne estaba con ella, así que ya nada de eso debía importarle. ¿O si? ¿Por qué tendría que torturarse de esa forma? Muchas preguntas se agolpaban en su mente y aunque no quisiera prestarles atención, le era imposible no hacerlo. Y cuando Anne salió, quedó sorprendida al verla con el cabello suelto aún.

¿Necesitas ayuda con el peinado? —le dijo. Larissa dio media vuelta y le mostró una sonrisa. Bastante inusual para Anne. Porque, por alguna razón, la sentía vacía.

—Lo dejaré así —confesó—. Aunque solo será por esta noche. ¿No te gusta?

Claro que sí. Siempre te he dicho que te ves preciosa de ese modo —respondió con un sonrisa—. Pero recuerda que debe gustarte a ti en primer lugar.

Larissa sonrió con ternura y Anne se vistió ante su atenta mirada. Ella simplemente no podía dejar de verla. Era como admirar una pintura. Por más que la viera, siempre encontraba detalles nuevos. Y le resultaba hipnotizante. Podría permanecer así toda la vida y nunca se cansaría. La vio maquillarse y arreglarse el cabello, disfrutando cada segundo. Anne se giró al estar lista y alzó un tacón para mostrárselo.

𝒟ℯ𝒿𝒶𝓂ℯ 𝒸𝓊𝒾𝒹𝒶𝓇 𝒹ℯ 𝓉𝒾  / ℒ𝒶𝓇𝒾𝓈𝓈𝒶 𝒲ℯℯ𝓂𝓈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora