Accidente [extra]

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ᴠᴀʀɪᴏs ᴀñᴏs ᴀɴᴛᴇs


La familia Greenwood, conformada por Susan y Ernest Greenwood como padres y Anne y Claire Greenwood como hijas del matrimonio siempre había sido una familia amorosa a la vista de todos, pero eso no era del todo cierto.

Ernest no era un buen esposo y aunque se esforzara para serlo, tampoco era un buen padre. Y ninguno de ellos se imaginó que esa noche, la vida de su pequeña familia cambiaría para siempre. Especialmente para Anne.

Susan recibía a los invitados en la puerta, mientras que Ernest se aseguraba de que cada uno de ellos disfrutara tanto del vino como de los bocadillos. Y Claire ayudaba a su pequeña hermana a vestirse en su habitación.

—¿Estás nerviosa? —le preguntó con una sonrisa mientras subía el cierre del vestido de Anne.

—¿Por qué iba a estarlo? Es solo un cumpleaños más —expresó Anne sin entusiasmo—. Papá se va a emborrachar y mamá llorará hasta quedarse dormida.

—Anne —Claire la tomó de los hombros y la hizo girar para quedar cara a cara con ella—. Tienes que olvidarte de eso al menos esta noche —le acomodó uno de sus cortos mechones detrás de la oreja y le dejó un beso en la frente. Eran apenas dos años la diferencia de edad que había entre ellas, pero el instinto maternal de Claire siempre había sido muy fuerte con su hermana—. Es tu cumpleaños.

Claire la abrazó un momento mientras Anne suspiraba con pesadez. Odiaba cualquier fiesta familiar porque sabía que todo siempre acababa en discusiones. Con su madre reclamándole a su padre sus incontables infidelidades y él acusándola de no ser una buena esposa. Y ella encerrada en su habitación con su hermana. Llorando y deseando desaparecer.

—¿Cómo es que tú y Larissa se dicen? —añadió Claire mientras parecía pensativa—. Oh, sí —recordó—. Es tu cumpleaños, florecilla —Anne la miró con molestia y la empujó levemente, haciendo que su hermana soltara una risa burlona.

—No empieces, Claire —se miró una última vez en el espejo y aunque lo negara, sí, definitivamente estaba nerviosa. Ver a Larissa siempre la ponía nerviosa.

—¿Ella vendrá, no es así? —preguntó mientras se dejaba caer en la cama.

—Por supuesto. Es mi mejor amiga.

—¿Y nada más eso?

—Claire —mencionó con hastío y dirigiéndole una mirada reprochante.

Ellas siempre se habían llevado muy bien, pero a veces los roles parecían invertirse. A pesa de ser la mayor, Claire podía llegar a ser muy fastidiosa e inmadura. Además de que le encantaba llevarle la contraria a la gente. Y Anne, a pesar de ser muy alegre y dulce, habían momentos en donde se volvía un tanto amargada. Y era un poco más sensata que su hermana.

—No soy una tonta, Anne. Basta observar las miradas que se dan para darse cuenta de que están enamoradísimas —los ojos de Anne se abrieron aún más al escuchar eso y tuvo que desviar la mirada para que su hermana no se diera cuenta del rubor en sus mejillas—. Ustedes son las únicas que no lo quieren aceptar.

—¡Silencio! —susurró al escuchar pasos acercándose—. Papá te puede oír.

—Entonces si tengo razón —expresó con una sonrisa—. Mi hermanita está enamorada —se levantó de inmediato y tomó las mejillas de Anne para apretarlas con fuerza. Ella le apartó las manos de un golpe y Claire solo rió.

—Niñas —habló Susan desde el otro lado de la puerta—. ¿Están listas? Creo que Larissa acaba de llegar, apresúrate Anne.

—Si, mamá —respondió Anne mientras le indicaba a Claire que se callara—. En un momento bajo.

𝒟ℯ𝒿𝒶𝓂ℯ 𝒸𝓊𝒾𝒹𝒶𝓇 𝒹ℯ 𝓉𝒾  / ℒ𝒶𝓇𝒾𝓈𝓈𝒶 𝒲ℯℯ𝓂𝓈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora