Epílogo

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ᴜɴ ᴍᴇs ᴅᴇsᴘᴜés

ʀᴇᴄᴏᴍᴇɴᴅᴀᴄɪóɴ ᴍᴜsɪᴄᴀʟ: sʜᴇ ᴋᴇᴇᴘs ᴍᴇ ᴡᴀʀᴍ - ᴍᴇʀʏ ʟᴀᴍʙᴇʀᴛ.


El sol brillaba en todo su esplendor esa mañana y las tres horas de viaje habían valido toda la pena, porque para Anne y Larissa no había nada más agradable y reconfortante que ver los brillantes ojos de Lou y escuchar su risa tan dulce, porque esa pequeña bebé se había robado sus corazones desde el primer momento.

El semestre finalmente había terminado, así que eran libres de visitarla todos los fines de semana. Y además de eso, los preparativos de la boda no podían ir mejor. Ambas estaban tan felices, que no cabían de la emoción. Y habían decidido compartir toda esa felicidad y amor con Lou.

Estoy completamente convencida de que esa pequeñita no podrá tener mejores madres que ustedes dos —expresó Clarisse con una tierna sonrisa mientras su mirada se alternaba entre ambas. 

El rostro de Anne se iluminó. Había escuchado esa palabra en incontables ocasiones, pero esa vez era diferente, porque ahora el título era para ella. Sería madre y aún no lo podía creer.

Estamos tan emocionadas —mencionó Larissa mientras sujetaba la mano de Anne. Ninguna de las dos había podido dormir la noche anterior porque el hecho de pensar que en menos de un mes serían esposas y tendrían a Lou con ellas les llenaba el alma inmensamente.

No es necesario que lo digas, Larissa. Solo basta ver el brillo en sus ojos al estar con ella —se levantó de su silla y caminó hacia la puerta para abrirla, extendiendo la mano hacia afuera después—. Pasen al patio, por favor, Miranda las está esperando.

—¿No vienes con nosotras? —cuestionó Anne al ponerse de pie ella también.

—Tengo algunas cosas que hacer —se excusó.

Anne salió primero y Larissa fue tras ella. Miranda estaba en aquella misma banca, donde los caminos de Anne y Lou se cruzaron por primera vez y para siempre. Sonrió ampliamente y extendió los brazos hacia la bebé. Ella empezó a moverse y a reír con entusiasmo al verla. Anne la tomó de inmediato y besó la pequeña frentecita blanca.

¿Cómo han estado? —las saludó Miranda.

Felices —expresó Larissa mientras  también le dejaba un beso a Lou, pero ella empezó a llorar casi de inmediato.

¿Qué le hiciste, Larissa? —preguntó Anne con molestia mientras empezaba a mecer el diminuto cuerpecito de Lou y a besar su cabecita.

Solo le di un beso —le extendió los brazos porque ella también quería cargarla, pero Lou simplemente giró el rostro, haciendo que Anne soltara una risa burlona.

Ya sabemos quién es su favorita —Larissa frunció los labios y simplemente jugó con las manos manos de Lou.

En un momento, la bebé la cerró una de ellas en índice de Larissa y sentir el cálido e infantil agarre de Lou la hizo muy feliz, hasta el punto de que su corazón se aceleró ligeramente. Pero fue en ese momento en que Larissa se dio cuenta de la magnitud del asunto. Sería madre. De verdad sería madre. Y no se sentía lista para ello.

¿Estás bien? —le preguntó Anne al notar que su semblante había cambiado.

Olvidé decirle algo a Clarisse —intentó deshacerse de la pequeña manito que proclama su índice como su nuevo juguete y aunque al principio le costó, finalmente logró hacerlo, pero Lou empezó a llorar otra vez.

𝒟ℯ𝒿𝒶𝓂ℯ 𝒸𝓊𝒾𝒹𝒶𝓇 𝒹ℯ 𝓉𝒾  / ℒ𝒶𝓇𝒾𝓈𝓈𝒶 𝒲ℯℯ𝓂𝓈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora