𝒟ℯ𝒿𝒶𝓂ℯ 𝒸𝓊𝒾𝒹𝒶𝓇 𝒹ℯ 𝓉𝒾 / ℒ𝒶𝓇𝒾𝓈𝓈𝒶 𝒲ℯℯ𝓂𝓈

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𝖠𝖽𝗏𝖾𝗋𝗍𝖾𝗇𝖼𝗂𝖺 𝖽𝖾 𝖼𝗈𝗇𝗍𝖾𝗇𝗂𝖽𝗈: +18

╼━━━━━━━━━╾

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 15

ʀᴇᴄᴏᴍᴇɴᴅᴀᴄɪóɴ ᴍᴜsɪᴄᴀʟ: "ʙᴏɴɪᴛᴀ" ᴅᴇ ᴍᴏɴ ʟᴀғᴇʀᴛᴇ.

Las caricias que Larissa dejaba en su cuerpo le resultaban como ligeros choques de energía. El calor de sus labios quemaba su piel y la humedad de sus besos era extremadamente satisfactoria. Y aún así, Anne quería más. Necesitaba mucho más.

Larissa retiró las manos de su cintura y las bajó hasta el cinturón, empezando a soltarlo. Ni siquiera supo dónde lo tiró, porque estaba muy concentrada en quitarle el pantalón. Ella elevó las caderas para facilitarle el trabajo y soltó una risita.

—¿Muy desesperada, señorita Weems? —Larissa la miró y disfrutó de la vista. Su cabello estaba esparcido por toda la almohada, sus pequeños senos totalmente descubiertos y ligeramente rojos a causa de las marcas de su labial.

—Lo estás tanto como yo, así que no te burles —advirtió volviendo a quedar encima de ella. Besó sus labios con suavidad y bajó hasta sus senos, besándolos también, dibujando círculos con sus dedos alrededor de los pezones.

Anne arqueó levemente la espalda y suspiró al sentir la tibia lengua de Larissa contra su piel. Ella se deshizo de los pantalones de un tirón y dejó un pequeño apretón en su muslo izquierdo, mientras bajaba por su pecho hasta el abdomen, dejando un camino de besos en todo ese espacio. Anne sintió cosquillas. La zona de su vientre era muy sensible, así que le fue imposible no reír.

Los ojos de Larissa viajaron hasta las piernas de Anne y suspiró lentamente. No era la primera vez que las veía, sin embargo, era la primera vez en mucho tiempo en donde podría tocarlas y disfrutarlas con toda libertad. Sin ningún remordimiento. Sin aquella culpa que la invadía cuando era joven. Cuando se suponía que no debía tener fantasías con ella porque era su mejor amiga.

—Te amo —dijo. Con la punta de los dedos rozó la tela de su ropa interior, causándole escalofríos. Tomó uno de sus bordes y la separó de la piel ligeramente—. Y eres tan perfecta para mí —empezó a deslizar la pequeña prenda hacia abajo y sintió cómo su corazón se aceleraba más de lo que ya estaba.

—He soñado con este momento durante toda mi vida, Larissa —expresó con los ojos cerrados—. ¿Qué estás esperando? —Larissa sonrió y regresó hacia ella. La besó muy dulcemente, alargando los segundos, tirando de su labio inferior con suavidad. Primero quería asegurarse de que estuviera lista.

Acomodó su mano entre los muslos de Anne y se dio cuenta de lo mojada que estaba. Sonrió nuevamente y empezó a mover sus dedos en círculos, presionándolos suavemente contra ella. No quería lastimarla ni que el roce se sintiera incómodo o doloroso. La sintió removerse y arquear la espalda. Anne, con una mano se aferró a las sábanas y ladeó la cabeza, estirando el cuello. La otra mano se cerró en la muñeca de Larissa que reposaba sobre el colchón y la apretó con fuerza.

—¿Estás bien? —le preguntó al sentir su agarre.

—Perfectamente —respondió sin abrir los ojos-. Continúa.

Larissa la besó e introdujo un dedo en su interior. Anne jadeó y respiró hondo, con la vista clavada en el techo. Sintió sus labios en el mentón, subiendo hasta llegar al ángulo de la mandíbula, en donde le dejó un leve mordisco. La respiración de Anne estaba empezando a agitarse a medida que Larissa se movía en su interior. Al principio despacio, muy despacio, pero después fue más profundo y rápido, haciéndola soltar suaves gemidos y jadeos.