ROMPECABEZAS

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Capitulo 1


El tiempo es efímero en el mundo de los hombres.

Cada segundo es irrepetible y aunque existen segundas oportunidades, nada es igual.

Algunas veces me pregunto si esta segunda oportunidad que se me concedió no fue nada mas que un respiro dentro de la constante asfixia en que se transformó mi vida.

No había razón para preguntar qué día de la semana era o la fecha exacta en que estaba. Los sábados no eran diferentes de los lunes y los días festivos habían desaparecido.

Las personas no vivían su vida esperando que fuera viernes para planear un divertido fin de semana, en su lugar lo hacían esperando que el mañana fuera menos difícil que el hoy, que un infectado no se cruzara en tu camino o deseando encontrar algo más de comida para llevarte a la boca que no fueran productos caducados o galletas rancias. A veces incluso, si tenías suerte, podías encontrar una buena cama donde dormir por las noches, pero hasta eso era un lujo demasiado caro para costear.

No solo tenías que cuidarte de los muertos que caminaban sobre la tierra, en realidad ese podría ser el menor de tus problemas, en cambio los humanos, los sobrevivientes, uno pensaría que en tiempos de crisis la humanidad se uniría, la realidad era que en tiempos de crisis terminamos recurriendo al principio más básico arraigado en nuestro ADN desde que nacemos. La supervivencia del más fuerte.

La pérdida de tú humanidad es el costo por un día más de vida.

Es lo que hacemos ahora.

Sobrevivir en un mundo muerto.

——————

Allison Archer se encontraba forcejeando con un infectado cuando perdió el equilibrio y cayó al suelo de un golpe que retumbo hasta sus huesos. Tenía el ceño fruncido por el dolor creciente de su cabeza, cortesía de la volcadura que habían sufrido minutos antes y que estaba casi segura, se trataba de una pequeña contusión que de milagro no la había dejado inconsciente.

Debió haberle insistido más a Cassandra para tomar el control de la camioneta, así no estarían en esa situación.

El gemido escalofriante de un segundo infectado, acercándose lentamente hacia ella, atrajo su atención, mientras evitaba que los dientes amarillentos del que tenía encima la alcanzaran.

Por el rabillo del ojo observaba a Daniel, Lyvia y Cassandra quienes seguían lo suficientemente lejos y entretenidos con sus propios infectados como para ayudarla en ese momento y para colmo había perdido su arma durante la caída. Aún tenía el cuchillo mariposa en su bota izquierda, pero alcanzarlo podía darle una ventaja al muerto que no quería.

En conclusión, si no pensaba rápido y todo dejaba de dar vueltas, estaría perdida.

—Dan... —escuchó la voz de Cassy quien señalaba hacia Allison.

—Maldición —Daniel gruñó pateando al infectado para desequilibrarlo comenzando una carrera, mejor dicho, una cojera frustrada hasta ella.

Pero todos sabían que aún estaba muy lejos. No llegaría a tiempo para salvarla, ninguno lo haría.

Al menos no uno de ellos, pero alguien que había estado observándolos desde las sombras desde hace tiempo sí que podía.

——————

Amelia se maldijo mientras dejaba escapar un pesaroso suspiro.

Avanzo con largas zancadas todo el camino hasta la puerta principal de la cabaña, tomando a su paso la pequeña hacha de mano colgada sobre la chimenea empolvada.

AMELIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora