Capítulo 18: Soap

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Dios, desearía nunca haber hablado, ahora tengo que lavar mi boca con jabón.




No esperé nada de Yoongi después de que se fue, ni una llamada ni un mensaje, yo sabía que no pasaría nada como eso. Tampoco rebusqué ante su ida, simplemente me fui al hospital con las manos en los bolsillos, completamente solo.

No esperaba la sorpresa que me encontraría cuando entrase.

Habían pasado exactamente dos horas y media desde que él se había ido de mi casa, o eso suponía. Cuando entré al hospital vi un montón de gente adentro, el lugar estaba más lleno que de costumbre, y fui empujado más de una vez por alguna enfermera que corría hacia alguna sala por emergencia. Mis ojos vagaron por el lugar hasta que me encontré con mi hermano apoyado sobre el mostrador principal con sus pequeños bracitos encima más sus pies de puntillas intentando mantenerse estable; hay un bol grande de dulces y él está intentando sacar alguno. Voy hacia allí, tocando su hombro, haciendo que él pegue un salto hacia atrás tambaleándose, mis manos logran atraparlo antes de que caiga al suelo.

—¡Jimin! Me asustaste, no hagas eso.

Le envié una sonrisa juguetona y tomé dulces de aquel bol que estaba intentando alcanzar. —¿Qué haces afuera de tu habitación? Tienes que prepararte para la operación y aquí hay mucha gente.

Se cruzó de brazos, su ceño no estaba fruncido pero parecía que quería estarlo. —Yo puedo salir de mi habitación, soy grande, tengo... —balbuceó un momento mostrando cinco dedos de sus manos, concentrándose en ello— estos años, así que puedo salir a buscar dulces como los adultos. 

—Ya, adulto, aquí tome unos dulces. ¿Vamos a la habitación ahora?

Me sonrió. Le ofrecí mi mano para que la tomara y lo hizo, era tan pequeñita que incluso solo se agarraba de tres de mis dedos. Caminamos por los pasillos. Intentaba que las personas no empujaran, aun si era sin querer, el cuerpo de mi hermano porque se notaba que estaba algo débil. Pasamos por muchos lugares antes de poder estar siquiera cerca de su habitación. Mi hermano iba hablando sobre algunas cosas, hasta que mis ojos se abrieron cuando él dijo:

—Hoy un amigo tuyo vino a verme. 

Yo, confundido, le envié una mirada que expresaba exactamente ese sentimiento. —¿Quién? 

—Se llamaba Yoongi. Me dijo que te conocía, fue lindo.

Nos detuvimos solo porque él lo quiso así. Me paró justo cuando estábamos a punto de llegar. 

Jihyun apuntó a mi derecha con sus labios curvándose hacia los costados. —Era él. 

Mis ojos fueron hacia allí, encontrándome casi cara a cara con Yoongi. Aquel con el que había estado durmiendo horas atrás, ahora estaba apoyado en una pared con sus ojos puestos en mí. Su rostro estaba hecho un desastre, tenía el labio inferior hinchado, rojo, y un moretón en su mejilla que recién estaba comenzando a tomar color, tan reciente como las heridas en sus nudillos.

Mi pequeño hermano interrumpió nuestro intercambio de miradas jalando mi mano con suavidad. —¿Puedo entrar a la habitación a comer mis dulces?

Lo miré luego de eso, nervioso, dubitativo, más no por la pregunta sino por esta extraña situación. —Sí, claro. Ve a tu cuarto, come todos los que quieras, pero si el estómago te duele tienes que parar, ¿de acuerdo?

Asintió con sus mejillas hinchadas de felicidad, corriendo hacia el lugar, soltando el agarre de su mano con la mía.

¿Qué le había pasado a Yoongi? Necesitaba saber, mi pecho enviaba una sensación que yo identifiqué como preocupación, esa que yo sentía solamente por mi hermano. Me acerqué cuando pude, lo hice, y no recibí un saludo o una explicación, no era su deber hacerlo tampoco.

DRAMA KING. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora