Capítulo 54: Proteger

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El tiempo se estaba agotando, cada vez poseía menos de él para todo; el plazo de pago de las deudas que Yoongi tenía con estas personas, y también, la decisión que se supone debía tomar.

Namjoon me había ido a dejar y a buscar al instituto durante semanas, se sentía casi como una rutina. Y lo era, de hecho. El camino era silencioso la mayoría del tiempo. La mirada de él siempre se mantenía en mí como si esperara que yo dijera o hiciera algo, pero no lo hacía, siempre estaba demasiado ocupado pensando en qué hacer para sobrevivir al día siguiente.

Yoongi había tenido tres peleas esa semana y estaba hecho mierda, tanto, que dejó de venir a clases porque todo allí producía conflictos. Estaba mal, todo estaba mal. El estar en casa ocasionaba que el abuso con las drogas fuera mayor. Estaba endeudándose con nuevas personas con incluso mayores cantidades de dinero que antes. Intentando pagarlo, se metía en peleas que lo dejaban prácticamente inmóvil en el sofá de su casa, con Hoseok llamándome a las tres de la mañana para ver qué podía hacer al respecto. 

Su voz siempre decía: "creo que está muerto. Jimin, creo que él está muerto... No sé si respira, no quiero que se muera... No quiero que Yoongi se muera".

Esta era una de esas ocasiones.

Yo estaba ahí, arrodillado hacia el cuerpo inerte apoyado en el sofá. Su rostro estaba sangrando, había sangre moviéndose desde sus labios hasta su barbilla y cayendo por su pecho, había sangre en sus pómulos y moretones encima de los viejos moretones. Cuando llegué, él levantó la mirada hacia mí con los labios entreabiertos, demostrándome que apenas podía respirar sin que aquello le doliera. Acariciaba su cabello mientras intentaba tranquilizarme a mí mismo. Su mirada tenía algo de insano en ella, lucía sorprendida.

—Jimin. —pronunció.

Le hice callar con un pequeño arrullo estúpido que se mantuvo un buen rato. Él cerró los ojos ante mi toque, e intenté usar las cosas que traía para poder limpiar y sanar algunas heridas. Estaba hecho mierda, siempre lo estaba. Le di unas pastillas que aliviarían algo del dolor. Fue entonces, cuando su rostro parecía libre de algo de la sangre, cuando pregunté:

—¿Ellos te rompieron algo?

—No lo creo.

—¿Por qué fue esta vez?

—Les debía dinero —su voz sonaba avergonzada y decaía a cada palabra que salía junto a otra—. Siento que lo poco que nos veamos sea yo contándote siempre la misma historia.

—Sí. Lamento no poder verte tan seguido como antes.

No quería que se culpara a sí mismo, así que transmití algo de culpa a mí también. La verdad es que lo he visto casi todos los días pero él ha estado demasiado inconsciente como para darse cuenta de eso. Moví mi mano cerca de la suya, que estaba magullada y herida, entrelazando nuestros dedos, pero Yoongi apretó más el agarre y esa sensación familiar me llevó a mirarle discretamente; su ceño se fruncía, como siempre.

—Algo te preocupa. —aseguró.

—Creo que es más que preocupación, es miedo —corregí. Acaricié levemente nuestro agarre con mi pulgar, sonriendo—. Pero sé que vamos a salir de esto, siempre lo hacemos, ¿no?

Duramente asintió, viendo hacia otra dirección. —Intentaré pagar el dinero que debo.

No me creía.

Él no pensaba que yo estuviera siendo sincero cuando le hablo sobre arreglar las cosas. Porque se encogía sobre sí mismo. Había diferentes cosas que me hacían ver que Yoongi simplemente no creía en nosotros.

—Hey —intenté llamarle, pero no volvió a poner sus ojos sobre mí, así que arrastré mi mano que no estaba sosteniendo la suya por sus mejillas y presioné levemente mis dedos sobre su piel para mover su rostro hacia mí aún si su mirada seguía evitándome después de eso—. Yo no me voy a ir.

—Eso es lo que dices ahora.

—No, esto es lo que me he mantenido diciendo todos los días desde que estoy a tu lado. No me voy a ir, Yoongi —presioné mi frente con su sien pero, él se encontraba de forma horizontal, por lo que el choque era mínimo. Sonreí—. No hay a dónde escapar, tú eres mi hogar, bebé. 

—Estaría tan enojado si te marchas... —se rompió un poco conforme sus palabras salieron, tanto, que aquello me hizo entristecer— Pero no creo que pueda estarlo contigo, solo me hundiría, ¿sabes? Estaría molesto conmigo mismo por dejar que pasara. Estaría enojado por no haber encontrado las palabras lo suficientemente buenas como para hacer que te quedaras, o en mí mismo, me frustra no poder salir adelante. Me frustra estar estancado. 

—Yoongi, tú-

—Espera, solo- yo quiero que sepas que traté. Traté, joder, no hay día que no lo intente. Yo... —suspiró un poco, y sentí cómo con cierta gracia salían sus palabras otra vez, como si fuera una historia graciosa— Llamé a mamá, lo hice, y su voz cambió, cambió cuando supo que era yo al otro lado de la línea. Lamento haberla perdido de esa forma. Hablando entre muchas otras cosas ella me dijo que nunca intentaba lo suficiente, que yo me rendía, que yo abusaba de las personas, de su confianza, de su amor, hasta dejarlas sin vida. No quiero eso para ti. Parece como que todas las personas que amo me vieran como un monstruo. Lo soy. Destruyo las cosas, destruyo a las personas, me destruyo a mí mismo. Y aún si todo es cierto-

—No lo es. —lo interrumpí

—Solo quiero decir que he tratado de dejarlo más veces de las que puedo contar. Por ti. Y no desde ahora, desde hace mucho antes de esto. Cuando te conocí disminuí el uso de cada cosa-

Yoongi mantuvo una pausa justo en ese momento y levanté mi rostro para verlo; golpeado como lucía, parecía vulnerable, quitando sus facciones rudas y sus ojos oscurecidos.

—Cuando te conocí me estaba matando —él prosiguió—, matando porque no quería ni me gustaba lo cómodo que se sentía estar a tu lado. Fue tiempo después, cuando no pude alejar el sentimiento- mierda, yo estaba perdido por ti incluso antes de que nos besáramos. Sí, tan patético como suena. Y entonces decidí que no necesitaba esta mierda en mi vida porque estar contigo reemplazaba todo lo bien que me sentía cuando estaba drogado. No es fácil, no es algo de lo que solo entras y sales cuando quieres. Siempre he intentado hacer que esto no parezca importante, que parezca fácil de manejar, porque odiaba que mamá se preocupara tanto por mí... Odiaba que tú lo hicieras. 

Esto sonaba extraño, sonaba como una despedida, y no me gustaba. Dejaba dentro de mi pecho una sensación amarga. ¿Por qué estaba contándome todas estas cosas?

Sus ojos apenas se podían mantener abiertos debido al sueño, que probablemente, el medicamento le ocasionó.

—Lo odias porque no crees que merezcas que alguien se preocupe por ti. —le dije.

—Eso suena tan horriblemente patético que espero no volvamos a hablar sobre ello —soltó, como un pequeño chiste que me hizo sonreír mientras limpiaba mi mejilla de una lágrima—. Nunca me va a gustar que te preocupes por mí, bonito. Hay cosas más importantes ahí afuera que hacerse cargo de un imbécil que es totalmente un problema. Ni siquiera es necesario que estés aquí, ve a casa antes de que anochezca.

—Deja de actuar como mi padre.

Su sonrisa de medio lado se hizo presente en su rostro. —No me pidas algo que es imposible.

—Voy a quedarme contigo, ¿bien?

Él no dijo nada, pero vi hacia adelante, y estaba Hoseok mirando levemente asomado detrás de una pared.

—Voy a cuidar de Hoseok también. Voy a cuidar de los dos.

Me levanté, esperando que ya estuviera dormido, pero fui capaz de escuchar lo que dijo al notar que ya no estaba mi cuerpo a su lado.

—¿Y cuándo vas a cuidar de ti mismo? 










DRAMA KING. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora