Capítulo 5: Pelea

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Estaba en el cuarto de Yoongi.

Con uno de sus suéteres. 

Sobre su cama. 

Pero no exactamente por lo que ustedes piensan, porque si piensas en esta situación lo más lógico es que la imagen de él y yo teniendo sexo sea lo primero que se te venga a la mente. Sin embargo, estoy aquí porque botó su jodida bebida sobre mi ropa. Así que sí, estoy aquí como ayuda hacia el desastre que él mismo había hecho. 

No sé si fue en verdad solo mala suerte o el hecho de que era viernes y, bueno, Yoongi solía estar verdaderamente drogado ese día. De hecho, no se apartó de mí en ningún momento; con sus manos en mi cintura y sus pequeños besos en mi cuello. Sinceramente hace tiempo que no lo veía tan apegado a mí.

Tuvimos una pequeña pelea porque me estaba molestando mucho que se drogara enfrente mío. Odio eso, odio todo respecto a eso. Así que él me gritó un par de cosas para luego irse por la puerta de enfrente. 

Prácticamente me dijo prostituta barata. Qué más da, no es como si estuviese equivocado de todos modos, ¿no es todo lo que soy?

No hice más que sonreír triste ante eso. 

Cuando volvió mientras estaba sentado sobre la cama arreglándome el suéter que me había prestado, se quedó viendo mi espalda más la fina ropa interior que siempre traigo, porque sí, soy ese tipo de chico gay. 

—Bonitas bragas. —se burló.

Rodé los ojos porque, sinceramente, me aburrían ese tipo de comentarios. Me di media vuelta mirándolo cuando me di cuenta del bulto que se estaba formando en su pantalón; solté una risa cínica. —Sí, tan bonitas que acaban de provocarte una erección. 

—No me han provocado nada, es la droga, supongo que a veces me pongo duro por cualquier cosa gracias a eso. 

—Oh, sí. Olvidaba que yo era una jodida cualquier cosa para ti.

Me estaba hartando, me hacía sentir como si fuese una mierda todo el tiempo cuando estaba así. Quizá era así realmente.

—¿Por qué te enojas? Pensé que lo sabías. Vamos, ¿en serio crees que eres lo suficientemente atractivo para siquiera causar algo en mí? 

Cerré los ojos; sí, el comentario me había dolido, al menos un poco. —Vete a la mierda. Seca mi maldito pantalón rápido para irme de aquí.

—Está en la secadora, tendrás que esperar un rato, mientras podríamos tener sexo, ¿no crees? Eres de ese tipo.

Esta vez, ya cansado, me levanté con un bufido sonoro. —No estoy para que te desquites conmigo cada vez que la droga no hace efecto, ¿sabes?

Al no recibir respuesta alguna camino para salir por la puerta, esquivando su cuerpo que está en medio, pero Yoongi toma mi brazo de una forma ruda jalándome hacia él.

—No tienes que irte, Jimin.

—Sí, tengo qué. Mira cómo me estabas tratando hace unos minutos, quizá soy una perra fácil pero tengo sentimientos. —reclamo frunciendo el ceño.

Él lleva una mano hacia su frente presionando contra ella. —Lo siento, es este dolor de cabeza que me tiene hecho un gruñón de mierda. Me falta un poco de cocaína, me gasté la mitad de mi dinero el mes pasado en ella, ahora ya no me queda. 

—Deberías dejar las drogas.

Su risa me pone tieso mientras su agarre intensifica la presión, haciendo que mi rostro tenga una mueca de dolor que no desaparece en ningún momento. Jadeo solo para que se dé cuenta de que debe soltarme, pero no lo hace.

—Es gracioso cuando la gente dice esas cosas como si fuera algo tan fácil. Dime, ¿te sería fácil dejar de ser una zorra solo para conseguir amor y esa mierda que se nota que necesitas casi más que respirar porque tus papis no te dieron nunca el suficiente?

No supe qué decir, pero de repente, su ceño se ha suavizado y su agarre desaparece. No entiendo por qué lo hace hasta que siento esa familiar sensación de alguna especie de líquido cayendo por mis mejillas. ¿Qué demonios era esto? No sabía qué significaba, por lo que toqué mi cara reconfirmando que eran lágrimas.

«Oh Dios, no...»

—Y-yo, perdón, no sé-

Me sentí estúpido por tartamudear y no poder completar la oración, pero los temblores producidos por el llanto que no quería cesar no me permitían hablar correctamente.

—No quise decir eso, ¿de acuerdo? Solo... no llores. ¿Desde cuándo tú lloras? 

Oh, claro. ¿Desde cuándo yo lloro?

¿Desde cuándo tengo sentimientos? 

¿Desde cuándo soy un jodido humano?

Me reí a través de mis lágrimas mientras las secaba como si fuesen cualquier cosa. Me da asco comportarme como si esto me doliera, porque no me duele. 

No, no lo hace.

Todo el mundo sabe que mis padres nunca me han dado siquiera un poco de atención, todos saben que solo me meto con chicos porque quiero sentirme querido. ¿Y qué si es patético? ¿Y qué si soy patético?

No pedí esta vida.

No elegí ser yo, ni elegí no poder tener una bonita novia para que mis padres estuvieran contentos. Yo no quise nada de esto, no fue mi elección. Si hubiese tenido que escoger desde un primer momento, fácil, ni siquiera hubiese nacido. No me importa cuánto hubiese cambiado todo o lo egoísta que suena, no lo habría hecho.

Esta vez, con toda la fuerza que realmente no sé de dónde pude sacar, empujé a Yoongi lejos de mi vista para caminar por la casa que estaba absolutamente vacía (su madre trabajaba casi todo el día, y el padre… Pues que yo sepa no tiene uno). Prácticamente corrí hacia el sonido de la secadora dentro de un pequeño cuarto y me quedé allí, sollozando como un estúpido bebé llorón. 

Tenía que admitir que yo mismo me había metido en todo esto, así que cada parte del daño causado era todo, absolutamente todo, mi culpa.

Dejé de llorar diez minutos después y casi grité aleluya. Cuando mis pantalones estuvieron secos me los puse, más mis zapatillas, y me fui de allí. Yoongi no fue por mí, ni me llamó ni mensajeó. Lo suponía, no es como si esto fuese una película romántica.

Yo no tengo pinta de princesa y él está bastante lejos de ser un príncipe.

Pasé a la casa de Dongwon luego de todo esto. Tuvimos sexo, claro. Necesitaba su tacto, la forma en la que me trata, lo lindo que era conmigo, su voz diciéndome cosas lindas, siempre logrando que mi cara esté roja, portándome como un idiota consentido. Mientras él hacía círculos en mis caderas, pensé que me gustaría que Yoongi fuese así también en vez de tener siempre esa forma tan bruta de tratarme.

«¿Por qué quiero algo como eso?», fue lo único que quedó en mi cabeza un buen rato. «Yoongi es solo mi mejor jugada», me dije mentalmente.  Él no significaba nada más, absolutamente nada. No era más que un estúpido juego.

Me abracé a su suéter intentando dormir en una cama que no es la mía. Sí, aún tenía su suéter. Qué iba a hacer si no quería ir a dejárselo y ver su estúpida cara.

Quizá solo era una excusa. 












DRAMA KING. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora