Capítulo 55: Soy quien te dio la vida

466 91 6
                                    

Las historias como la mía no son interesantes. No tienen un seco sentimiento de diversión sino más bien uno de completa soledad y angustia. No es algo que contaría para llamar la atención de alguien, no es algo que siquiera contaría por la vergüenza de lo que podría ser visto de mí si lo hago.

La imagen que represento al transcurso de todo lo ocurrido no es más que patética. Patética y altruista. Llegó un punto en el que comprendí que ya no me importaba cómo me sentía, no me importaba qué era de mí. No era el Jimin que jugaba con corazones ajenos en busca de su felicidad sin pensar en la del resto, era lo que soy ahora: una persona que da todo de sí misma por alguien más. A quien no le importa arruinar cada pedazo de su vida si eso significa reconstruir la de él, si eso significa que la pasaré a su lado.

No sabía qué significaba, si era amor o quizá un sentimiento más grande que el hombre aún no había sido capaz de descubrir, pero no se trata simplemente de querer estar a su lado, de amarle y de sentir que me ama, se trata de querer hacer todo para su bienestar incluso si eso significa que yo no lo tendré.

Escribía cartas, quizá demasiado chapado a la antigua, como quiera que lo digan. Lo hacía para él. Lo hacía porque quería poder expresar todo lo que sentía respecto a su enfermo y aturdido cuerpo.

Yoongi jamás sabrá que yo realmente expreso un deseo hacia él más allá de lo corporal. Un deseo hacia su corazón, hacia su mente. Una sed por conocer todos esos mundos que hay dentro de ella y replantearme entonces la forma en la que construí los míos. Lo amo de la forma en la que muchos olvidaron amar; con curiosidad, con paciencia, con el sentimiento puro estancado en el fondo de lo que muchos llamarían un corazón indulgente, que perdona, que acepta. Que todo lo que los demás ven como un acto que jamás podrá ser disimulado con un "lo siento", yo sí lo hago. Lo hago por él. Sus errores no son más que copias exactas de los que yo alguna vez cometí, y lo entiendo.

Nadie, o quizá ni una pequeña parte de quienes pudiesen conocer esta historia, entenderían por qué yo sigo aferrado a Yoongi. O siquiera, podrían verme con ojos que no fueran de la vergüenza. Sentirían pena, asco, y quizá un montón de otras cosas por un simple chico mal educado que no sabe sobre la vida y que intenta actuar como si lo supiera.

Yo sé que no tengo idea sobre la vida, pero yo entiendo a Yoongi, y Yoongi es mi vida ahora.

Todas estas cosas no saldrán jamás de mi cabeza, las tengo ahí constantemente, pensando qué pensaría mi mamá si escuchara mi historia con lujo de detalles mientras veo a Yoongi desde el sofá apuntando con un arma a un tipo que acaba de entrar por la puerta, alguien que no reconozco.

Me quedo ahí, observando la discusión con cautela.

Papá estaría decepcionado, mamá rompería a llorar porque solo parece preocupada y solo recuerda que yo nací gracias a ella cuando algo malo sucede. Cuando algo pone en peligro su reputación. Si necesita actuar como si me amara para que los demás la vieran como la víctima, lo haría.

Me asustaba un poco ver a Yoongi alterado; gritó un par de cosas al tipo después de decir que solo estaba aquí para cobrar deudas.

—¡En una semana más tenía que dar el dinero, vete a la mierda con tu jefe y aprendan a cumplir acuerdos!

Gruñía y apretaba los dientes como un animal. Había una vena marcada en su cuello que no daba buena pinta. Y entonces el tipo simplemente levantó las manos y se fue del lugar dejando a Yoongi caer exhausto sobre un descolorido sofá.

Él no sabía que no era el único con una batalla que enfrentar, pero no dije nada, solo me quedé acariciando su cabello y dejando algunos besos en su cabeza.

—Deberías ir a casa. —me dijo.

Y yo negué, con los ojos un poco aguados debido al sentimiento de rabia apretando mi pecho con la fuerza necesaria como para hacerme flaquear y llorar ahí mismo. Pero no lo haría.

En mis manos apretaba mi teléfono con la pantalla encendida, y el mensaje dentro de ella decía: "Ya se lo dije. Lo sabe todo y quiere que estés acá".

Eso fue hace dos horas. Me recordó levemente a la vez que Yoongi cometió ese mismo error. A veces olvidaba que aún si quería creer que podía hacer las cosas por mi cuenta realmente dependía de ellos para todo. Como un títere.

No me quería despedir de Yoongi, ni tampoco de Hoseok, así que solo me arrimé más cerca del cuerpo de Yoongi.

—No quiero irme. —respondí.

—He escuchado eso un montón de veces a lo largo del día. —sonrió ante mi confesión. Sus mejillas estaban ahuecadas y lucía, como siempre, tan demacrado que quería besar su cara y abrazarlo hasta que eso pasara. Hasta que él estuviera bien otra vez.

Toqué su rostro, mis manos estaban heladas pero él no quiso apartarse. —Quiero cuidarte.

—Puedo hacerlo solo, Jimin, no es realmente necesario. Tú come y duerme, estás demasiado delgado y hay unas grandes ojeras debajo de tus ojos.

Asentí delicadamente.

Quizá era cierto, lucía horrible. Cada parte de mí perdía vitalidad. Era más como un extraño que yo mismo. Ni yo era capaz de reconocerme, había perdido completamente lo que me caracterizaba como un ser humano. Parecía un monstruo, uno débil y atolondrado.

Salimos al jardín unos momentos, milagrosamente no estaba lloviendo, aparecía un sol radiante y había unas pequeñas flores amarillas que antes no parecían serlo abriéndose para poder admirarlo. Bellísimo, absolutamente. Hubo un brillo en mis ojos cuando lo vi, sonreí después de mucho tiempo sin hacerlo porque lo sintiera en realidad. Una fuerte brisa recorrió mis mejillas y la mano de Yoongi se aferró a la mía, haciéndome sentir lleno, lleno de felicidad e incluso como si deseara que ese sencillo momento fuese recordado por siempre por cada uno de mis sentidos.

Me dijo que me acompañaba a casa, y aún a sabiendas del desastre que aquello produciría, dije que sí. Así, durante todo el camino, me mantuve charlando acerca de cosas banales como hace mucho no lo hacía.

Y Yoongi se acercó para besar un segundo mis labios solo para entonar su gruesa voz y decir—: Si alguien nos viera ahora jamás podría creer cómo estoy mirándote. Como si fueras lo único que hace a mi corazón sentir. Porque estás brillando tan radiante que me haces volver a anotar en mi mente cada razón por la que estoy jodido por ti. Es hermoso. Eres hermoso, Jimin.

Infinitas fueron las sensaciones que sus palabras causaron.

Y entonces llegué a casa. Y entonces, vi a mi madre afuera manteniendo una conversación, al parecer seria, con Namjoon. Cuando solté la mano de Yoongi me sentí vacío pero caminé en aquella dirección, y en el punto en el que dos pares de ojos apuntaron en mi dirección, me congelé.

Lo siguiente que escuché fue a mi madre llorar, diciendo que hacía esto porque me amaba, y entonces yo no supe distinguir nada. Ni rostros, ni voces. Solo sentí mi cuerpo abrumado a mi alrededor y Yoongi corriendo a mis espaldas.

Quizá aquello había sido suficiente de todo lo que había tenido que soportar.

Quería descansar. Quería sentirme vivo.










DRAMA KING. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora