DRAMA KING. ➸yoonmin

Capítulo 50: Lluvia

Realmente sí llovió el día siguiente. Y muchísimo. Hacía frío, por lo que me mantuve demasiado cerca de Yoongi todo el tiempo con una de sus grandes chaquetas que trajo para él pero terminó dándome, quedándose con un suéter que tenía en su casillero.

Las cosas eran raras allí en el instituto; llamábamos demasiado la atención. 

Incluso cuando Yoongi se mantenía con el ceño fruncido y sus facciones ásperas, él sonreía cuando yo le hablaba, sonreía cuando yo dejaba besos en su cara y sonreía cuando nos veíamos después de dos horas de clases. Realmente nadie podía creer que alguien tenía ese tipo de poder sobre él, quien a ojos de cualquiera, era un ser imposible de manejar.

Hubieron pequeñas cosas a lo largo de la tarde que me hicieron desear quedarme ahí; nos saltamos la última clase porque no era realmente importante, y, Yoongi tuvo que ir a dirección dos veces en el día por meterse en conflictos con personas que tiraban comentarios de mierda hacia mí o insinuaciones ridículas. Yo estaba acostumbrado, pero había cierta persona que no podía soportarlo. Yoongi probablemente es el único que se atreve a inflarle las bolas al director desde el primer día de clases solo porque su bonito chico está siendo atacado. 

Uh, realmente no puedo creer que me dije así a mí mismo, pero bueno.

Comenzaba a creer que realmente Yoongi se estaba enamorando de mí. No es que dudara en sus palabras, pero lo hacía. Realmente temía a que solo fuera una tonta etapa porque no podía creer que alguien como él, o incluso como yo, amara. Amara y que fuese mutuo. Se sentía como una de esas cosas que en el momento no puedes creer que estén sucediendo. 

Él se sentía como un buen sueño que a ratos parecía una pesadilla pero que, cuando acaba, hay un gran vacío que te hace querer regresar.

Entonces yo mantenía mi mano aferrada a la suya o deslizaba mi dedo por su garganta, veía la forma en la que reaccionaba; me gustaría que lo hiciera pero no lograba mucho, él carecía de expresión alguna en la mayoría de los casos.

—¿Dejaste ya de analizarme? —me preguntó.

Aquello tuvo cierto aire de rudeza, pero no pude captar si se trataba de eso o tenía un fin humorístico.

—¿Por qué esa actitud?

—No estoy entendiendo qué quieres decir.

—Cara enojada, respuestas rudas, voz más gruesa; algo está molestándote. ¿Es por mí? 

Él soltó una pequeña risa viendo hacia otro lado. —Deberías dejar de buscarle una respuesta a todo. Lo que acabas de describir es prácticamente yo cada día de mi vida, que sea diferente contigo no significa que realmente soy así todo el tiempo.

—Quizá sea verdad, en parte —me apegué más a él e hice un pequeño sonido de satisfacción cuando volvimos a tomarnos de las manos—. Pero, creo que estás molesto por la cita que voy a tener.

—¿No puedo estarlo?

—No deberías, no es como si fuese a follarmelo. —me encogí de hombros levemente.

—Parece que eso fuese lo único importante para ti.

No dijimos mucho después porque yo no logré entender de qué estaba hablando, pero, mientras intentaba buscarle un significado a sus palabras molestas, sentí que él volvía a entablar la conversación desde la parte en la que la había dejado.

—Claro, me molesta que te toquen, me molesta el solo pensar que alguien más ha estado moviendo sus manos por cada centímetro de tu cuerpo, pero no se trata de sexo, es algo más, algo como-