DRAMA KING. ➸yoonmin

Capítulo 48: Planes

Los últimos días no había sido capaz de dormir lo suficiente, me sentía agotado, distante; probablemente lo único que me mantenía fresco era despertar entre los brazos de Yoongi, sus cambios de humor e incluso el café que me preparaba por las mañanas. No era de llorar, todo el mundo lo sabía, ninguno de los dos lo éramos, pero era obvio que últimamente yo lo había hecho más que él. Muchísimo más que él. Incapaz de controlarme.

La preocupación por sobre lo que ocurriría cuando Changkyun volviera, el hecho de tener que dejar solo a Hoseok con Yoongi, e incluso el pesar lo que me producía ya no tener constantemente la calidez de Yoongi sobre mí todo el tiempo, hacía un gran nudo en mi estómago que no fui capaz de destruir con nada. Es esa sensación de que las cosas no están yendo bien aun si te encuentras distraído, o realizando otras actividades. Aún si parece que el clima está despejado tú sabes que no es así, en el fondo, así que los nervios o el punto nervioso que carcome ante las consecuencias se presiona más contra ti, hasta que no puedes evitar pensar en eso.

De todas formas, Yoongi y Hoseok se llevaban bien y eso era algo muy extraño para mí. Ellos solo hablaban en algunas ocasiones, la gran mayoría era cuando Hoseok tenía sus recaídas; ellas existían, estaban ahí, eran reales. No podíamos hacer nada contra eso porque nosotros no éramos médicos y no estábamos totalmente conscientes de lo que la situación de Hoseok era, pero él decía que podía controlarlo, que era algo que su mente hacía, que no era grave en lo absoluto.

Aún si parecía manejar la situación correctamente, él siempre se alejaba cuando sentía que estaba perdiendo el control porque decía que no quería lastimarme, que solía hacerlo. Lo que sea que había en su cabeza no quería que tuviera nada a lo cual amar, por esa razón, siempre dañaba a lo que más quería. No solo físicamente, si no de forma verbal. Hoseok quería cuidarme y apoyarme a pesar de que estaba lo suficientemente ocupado haciéndolo con él mismo.

Realmente no quería dejarlos solos, no quería irme. No quería, pero, hay un gran vacío entre lo que se quiere y lo que se necesita. Pagar lo que Yoongi debe es lo que necesito, para que los dos estén a salvo, para que yo lo esté y esto tenga un fin rápido. Así que, antes de ir a casa de mamá, Yoongi solo me dio un pequeño asentimiento con su cabeza mientras apoyaba su espalda detrás de una de las murallas para no ser visto. No hubo ninguna palabra más. Entonces le dije: 

—Te quiero.

Y no esperé su respuesta, solo vi que con un cigarrillo entre sus dientes sonreía como si le hubiese agradado escuchar eso. Como si lo esperase. Su pecho comenzó a bajar y subir, estaba nervioso por mí. Estaba nervioso por cómo esto iba a funcionar, no fue mucho antes cuando estuvo diciéndome que quizá era una mala idea, que podía quedarme con él, en su casa, viendo cómo solucionaríamos esto. Pero no había otra forma, lo sabíamos. Solo le pedí que no insistiera más, eso fue todo.

En cuanto a qué fue lo que mi madre me dijo, ella solo fue directa. Me vio con unos ojos que aclamaban lástima, dijo que sería capaz de llamar al hospital para retirar mi estadía allí, sin ser aquello fácil tampoco y requiriendo esfuerzo de su parte, y esperaba que yo también pusiera de mi propia fuerza de voluntad.

Primero, dijo que quería que usara ropas anchas y de colores oscuros como lo hacen los hombres de verdad, porque nunca había sido de su comodidad que su hijo usara prendas con toques femeninos, como mis pantalones ajustados. Luego mencionó a Yoongi entre dientes, como si no quisiera siquiera decir algo sobre eso, le llamó rufián, drogadicto y embustero, y tuve que callar los gritos que querían salir reprochándole cosas, pero me mantuve indiferente después. Me pregunté cómo Yoongi se estaría sintiendo al escuchar todo esto. Ella me explicó que le resultaba indiferente que él hubiese compartido con ellos los problemas en los que yo estaba metido por más que esa pareciera una obra solidaria, porque estaba consciente de que fue él mismo quien me metió en todo eso. Repitió que yo aún era joven, que estaba confundido, siempre creyó que si me lo proponía conseguiría una buena chica con quien estar, y que si para mí eso era demasiado, que entonces encontrara un chico decente, adinerado y buen partido que pudiese ayudarme, manteniendo así mi estatus social que, a mi parecer, era inexistente.

Escuché un gruñido proveniente de donde Yoongi se encontraba y reí, porque mi madre pudo hablar mierda sobre él pero solo le molestó que haya dicho algo sobre un pretendiente, solo el hecho de imaginarme a mí con alguien más. 

Le dije que sí a cada una de las cosas que ella mencionó, luego de eso, me invitó a pasar. Me dijo que Jihyun estaba durmiendo, así que me pidió no ir a verlo por el momento, luego me informó sobre su estado; que estaba bien, muy alegre y vigoroso, pero que me extrañaba. Me sorprendía su sinceridad al respecto. No pregunté sobre papá para no arruinar el ambiente, que a pesar de que no era el mejor de todos, se trataba de algo agradable y fácil de soportar.

Lo primero que hice al llegar a mi cuarto fue ponerme una camiseta de Yoongi, una que eché como mis pocas prendas en un bolso pequeño, y miré por la ventana esperando que él aún se mantuviera ahí. Lo hacía. Sus ojos se encontraron con los míos desde donde estaba, y lo supe porque levantó su cabeza levemente. Me llegó un mensaje a mi teléfono tiempo después, antes de que él se diera la media vuelta pisando su cigarrillo en el piso después de ser lanzado.

De: Yoongi. 13:40 p. m. | Te llevaste ese poco de ropa mía porque sabías que ella iba a prohibirte usar la tuya, ¿verdad? 

Me lancé sobre mi cama, queriendo sonreír pero oprimiendo esa necesidad por lo estúpido que parecía.

Para: Yoongi. 13:43 p. m. | Son cómodas y supongo que me quedan bien, o no lo sé.

De: Yoongi. 13:44 p. m. | Precioso. 

No supe a qué se refería con el último mensaje, pero sentí que mis mejillas ardían profundamente y dejé de lado mi teléfono sin querer responder nada más.

Tenía clases luego.

Tenía planes por el momento para llevar a cabo todo este proceso que era completamente necesario.