Capítulo 12: Devils don't fly

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¿Qué haces cuando no eres fuerte? ¿Cuando todo aquel que toca tu mano se pincha con tus espinas? Yo solía poner mi oído contra la pared, oír los gritos, oír la pelea; otra razón más para escapar de todo. Y sé que no es la respuesta, pero no puedo seguir. Doy mi mejor sonrisa, mi último centavo, pero siempre consigo lo malo. No es porque soy joven ni porque provengo de un hogar destruido, tal vez solo peleo porque no sé a dónde pertenezco.




Cuando la primera hora de clases había acabado, apenas podía mantenerme despierto. La noche anterior no había dormido más que algunas horas. Estaba preocupado por muchas cosas y mi mente no dejaba de trabajar sin descanso, martirizándome con pensamientos sobre cosas que yo ya no deseo seguir recordando. Me encontraba disgustado, preocupado, con un dolor enorme en el pecho, pero yo no iba a demostrarlo de ninguna forma. Odiaba reflejar mis malestares en mi rostro, porque no encontraba que fuese necesario ventilar a los cuatro vientos cómo es que me estoy sintiendo. 

Yo realmente no necesitaba la lástima de nadie.

Así que, apenas salí hacia el patio recibiendo un fuerte empujón de Hyerin que es una completa zorra y a la cual estoy intentando alejar de mí lo más posible, fui a esconderme a algún lugar para poder estar a solas. 

Jungkook gritó mi nombre unas dos veces y lo ignoré porque no tenía ánimos de nada.

Pasé al lado de Yoongi y la siguiente conquista de la semana: un chico. Mientras caminaba, los miraba sabiendo que estaban demasiado ocupados mirándose el uno al otro para darse cuenta de mi observar constante. El chico era alto, no más que Yoongi, y era muy lindo. Nunca dejo que nada baje mi autoestima más de lo que ya está pero, la verdad, es que su cara probablemente hizo que la mía se sintiera como la representación pura de la mierda. Pasé de largo, y esta vez cuando lo hice, no puse mis ojos sobre ellos, o al menos no tanto. 

Que hayamos vuelto a ser los mismos no quiere decir que él va a dejar de acostarse con todo el mundo o que yo voy a dejar de buscar amor en otras personas, era obvio, lo sabía.

De reojo vi cómo el chico se ponía de puntillas para besarlo, y, cómo Yoongi le daba una sonrisa ladeada después de separarse. 

Necesitaba un cigarrillo, o una cajetilla, da igual. 

Recibí un mensaje y mi teléfono sonó en mi bolsillo haciéndome tomar el aparato y leer la pantalla brillante mientras camino. Supe que Yoongi se dio cuenta de mi presencia porque sentí su mirada puesta en mí, y cuando mis ojos se levantaron, lo vieron observándome detenidamente sin ningún tipo de disimulo o vergüenza. Le tiré un beso, tan sobreactuado como se me fue posible, y levanté una ceja mientras ladeaba levemente mi sonrisa; estaba demostrándole que no me importaba, porque no lo hacía. 

Jungkook me envió un mensaje preguntando dónde yo estaba y por qué lo estaba ignorando, puso que estaba preocupado más un emoticón triste al final de la oración. Me reí un poco, él era demasiado ingenuo. Le contesté que nos veríamos después y seguí mi camino, algo lento, esperaba de todas formas que aquel chico se fuera para que Yoongi pudiese hablar conmigo.

Ocurrió, porque escuché un "hey" siendo gritado por él y su voz profunda. Me sentía feliz de alguna forma. Su caminar rápido cesó cuando estuvo a mi lado, andando al mismo paso que yo.

—Hey. Es lindo. —comenté.

—¿Quién?

—El chico.

Mojó sus labios mirando cada facción de mi rostro; él esperaba una reacción ante eso, algo de dolor, algo de sentimiento. Nada parecido se formó con alguna mueca, yo solo permanecía neutro sacando la cajetilla de cigarrillos del interior del bolsillo de mi chaqueta verde. 

—Sí, no tanto como tú pero, sí, es lindo. —respondió, su voz sonando algo rasposa.

Solté un bufido por eso tan repentino, no estoy acostumbrado a que Yoongi me adule de esa forma, no después de que me dijo que yo jamás sería lo suficientemente atractivo para causar algo en él, así que solamente me quedo callado.

—¿Ahora no vas a decir nada? —cuestionó después de unos segundos—. Es… Tú… No…

Se traba con sus propias palabras y no vuelve a hablar porque no está en condiciones. Yoongi está drogado y no sé por qué no me di cuenta desde un principio. 

—No sabes lo frustrante que es no saber qué versión de ti voy a ver cada vez que te encuentre. —solté finalmente.

Él tomó mi cintura en un acto algo tosco apenas entramos al patio trasero del instituto; hay una cantidad mínima de estudiantes, todos en lugares distanciados fumándose un cigarrillo. Las reglas aquí no eran demasiado duras, y aun si lo fueran, a la mierda con cumplirlas.

—Siempre soy el mismo.

—El mismo pero con máscaras distintas.

Le envié una leve sonrisa deshaciéndome de su agarre y sentándome en el pasto; él también lo hace acorde a mis actos. Se pone enfrente mío, deja su mano sobre mi muslo y hace movimientos circulares con sus dedos; apenas está situado correctamente a la distancia deseada para hacerlo. 

El silencio entre nosotros se extiende de forma inmediata. Al principio fue un largo concurso de miradas. Mi rostro comenzó a mostrarse cansado porque, ante él, mis defensas bajan; puedo ser más yo que otras veces. Gracias a esto, dice:

—Estás tenso.

—No. Estoy asustado, confundido y enfadado, pero no estoy tenso. La tensión es de lo que menos sufro en este momento, y si lo hago, es lo que menos me preocupa.

Le di la respuesta más rápida que pude mientras saco un cigarrillo. Lo enciendo, ofrezco uno hacia él y niega con la cabeza, aquello me sorprende de forma inmediata pero no digo nada. Yo no fumaba, no frecuentemente, de hecho el humo del tabaco era algo que odiaba por completo, pero no me sentía relajado ahora mismo y necesitaba estarlo. Así que tenía una cajetilla conmigo si es que de vez en cuando los sentimientos podían más que mi propia cordura por mantenerlos lejos de mi corazón. 

—¿Estás enojado conmigo? ¿Asustado de qué? ¿Confundido por qué? No te veo sintiendo ninguna de esas emociones, no te veo sintiendo nada. 

—Que no lo demuestre no quiere decir que no lo sienta.

Le doy una calada a mi cigarro deteniéndome allí, en esa frase incompleta que hacía sentir a Yoongi más sus ojos dilatados debido a la droga al borde de la desesperación por saber algo sobre mí que saliera de mis propios labios, como siempre.

—Quizá estoy enojado contigo —añado después—, quizá estoy asustado porque mi hermano va a ser operado y es simplemente lo único que queda de mi destrozada familia, y quizá estoy confundido porque no sé qué siento ahora mismo cuando estoy a tu lado y no estás siendo un hijo de puta. 

—¿Estás intentando decirme que estás jodido por un drogadicto inestable?

Él se ríe torpemente mientras yo miro directo a sus ojos esperando leer algo en ellos, bajo esa pequeña capa de cinismo y chulería, pero no encuentro nada que me guía hacia el verdadero Yoongi y no este que se me está mostrando ahora, que no es más que un pobre diablo lleno de cocaína. No soy capaz de avanzar en esta conversación, pero algo me da fortaleza y me saca de donde estoy hundido antes de que pueda llegar a tocar el fondo.

—No. Estoy jodido por alguien que nunca va a saber lo que quiere, y que es como yo, pero que siempre va a mantener su postura, no va a flaquear ni a ceder, ni a dejarse llevar por tres o cuatro caricias, besos, acostones —puse mi mano libre sobre su mano que estaba tocando mi pierna aún pero que había dejado de recorrerla, y solo dejé escapar una sonrisa torpe—. Estoy aterrado sobre eso, aterrado de mí mismo. Por lo que voy a correr lejos, voy a intentarlo, aún si sé que tú no vas a permitírmelo. A pesar de que yo inicié esto y yo inicié queriendo romper tu corazón, no voy a aceptar ningún intento de tu parte por romper el mío. 

—Es lo justo después de todo.

—Sí, es justo —muerdo un poco el interior de mi mejilla y miro hacia otro lado—. Pero yo soy una perra, y no puedo seguir siéndolo si estoy preocupándome por reparar mi corazón. 









DRAMA KING. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora