Ella es la manzana que todos desean, tiene una voz angelical. Es un demonio disfrazado, tiene la cara agria como una fruta envenenada que los hombres pueden probar hasta que la hayan terminado de usar. Y ella adulará a todos hasta que sus sueños se vuelvan realidad, incluso si eso significa que deba acostarse contigo. Es la amiga de todos, ¿eso no te suena familiar? Sé un poco demasiado, pero nunca lo contaré.
Cuando llegué al instituto con Yoongi, una de sus manos en mi cintura y yo intentando soltarme, mi mirada se fue inmediatamente hacia la puerta de entrada donde, en una esquina apartada, estaba la delgada y asquerosamente perfecta figura de Hyerin fumándose un cigarrillo; el cabello rosado con raíces ya negras caía por su frente, sus ojos estaban puestos en nuestra dirección. Yoongi se dio cuenta, pero a él no le pudo importar menos. Eso me gustaba. Me gustaba ver que sus ojos solo estaban mirándome a mí, que no podían despegarse de mi cuerpo, que sus manos no podían dejar de tocarme. Me gustaba sentir que estaba necesitándome de la manera en la que lo hacía. Quizá ella lo tenía drogado, pero yo, yo lo podía tener cuando quisiera.
—¿Por qué viniste con pantalones esta vez?
Detuve mi caminata ante su pregunta restándole importancia, no me sentía con ganas de explicarle algo que él ya sabía. No tenía la necesidad de recordarme que fui débil, que hice algo que nunca había hecho de esa forma en público, algo que guardaba para mí. No necesitaba traer conmigo otra vez que les había mostrado a todos que me estaba hundiendo.
—No tenía ganas de usar shorts, eso es todo.
Yoongi solo sonrió de costado, joder, cómo odiaba esa sonrisa. Odiaba todo de él, hasta el más mínimo detalle. Lo odiaba porque se metía debajo de mi piel y descifraba cada uno de los códigos secretos dentro de mí como si fuesen lo más sencillo que existe. Hacía que incluso pareciera tonto intentar ocultarle cosas que sabía que tarde o temprano averiguaría por su cuenta. Él era una versión mía mejorada. Él me conocía. No entendía cómo podía hacerlo si ni siquiera yo podía conocerme a mí mismo. Justamente eso, más sus muecas burlescas, eran lo que lo hacía tan detestable.
—Eres un caos. ¿Te duele mucho?
—No.
—Estás mintiendo.
Levanté una ceja hacia él esperando que se moviera para que pudiésemos seguir caminando hacia el instituto, pero él no se corrió un centímetro, permaneció estático ahí como si no pretendiera hacerme caso; estaba esperando una respuesta aun si su voz no sonó como una pregunta.
—Mierda, Yoongi, déjame hundirme solo. No es la primera ni la última vez que hago esto. No porque me hayas visto después de hacerlo quiere decir que estás con el derecho a preguntar y que yo tengo que estar forzado a responder. No empieces con algunas de esas frases estúpidas como "deja de hacerlo por mí" porque yo no dejo de hacer esto ni siquiera por mí mismo, no voy a dejar de hacerlo por nadie más, y menos si tú eres una de las razones por la que alguna vez lo hice.
Y él me vio flaquear. Y él me vio siendo como estaba siendo en ese momento mientras las palabras se deslizaban por mis labios como afilados cuchillos. Suspiré porque odiaba cómo él me estaba mirando con esa satisfacción en la curvatura de su boca, esa que llegaba hacia cierto punto donde su sonrisa se ladeaba; me expresaba tan socarronamente que él había conseguido lo que quería. Sin darme cuenta, yo estaba de repente soltando cosas que nunca había soltado con nadie. Esto es lo que Yoongi hace.
—No sabes lo seducido que me tiene esa parte de ti que está hecha un lío. Tú te das cuenta, lo veo, tú también sabes que eres para mí como un libro abierto. Puedo leerte perfectamente cuantas veces yo quiera, y eso me encanta. Estás con el ceño fruncido porque sabes que tengo razón, además, vas a besarme.
Simplemente desfrunciendo el ceño solté una carcajada. —Yo no voy a besarte.
Me reí porque Yoongi estaba jugando pensando que yo haría eso en verdad. ¿Qué se creía? ¿una especie de vidente o algo parecido?
—Oh, bueno... —su rostro hizo una mueca de desagrado, pasando su mano por mi cintura otra vez— Entonces tendré que hacerlo yo.
Me besó después de eso, de manera que nuestros labios chocaron en un pequeño y diminuto roce de segundos. Era un estúpido, y eso había sido tan patéticamente cliché incluso para él.
Pero bueno, yo nunca sé qué esperar de Yoongi.
• • •
Había caminado hacia el salón de clases después de despedirme de Yoongi. De cualquier forma él y yo no estábamos bien del todo, a pesar de lo que había sucedido, así que apenas entré en mi salón y vi a Jungkook, fui con él.
Yo no olvido las cosas tan rápido, y bueno, yo no dejo pasar oportunidades.
Hablé un poco con Jungkook mientras más y más gente entraba al salón. Le di las gracias, luego tomó mi cintura y me acercó a él cuando me dijo que no tenía por qué dárselas, y entonces nos besamos. No fue como el beso con Yoongi, fue más duradero. Yo actuaba delicadamente a pesar de que solo quería profundizar más el beso mientras que Jungkook se agarraba de mí de forma que parecía como si tuviese miedo de que yo me fuera a zafar de su agarre en cualquier momento. Lo tenía, lo sabía, y estaba feliz por eso, ni siquiera sentí un poco de remordimiento mientras mi lengua se hallaba sobre la de él. ¿Acaso Yoongi tuvo algo de aquello cuando estaba en la misma situación que yo pero con mi ex mejor amiga? Nos alejamos después de unos segundos, y entonces, él volvió a hablarme como si aquello hubiese sido algo normal, y lo era; me agradaba que actuara de esa forma, me gustaba mucho.
Todo pasó de tener un color rosa intenso a ser de tres tonos abajo del gris cuando un hombro chocó con el mío de forma fuerte y tuve que correrme hacia atrás; si no hubiese sido por el brazo de Jungkook que sostenía mi cintura, habría caído en el piso. Miré sobre mi hombro, y lo habría dejado pasar si no fuese que me topé con aquella cabellera rosa y esa mirada petulante que me hizo enfadar de una forma tan grande que incluso pensé que iba a golpearla allí mismo.
—¡¿Es que acaso lo zorra te está dejando ciega?! ¡Ve por dónde caminas! —exclamé.
Y ese fue mi primer error.
Eso era lo que ella quería, hacerme enojar. Era inteligente, así que estaba haciendo todo esto para poder enfrentarme cara a cara de forma que yo pudiese soltar todo lo que tenía guardado contra ella. No sé qué esperaba, no sé qué quería con esto, solo sé que me estaba mirando de repente verdaderamente herida con mis palabras.
—¿Soy una zorra solo porque me metí con el chico al que te querías coger? Vaya, no esperaba que te importara tanto. Veo que lastimé tu ego. Siento mucho que haya preferido un par de tetas que a tu gordo y asqueroso culo.
Mi paciencia estaba colmada. Yo estaba literalmente a punto de lanzarme encima de ella, pero no, guardé la calma, no iba a armar la escena que ella quería, no iba a ser parte de su obra; estaba manipulándome.
—Oh, lo que menos lastimaste fue mi ego, lastimaste la parte de mí que creía que podía confiar en ti, y bueno, es gracioso por qué eligió tus caídas tetas solo por una noche pero a este culo gordo, uh, está con él la mayor parte del tiempo.
Su boca simplemente no encontró palabras para defenderse y yo simplemente sonreí. Me daba gracia ver su cara de pánico al no encontrar nada más que pudiese revocar mis palabras. Quizá ella era parecida a mí, pero yo no era nada igual a ella. La copia jamás podría con la versión original.
Me hice a un lado dejando la expresión confundida de Jungkook detrás, el pobre no estaba enterado de nada.
—Eh, y quítate, quiero ir a mi puesto. E intenta no hablarme más, ¿quieres? Soy un diez, tú un uno. Ni siquiera debimos hablar desde un principio, eres lo más bajo.
La empujé de vuelta y, sinceramente, me sentí bien haciéndolo. Pero eso no iba a terminar ahí, lo presentía.
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DRAMA KING. ➸yoonmin
Fanfiction❝ Min Yoongi me ama con cada latido de su corazón de c̶o̶c̶a̶í̶n̶a̶.❞ ⓘ cr: @binnieblush; tengo su permiso para realizar esta a̷d̷a̷p̷t̷a̷c̷i̷ó̷n̷ ̷♡ ⓘ prohibida la copia, hay cambios creados por mí para que los personajes encajen en esta versión.