Capítulo 56: Objeto

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Despierto, probablemente, cuando ya está atardeciendo. El sol escondiéndose levemente con su tibio aire dándome en la cara, recostado sobre el sofá de la sala justo al lado del pequeño ventanal de la pared. Abrí los ojos y no escuché ni un solo sonido a mi alrededor más que un vaso siendo posicionado sobre la mesa, levanté la mirada algo adormilado, recordando con detalles lo que había sucedido; no sabía si fue un desmayo producto a la colisión de mis más importantes necesidades que no han podido ser saciadas, como comer, o quizá solo el estrés que aquella sensación me envolvió. Pero no alcancé a ver mucho antes de que unas manos acunaran mi rostro y tuviese que dirigir mis ojos hacia otros de color marrón claro. 

—¿Mejor? —preguntó, con nerviosismo.

Dije que sí, y Namjoon se alejó, logrando que pudiese acomodarme mejor y ver el rostro de mi madre con estos rasgos superficiales. Con aquellas facciones que parecieran saberlo todo. A su lado, Yoongi tenía un poco de sangre sobre el mentón y un corte que atravesaba la mitad de sus cejas hasta el borde de su nariz. No supe de qué forma, pero prácticamente me moví rápidamente hasta el lugar en el que se encontraba, asustado.

—¿Qué te pasó?

—Más bien soy yo quien debería hacerte esa pregunta. ¿Hace cuánto que no comes? ¿Hace cuánto que no duermes adecuadamente? Joder, es horrible- es mi culpa.

—Claro que lo es —respondió mi madre, con una sonrisa irónica en su rostro—. ¿Qué es lo que esperabas de mi hijo metiéndose en líos amorosos con alguien como tú? ¿Una buena enseñanza? Pero así son los jóvenes, estúpidos, siempre yendo hacia lo que les hace daño. Esta es una juventud destrozada, ingenua, que cree que la total verdad está sobre sus labios y sus cabezas que apenas pueden pensar correctamente.

El ceño de Yoongi se frunció. —¿Qué sabes tú sobre qué es verdad y qué no? Quizá Jimin está equivocado por confiar en alguien como yo, siempre se lo he dicho, pero vivir tampoco se trata de dar a tu hijo al mejor postor solo para conseguir más dinero. Sí, estamos equivocados, pero tú tampoco estás en lo correcto. Así son los adultos, engreídos y aclamándose a sí mismos como unos grandes sabios cuando solo han vivido un poco más en este mundo tan monótono. Peor a los que son como tú, que nunca en su vida han tenido que sufrir el dolor de ningún error porque no han sido capaces de enfrentarlos y los dejan todos dentro de un saco de mentiras.

—Yoongi, detente, no es necesario-

—No, no quiero detenerme, estoy más que aburrido de toda esta mierda. ¿Qué? ¿Tú nos vas a enseñar cómo amar? ¿Alguien que toda su vida vivió a la sombra de las putas con las que su marido le engañaba? ¿Alguien que hizo a su hijo sentirse como que no hay nadie que pueda ser capaz de amarlo más allá de ser un objeto sexual? Él es más que eso. Él lo sabe. Y creo que yo en estos meses, incluso con todo el dolor del que también he sido parte, le he hecho saber que es un ser humano asombroso, que cada parte de él merece ser amada y apreciada, algo que tú como madre no fuiste capaz de hacer en todos estos años.

—Lo que dices no me afecta en lo absoluto —aseguró ella tomando del vino que había en la copa que anteriormente había sentido sobre la mesa; no era un vaso después de todo—. Porque Jimin no fue más que algo que usé para atar a mi esposo, no fue algo que quise. Y él nunca lo quiso tampoco. 

Yo sé que estaba consciente de eso, y sé que no debería importarme, pero me siento débil ante sus palabras.

—Estás usándolo de nuevo. Él no es un objeto.

—¡Mientras viva bajo mi techo y bajo mis jodidas reglas yo voy a hacer lo que se me cante en gana con él! Tú no eres nadie. Y Jimin no va a volver a verte —algo alterada mi madre vio directo sobre mis ojos con aquella expresión que me hizo querer golpearla; tenía una sonrisa ladeada impresa en su rostro como muestra de burla—. Alguien que nació sin ser amado vivirá sin serlo tampoco, y quien nació como un objeto que solo puede ser utilizado seguirá siéndolo el resto de su vida. Nadie querrá lo que nadie quiso nunca.

Apoyé mi cabeza en el hombro de Yoongi.

Ella siempre decía eso. "Nadie querrá lo que nadie quiso nunca". Yo recuerdo la primera vez que lo hizo, cuando tenía diez años. Justo después de que aprendí que adoraba cómo se sentía el calor que producía ser amado, acostándome con otras personas, ella comenzó a decírmelo con mayor frecuencia. "Solo eres un objeto que vive para cumplir necesidades ajenas".

—Jimin solo es un objeto que vive para cumplir necesidades ajenas. —acorde a mis pensamientos su voz resonó junto a ellos.

Entonces sentí cómo hundía más mi rostro en el cuello de Yoongi, suplicándole un poco más de cercanía, aún si parecía que ya habíamos tenido suficiente.

—¡Cállate! Mierda, no sé cómo Jimin puede vivir bajo el mismo techo que tú.

—Yo me pregunto cómo es que Jimin dice estar enamorado de alguien tan patético como tú. —mi madre contraatacó.

Pero Yoongi se mantuvo un poco alejado de aquello porque estaba acariciando levemente mi muslo y preguntado entre susurros si estaba bien.

Y pasaron largos minutos cuando Namjoon se levantó haciéndose participe de esta conversación por primera vez.

—Bueno, no me interesa su infantil pelea, solo quiero saber si mañana debo estar aquí y si Jimin asistirá al baile conmigo. Este asunto no me importa más allá de que se aleje de este tipo, que solo está arruinándole la vida.

Yoongi gruñó, probablemente bastante celoso como para levantarse y hacerle frente. —Jimin no irá a ninguna parte contigo, nunca más.

—¿Qué? Realmente eres estúpido, ¿no? La señora Park no dejará que lo veas más, así que tus celos no tienen caso en esta situación. No creo que Jimin vuelva a ver la luz del día hasta aproximadamente, no sé, ¿cuánto tiempo te tardas en olvidar a un hijo de puta? 

No había más palabras después, vi la mano de Yoongi golpear el rostro de Namjoon y a este último haciendo lo mismo, viceversa.

Yo quería hacer algo, pero me quedé estático recordando la última vez que estuve encerrado dentro de estas paredes sin poder saber del mundo exterior. No quería eso de nuevo. La soledad solo significaba para mí el estar lejos de Yoongi. No podía ni siquiera con ese pensamiento.

La voz de mi madre aturdió mi cabeza unos segundos.

—Mañana irás a ese estúpido baile con Namjoon, habrá guardaespaldas cuidando de ti todo el tiempo, de ahí a casa y de casa a tu cuarto. No habrá más vida que tu hogar, no mientras vivas bajo mis reglas. Toma esto como un castigo. No puedes volver a acercarte a Yoongi, y si lo haces, llamaré a la policía. Estoy segura de que lograría un arresto de un par de años con mis influencias dentro de ese mundo; no tienes idea de lo que soy capaz de hacer.

Todo eso fue dirigido a mí, y justo cuando creí que lograría moverme para llevar a Yoongi más cerca de mí y poder buscar una forma de solucionarlo, me vi incapaz; Namjoon lo tenía presionado sobre sus brazos.

Quería tocar su rostro, quería besarle incluso cuando sus labios parecían una muestra de una guerra perdida.

—Todo estará bien... Encontraremos una forma de solucionar esto... Siempre lo hacemos. —me dijo mientras lo llevaban lejos de la habitación.

—Siempre lo hacemos, es verdad. —repetí.

Sin embargo, no estaba seguro de lo que eso significaba. No sabía qué podía pasar con las deudas sin pagar que Yoongi aún tenía. No había forma de salir adelante después de esto.













DRAMA KING. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora