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Me miré en el espejo por tercera vez consecutiva y analicé bien la imagen frente a mi hasta sentirme satisfecha.

Estábamos las tres echándonos una manito de gato para ir al carrete del que habían hablado los amigos del Mateo en la playa y la Paloma se sumó a su plan arrastrandonos a nosotras con ella.

Le cedí el espacio a la Palo, que quería alisarse el pelo y me senté en la cama a revisar el celular para contestarle un mensaje a mi mamá de mi estado actual. Dejé a un lado el celu para mirar a mis amigas que estaban copuchando sobre una mina que era amiga del Mateo que estaría en el carrete y que se había comido un par de veces con la Paloma.

— Y estoy que me la como de nuevo, es muy linda. —Se pasó la plancha de pelo por un mechón. — Lo único malo que tiene es que se ríe de mi nombre, porque dice que se imagina una Paloma cuando lo escucha.

Me reí. Me miró mal.

Bueno, admitía que antes de ser amiga de la Palo, cada vez que los profes pasaban la lista y escuchaba su nombre se me venía una paloma de verdad a mi mente y me hacía gracia.

— ¿En serío? —Le siguió la conversa la Coni que estaba sentada en el suelo media distraída en su celular.

— ¿Con quién hablai tanto? —Me levanté de mi cama y me fuí a sentar junto a ella a sapear.

— El Toño. —Hizo una mueca y me mostró de pasadita el chat.

— Hueveo. —Dijo la Palo sorprendida.

— ¿Y desde cuándo? —La miré intrigada.

— Hoy nomás. —Respondió media cabizbaja. — Subí una historia en la playa y me la respondió, pero... —Suspiró. — No sé, prefiero no tocar el tema.

Fruncí mis labios y le dí un pequeño abrazo para reconfortarla, respetando que no quisiera conversar sobre ello. Agradecí que justo se reprodujera de fondo Bejelewed de nuestra diosa Taylor y me levanté de la cama entusiasmada mientras nos poníamos a cantar las tres para distraer a la Coni.

Después de tres canciones más de artistas al azar de nuestra playist que teníamos en conjunto, se escucharon unos toques en la puerta.

— ¡Pasa!

— ¿Están listas? —Se asomó el Mateo en el umbral, tapándose los ojos con una mano.

— A ti te pagan por hueón, ¿o qué? Obviamente estamos listas si te hicimos pasar.

— Chucha, si. —Dijo riéndose y despatandose los ojos.

Me levanté del suelo junto a la Coni que iba a pedirle a la Palo que le pasara rápido la plancha por el pelo. Miré al Mateo que estaba apoyado mirándome con sus cejas alzadas y me fuí a posicionar junto a él a esperar a las chiquillas.

— Hello. —Modulé lentamente.

— Hola. —Me sonrió.

— ¿A dónde iremos?

Me puse a observar a la Coni que le estaba regañando a la Paloma que no le tironeara tanto el pelo.

— Es una cabaña cerca de la playa.

— Ah.

Sentí su mirada sobre mi y alcé la mía curiosa.

— ¿Qué?

— ¿Qué de qué?

Incliné mi cabeza.

— Siempre haces eso. —Reproché con gracia.

Me miró con diversión.

— ¿Qué cosa?

— Quedarte mirando y después dices "quí di quí". —Lo imité y soltó una risa. — Me irritas.

Summer love [chilensis]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora