23

733 61 51
                                    

— ¿Bilz o pap?

Pap, definitivamente.

Dejó de acariciar mi brazo y me miró indignado.

Lo miré con diversión. — ¿Qué?

— Yo soy del team Bilz, así no se puede.

— Pero si no hay Bilz no hay pap. Nos complementamos. —Moví mis cejas de arriba a abajo.

— Lo lamento, pero no podemos estar juntos. —Me alejó de él con sus brazos.

— Ah, bueno. —Dije sin más haciendo como que me levantaba, pero él fue más rápido y apretujó mi espalda contra su pecho para no dejarme ir. — ¿No que no podemos estar juntos? —Lo miré hacia atrás.

— Tenís razón, toda Bilz necesita su pap—Me miró e inclinó su cabeza para besar mi mejilla, provocando que me ríera.

El Mateo y yo nos habíamos quedado solos en la casa aprovechando que la Coni y la Palo habían ido a comprar chatarra porque se les antojaba. Se supone que para matar el tiempo nos habíamos puesto a hacer las camas, pero cuando quisimos hacer la suya, nos pusimos a jugar a la lucha y terminamos acostados sobre la sábana mal puesta jugando al ¿Qué prefieres?

— Ya, pero, ¿Lays o Kryspo? — Me moví de su agarre para poder mirarlo de frente.

Kryspo.

— Ah, muy bien. —Hicimos chocale.

— ¿Dulce o salado? —Entrecerró sus ojos.

Apoyé mi cuerpo sobre mi brazo y él siguió acostado, poniéndose a juguetear con la pulsera de mi muñeca mientras me miraba hacia arriba.

— Salado. —Afirmé. — ¿Tú?

—Dulce.

— ¿En serio? —Alcé mis cejas. — Pensé que erái súper salado.

— No, me encanta lo dulce, sobre todo los berlines, son mi perdición. Mi mamá siempre me compraba cuando chico.

Sonreí algo enternecida.

— ¿Haz cachado que es típico que el hombre sea el salado y la mujer dulce? Pa' las convivencias de mi colegio siempre lo dividían así. —Comenté, observando sus dedos juguetear con mi pulsera.

— Si, tenís razón, la hueá estereotipada.

— Si... —Hice una mueca. — ¿Playa o bosque?

— Playa. Sin duda.

— Apoyo. —Asentí con mi cabeza.

— Es que aquí... No sé, es tan bacán. Te sentís...

— Libre. —Terminé su frase y subió sus ojos a mi cara.

— Si. De verdad. Es como si fluyerai de otra manera.

— Si... A veces se me olvida que me espera el mundo real a unos kilómetros más allá.

— ¿Y cómo te sientes con eso?

— Mmh... —Miré los detalles de su polera, pensando en mi respuesta. — Creo que asustada.

— ¿Por qué?

— Porque se me viene una etapa nueva. No es fácil hacer esa transición del colegio a la U... Siento que esas cosas se deben pensar tan detenidamente, por eso me gusta que la tía Roxi le haya obsequiado tiempo con el año sabático a la Palo. Me hubiera gustado que mi mamá me lo permitiera.

— ¿Y no haz pensando conversarlo con ella?

— Si. Lo hice... Muchas veces. Pero no hubo caso. —Él se acomodó en mi misma posición para quedar a una altura parecida, poniendo su atención sobre mi. — Aunque, ¿sabís qué? Tengo miedo y todo, pero lo voy a hacer igual, entraré y me arriesgaré a conocer ese nuevo mundo, además en una carrera que me llama mucho la atención, así que sé que podré sacar provecho de eso.

Summer love [chilensis]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora