— ¿Cómo amanecieron los pollos? —Preguntó la tía Marce en cuánto nos vió a todos bajar a la misma vez.
— Bien, gracias. —Contestamos.
— Con una sed que no se imagina, tía. —Le respondió la Palo, pasando directamente a la cocina en busca de un vaso de agua.
— Que no, si te tomaste hasta el agua del florero. —La molestó el Mateo, sentándose en la mesa que ya estaba puesta.
— Permiso. —Dije antes de sentarme al lado del Mateo, quién me guiñó un ojo sutilmente mientras sonreía.
— A donde la viste, yo no tomo, no le crea tía. —Respondió su prima, haciendo que los tres más jóvenes nos rieramos de su descaro.
— Tendré que creerle entonces.—Dijo la tía Marce sonriendo mientras se servía agua en su tazón. — Yo supongo que las palomitas no mienten.
— No pues. —Sonrió la Palo con orgullo cuando llegó al comedor, sacándole la lengua al Mateo antes de sentarse junto a su tía.
— ¿Y les gustó la sorpresa a los chiquillos? —Preguntó mirándola.
— Si. Hubiera visto los ojitos de la Denise... — Contestó embobada. —Y del Pipe. —Se apresuró en agregar. La Coni y yo nos miramos divertidas.
— Aww, que bueno. Deben sentirse agradecido de tener amigos como ustedes. —Les sonrió y luego nos miró a mi y a la Coni. — ¿Y ustedes niñas?, ¿cómo han sido estas semanitas? Sean totalmente sinceras, que créanme que sé como pueden ser de insoportables estos dos.
Me reí.— No, para nada. De verdad que han sido las mejores vacaciones que he tenido en mi vida. —Respondí con una sonrisa sincera y sentí como me pasé a ruborizar sintiendo la mirada del Mateo sobre mi. — Y me siento super agradecida de que usted nos haya recibido. —Enfaticé mi vista en su mamá.
— No hay de qué, yo con gusto. —Me guiñó un ojo. — ¿Y la Coni?
— Digo lo mismo, de verdad que muchas gracias por tenernos aquí.
— Que son tiernas. Gracias a ustedes por estar con aguantar a estos dos pajarracos.
Miré al Mateo y a la Paloma que estaban mirándose indignados por como los estaban infravalorando. La Coni y yo solo nos reímos.
Saqué un pan y le puse una rebanada de queso antes de llevarlo a mi boca, aprovechando que los demás estaban medios desconcentrados, porque cuando había un adulto en la mesa me daba vergüenza sacar comida que técnicamente no era mía.
— Hoy día que tengo libre podríamos hacer pizza, hace rato que no hacemos. —Sugirió la tía.
— Oh, si tía, porfa. —La Palo se tocó la guata con exageración.
— Se dijo y se hizo entonces. —Aplaudió la tía. — Podrías invitar a tus amigos también po, Mateo.
— El Pipe y la Denise están celebrando su cumple en familia.
— Ya, pero al Nachito po. Y al este... El, ¿cómo se llama?
— Al Joaco.
Enseguida sentí una incomodidad venir a mi.
— A ese. —Respondió la tía.
Eché una cucharada de azúcar en mi taza mientras a mi mente llegaban las palabras del Joaquín. Si bien no me habían afectado profundamente, habían provocado que su persona se transformara en algo que me produjera incomodad y eso no me agradaba. De todos modos, yo sabía que lo mejor era hacer como si él nunca me hubiera dicho esas cosas, sobre todo porque no me importaban ni él ni lo que pensara.
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Summer love [chilensis]
RomanceUnas vacaciones de verano junto a tus mejores amigas en la casa de la playa del primo de una de ellas pueden ser el motivo perfecto para encontrar un 'summer love', pero la Mila no anda en esa onda, además, un amor de verano ya sonaba utópico po, ¿o...