El catamarán siguió avanzando mientras el guía nos iba indicando las ubicaciones más destacadas de los alrededores y la mayoría íban hipnotizados por el paisaje que nos rodeaba a excepción de las parejas que se iban traspasando saliva como si no hubiera un montón de personas alrededor que podrían estar observándolos. Bueno, cada uno hacía lo que quisiera con su San Valentín, lo que era el mío, iba fascinado mirando el paisaje que seguramente ya había visto desde chico, pero parecía apreciarlo como la primera vez. Y me causó tanta ternura que sin querer sentí que las comesuras de mis labios subieron.
Un momento después se volteó a mirar al guía, pasando sus ojos fugazmente por mi cara y miré rápidamente hacía el agua.
— ¿Te gusta el paisaje? —Me preguntó.
Puse mis ojos en él.
— Si, mucho. El agua cada vez que nos alejamos se ve más preciosa aún. —Respondí de acuerdo a lo que había visto unos minutos antes.
— Me acuerdo que una vez —Se posicionó mirando al techo pensativamente con una sonrisa. — te dije que te traería a conocer para que pudieras ver lo bonito que era aquí.
Asentí con mi cabeza recordando ese momento.
— Si y yo te dije que a lo mejor nunca iba a pasar porque mi mamá no me iba a dejar.
— Si... —Me miró. — Pero está pasando.
— Si. —Sonreí.
Se quedó mirándome.
— Me gusta pasar tiempo contigo. —Habló asintiendo con su cabeza con una sonrisa simplona.
Sentí un cosquilleo en mi guatita. Y sabía que él lo estaba diciendo desde un ámbito amistoso.
— A mi también. —Admití, rogando por no ponerme roja, porque estaba sintiendo el calor subiendo a mis mejillas y ni siquiera sabía por qué.
Él alzó ligeramente sus cejas, quizás sorprendido por mis palabras.
— Es que a quién no. —Dijo después volviendo a su postura de egocentrismo fingido.
Puse los ojos en blanco y se rió.
— En realidad me gusta que te guste a ti también. —Volvió a su sonrisa genuina.
¿Mi corazón se estaba acelerando un poquito?
— Y me gusta que hayas podido conocer ésto. —Agregó.
— A mi igual —Desvié mi mirada al exterior. —, es muy lindo.
— Y me encanta que esa pareja de adelante se esté comiendo como si no hubiera un mañana. —Me susurró con sarcasmo. Hice una mueca.
Es verdad que se venían besando hace rato, pero había tratado de ignorar tanto la imágen como el sonido que hacían sus babas.
Se rió.
— A lo mejor después vai a andar así. —Me hueveó.
— No, nah que ver. —Negué rápidamente con mi cabeza. — Respeto que a los demás les pueda incomodar.
— Mmh... En realidad eso lo sabrás cuando pase. —Se encogió de hombros. — No escupai pal cielo, que te puede caer en toda la cara.
— A dónde saliste tú. —Le pegué un empujón en su brazo y me reí. — Andai terrible hoy.
— Pensé que te gustaba mi compañía. — Acotó actuando indignación.
— Ya no sé si tanto. —Alcé mis cejas despectivamente en broma.
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Summer love [chilensis]
Любовные романыUnas vacaciones de verano junto a tus mejores amigas en la casa de la playa del primo de una de ellas pueden ser el motivo perfecto para encontrar un 'summer love', pero la Mila no anda en esa onda, además, un amor de verano ya sonaba utópico po, ¿o...