El cielo parecía morado, aún había cierta luz que hacía que no se volviera por completo oscuro y se veía tan lindo.
— Aló. —La voz de la Paloma hizo acto de presencia en cuánto se escucho la puerta de la pieza abrirse.
Ladeé mi cabeza para mirarla y la Coni que estaba a mi lado admirando la noche igual que yo, alzó las cejas de forma interrogante.
— Está listo abajo, vamos a comer. —Avisó, mirándome con cautela.
— Vale, —Dí un respiro y me separé de la ventana. — vamos.
La Palo se quedó un momento detenida y luego se salió de la puerta para acercarse a mi.
— ¿Te sentí' mejor? —Me tomó con cuidado de los brazos.
— Si, Palo. No es nada tan grave. —Le hice una mueca relajada.
— Claro y cómo tu eres un roble sin sentimientos. —Me miró con una burla apenada y me abrazó. — Ya se va a pasar.
— Si sé.
— Está triste. —Se separó para mirarme y referirse al Mateo. — Intenté que pudiera disimularlo mejor para cuando el tío le de la "sorpresa" — hizo comillas con sus dedos. —, pero aún así anda con cara de perro perdido, igual que tu.
Solté una leve risa y moví los músculos de mi cara para relajar mi expresión.
— ¿Ahí si?
— Ajá.
La Coni se unió a nosotras y bajamos las escaleras. Lo primero que vi, fue al Rodrigo que hablaba de forma cómplice con su papá a un lado del comedor, mientras el Mateo ayudaba a la tía Marcela a dejar la mesa lista y servir.
— Ahí están. —La tía Marce sonrió. — ¿Se siente mejor la Mila de la guatita?
— Si, si. Gracias. —La miré con amabilidad.
— Ya, siéntense que está listo. —Nos señaló la mesa y se fue a la cocina.
Me acerqué y observé al Mateo, que estaba con los ojos fijos en algún punto muerto y cuando alzó su mirada, se encontró con la mía.
— Vas a poder. —Modulé en silencio.
Me miró con atención y asintió con su cabeza. Me crucé a través de la mesa para sentarme al otro lado y aproveché la oportunidad de rozar su mano y apretarla levemente, antes de avanzar hacía mi asiento. Él la afirmó un segundo y luego, seguí mi camino.
— Bueno, bueno. —Habló el tío cuando estuvimos todos sentados. — Como pueden ver, está bien rica la cena, así que buen provecho. —Nos miró con una sonrisa.
— Si, se las mandaron. —Agregó el Rodrigo, regalandole una mirada de agradecimiento a su hermano.
— El Mateo, como siempre, tiene un don en sus manos para la comida. —Su mamá habló sonriente, como si estuviera apunto de soltar algo.
Lo que ya todos sabíamos.
— Lo sé. —El tío asintió con la cabeza, luego de probar un bocado. — Y por eso, agradeciendo también la presencia de las chicas, que sé que van a estar felices por su amigo...
Tragué saliva y miré de reojo al Mateo, el cuál estaba tenso, apenas afirmando el tenedor con su mano.
Estaba nervioso. Muy nervioso.
— Te tenemos una sorpresa, hijo.
Nos miramos entre nosotras con las chicas y luego al protagonista de la situación, que estaba levantando su cabeza para mirar a su papá.
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Summer love [chilensis]
RomantizmUnas vacaciones de verano junto a tus mejores amigas en la casa de la playa del primo de una de ellas pueden ser el motivo perfecto para encontrar un 'summer love', pero la Mila no anda en esa onda, además, un amor de verano ya sonaba utópico po, ¿o...