so it goes ౨ৎ the vampire diaries

➛ 46. andrea and lynn

Lia se encontraba sentada en el sofá de la sala de Klaus, observando como él pintaba un lienzo con concentración. Sus labios se apretaban ligeramente con cada trazo que daba.

Le gustaba verlo en esos momentos. Se veía muy tranquilo, lo que era raro en alguien como él. Y verlo tranquilo le daba paz, lo que era raro en alguien como ella. Así que solo hacia eso; mirarlo desde el sofá con una muy discreta sonrisa.

━━ Me observas demasiado ━━ Nik rompió el cómodo silencio que reinaba en la mansión, sin mover la cabeza para mirarla.

Ella sonrió ━━ Te admiro ━━ lo corrigió.

━━ Eres aterradora.

━━ Eres muy lindo.

Los labios del rubio se curvearon levemente, tratando de reprimir la sonrisa que amenazaba con salir. Los trazos de su pincel se fueron haciendo cada vez más lentos.

De pronto, el pincel cayó al suelo. Lia apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando lo tenía en frente, tirando de ella para levantarla del sofá y sostuvo su rostro para lanzarse a besarla.

Klaus tenía dos formas de besarla. Había días en los que se ponía en modo cachorro y la besaba como si fuera un niño de catorce años lleno de amor y ternura. Después estaban esos días, donde le gustaba poner algún tipo de dominio y, como Lia le decía, demostrar que él tenía el control. Ese día era ese día.

Las manos del híbrido se dirigieron a sus caderas, así que Lia llevó las suyas hasta su cuello, acariciando de a momentos su cabello. Había aprendido que a Klaus le gustaba que tocaran su cabello.

La Gilbert no entendió porqué de repente él comenzó a moverlos lentamente, pero tampoco le importaba mucho. Su mente se nubló por completo. Pero supo lo que quería hacer cuando Klaus se separó del beso por breves segundos que usó para sentarse en el sofá y luego volver a tomarla por las caderas para obligarla a sentarse a horcajadas de él. Y, una vez más, atrapó sus labios en un beso acalorado. Las manos del hombre comenzaron a moverse por cada parte del cuerpo al que tenía acceso, moviendo un poco su blusa para meter sus manos por debajo y así hacer contacto directo con su piel.

En algún punto, se convirtió en una lucha silenciosa sobre quien ganaba el dominio. A Lia no le agradaba subirle aún más el ego, así que se esforzaba en besarlo con la misma intensidad que él.

Cuando se tornó complicado, Lia se apartó del beso y, tirando de su cabello rubio, lo obligó a llevar su cabeza hacia atrás y así ella podría tener libre acceso a su cuello, donde comenzó a distribuir besos por toda la zona.

Klaus dejó escapar un gruñido y llevó una de sus manos hasta el cabello de Lia, el cual tironeó ligeramente, pero la dejó continuar por unos segundos.

La dejó hacer lo suyo hasta que decidió que ese no iba a ser un juego que ella iba a ganar. La empujó suavemente para apartarla y se apresuró a quitarle su chaqueta de jean. Solo tenía puesto una camiseta básica sin mangas, así que solo le bastó con mover un poco la tira de esta para poder besar sus hombros.