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Siempre había pensado que era un alma libre, no me gustaban los compromisos, nada de eso era de mi interés ni nada parecido, siempre decía que nunca me iba a casar ya que veía el matrimonio como solo una cuerda a la que te atabas, pero sabía que en algún momento tendría que hacerlo por las buenas o por las malas, siempre intentaron comprometerme con alguien, siendo solo una perdida de tiempo por que estaba enfocada en mis entrenamientos, todo lo que no tuviese que ver con eso, no era de mi interés.
Supe desde el momento en el que pensé el desembarco algo iba a cambiar y así fue, no sabía si el cambio fue para bien realmente, me enamoré de cuatro hombres totalmente prohibidos, planeaba convertirme en reina y muchas cosas más.
Aun me encontraba procesando el hecho de que iba a casar con Aemond, el día que me lo propuso me tomo por sorpresa, el era igual que yo, un alma libre, enfocados solo en los entrenamientos y así, sabia que el me amaba y yo al él, solo esperaba que esta unión no cambiara nada entre nosotros...ni con los chicos.
−Daenys, me estas escuchando? −pregunto Alicent sacándome de mi ensoñación, tenía una expresión de preocupación en su rostro.
−si, lo siento, solo estaba pensando−dije con una sonrisa despreocupada, ella correspondió con otra más tranquila− ¿qué me decías?
−te comentaba que hablamos con tu padre y decidimos que tu boda será dentro de tres meses−dijo con una sonrisa soñadora, ella estaba encantada con la boda.
−no será demasiado pronto, no creo que se pueda organizar todo en tres meses−dije frunciendo el ceño, era muy poco tiempo para todo.
−si partimos desde ahora, alcanzaremos y haremos todo a tiempo−sabía que mi expresión no demostraba felicidad, su sonrisa se desvaneció de a poco−¿qué sucede cariño?..¿ya no te quieres casar con Aemond? ¿Es eso?
− ¿que? Noo!! −exclame un tanto fuerte, asustándola por la acción−es solo que...nunca pensé que me casaría y todo me tiene un tanto estresada por que no se nada cerca del matrimonio, no se si seré una buena esposa, una buena madre y no quiero que con el tiempo el...deje de amarme y no convirtamos en uno de esos matrimonios donde no hay amor...no quiero terminar como madre si el decide casarse con otra mujer−dije con los ojos aguados, el matrimonio era un tema un tanto delicado para mí.
Ella me miro con tristeza y me abrazo, me permití derramar todas las lagrimas que tenia retenidas, ella sabia que cuanto me afectaba el tema de mi madre y de su matrimonio con mi padre, se separo y vi como miraba detrás mío.
−déjame a solas con ella madre−escuche decir a Aemond, él había escuchado la conversación, ella me miro con una sonrisa tranquilizadora mientras salía.
Me limpié las lagrimas como pude, pero no dejaban de salir, sentí sus pasos acercándose y como puso su mano en mi espalda baja, yo no me contuve y lo abracé siendo recibida por sus brazos.