Cap.38

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Acariciaba delicadamente el cabello de Aemma, me había comentado que no podía dormir así que deje que durmiera conmigo mientras le acariciaba el cabello, aún no podía creer que tenía una hermosa hija, creí que si llegaba a tener un bebé formaría una linda familia, pero los dioses tienen otro planes lo cuales no involucran tener una linda familia.

-¿Podemos hablar Daenys?-preguntó Helaena desde la puerta, le di un asentimiento y con suma delicadeza me separé de Aemma.

Camine hasta la puerta donde me esperaba y comenzamos a caminar hasta llegar unas ventanas gigantes donde tomamos asiento, la visita de Haelena fue inesperada, no tiende a salir en la madrugada.

-¿y bien? ¿que sucede Haelena?-pregunté en susurro, estaba ansiosa.

-me acoste con una persona-soltó rápidamente-pero ambos estábamos borrachos y no sabíamos lo que hacíamos y creí necesario decírtelo, ya que es como una traición...

-¿con quien fue Haelena?-mi pierna temblaba ligeramente esperando su respuesta.

-fue con Jace, se que estuvo mal y me arrepiento tanto, ambos lo hacemos, traicionamos nuestros matrimonios, pero más importante, te traicionamos a ti-no quería creer lo que decía, pero Haelena nunca miente.

-no tienes por qué Haelena, deberías darle esa explicación a su esposa, no a mi y ahora si me lo permites, me retiro, ten una linda noche-y con eso me fui y el sentimiento de tristeza me acompañó.

No sabía donde me dirigía, pero no quería volver a la habitación con Aemma, no quería que me viera triste por un hombre que no sea su padre, sin darme cuenta me encontraba frente a la habitación de Aegon, lo medité un momento y golpeé la puerta, minutos pasaron y nadie habría por lo que me dispuse a darme la vuelta.

-Daenys, ¿qué haces aquí a estas horas?-cuestionó desde el umbral de la puerta.

-no lo se, solo estaba caminando y llegue aquí, no quise molestarte.

-sabes que tú jamás me molestarías Daenys, adelante-y con eso entre a su habitación, seguía igual que antes, igual que esa noche.

-¿muchos recuerdos no? aquí fue donde todo comenzó-dijo con nostalgia, como han cambiado las cosas-¿porque estas aquí Daenys? y quiero la verdad.

-tu hermana se acostó con Jacaerys y se que no debería molestarme ni dolerme, pero no puedo evitarlo-comenté con lágrimas en mis ojos, el sin decir nada me abrazo.

Llore todo lo que necesitaba, lloré por todo lo que no había llorado y fue gratificante, y más por el hecho de que Aegon se encontraba conmigo, siempre pensé en que era Aegon para mi, se que lo amo y le tengo un gran aprecio aún que siempre peleemos y llegue a la conclusión de que es mi alma gemela, ambos nos complementamos mutuamente y no podemos estar lejos del otro, al principio pensé que lo nuestro iba a ser pasajero pero con el pasar del tiempo descubrí que no, que lo nuestro iba mucho más allá.

-gracias Aegon, realmente necesitaba esto-hablé con una sonrisa a pesar de que mi rostro seguía cubierto de lágrimas.

-no tienes que agradecerme Daenys, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea y que siempre voy a estar para ti-sus dedos limpiaban suavemente las lagrimas en mi cara, ambos nos mirábamos fijamente.

Aegon tenía un brillo en sus ojos que siempre con la luz de la luna resaltaba aún más, era atrayente para cualquiera que lo viera, parecían dos lagunas llenas de sentimientos escondidos que se ocultan en lo más profundo, ¿pero para mí? para mi era demasiado fácil descifrar qué sentimientos está atravesando o los cuales están escondidos, el me permite eso y me demuestra cuán puro es su amor por mi.

-¿por qué todo tienes que ser así Aegon?-pregunté frunciendo el ceño-podría haber sido feliz a tu lado, a pesar de todo, ambos nos amamos, pero aún así ahora estamos atados a unos matrimonios que no queremos y que nos impiden poder ser felices.

-Los dioses lo eligieron así, pero quiero que sepas Daenys que por más que esté casado con otra persona mi amor por ti es más grande y siempre estará, se que no he disuelto mi matrimonio, pero no es porque no quiera y quiero que lo entiendas, aún no es el momento para eso y tenemos mucho tiempo por delante y tantas cosas que realizar antes de poder ser felices, pero siempre ten presente que mi amor por ti sigue intacto y eso nunca va a cambiar.

Nos fundimos en un abrazo que expresaba todo lo que sentíamos en el momento, Aegon siempre será una parte fundamental de mi y sin él yo no podría vivir.

(...)

Todos nos encontrábamos almorzando, la sala se encontraba en silencio y solo los cubiertos sonaban, Lysa se encontraba almorzando con nosotros por primera vez, algo que a nadie le gustó por la presencia de Aemma, ella no debía ver esto y Aemond lo sabía pero parecía no importarle.

-¿quien eres tú?-le pregunto Aemma a Lysa sorprendiendo a todos, incluyendo a la susodicha.

-Soy Lysa, una buena amiga de tu padre-contesto con una falsa amabilidad, yo por mi parte estaba tensa.

-¿y desde cuando los amigos se besan? tengo entendido que eso solo lo pueden hacer las personas casadas, como mamá y papá-me gire sorprendida a mi hija, ¿los había visto besándose?

-es que con tu padre somos amigos especiales, tenemos ese tipo de tratos ¿me entiendes?-contesto con burla.

-no creo correcto ni quiero que le expliques qué clase de relación tienes con Aemond, eso te lo puedes dejar para ti misma-conteste a la defensiva, todos miraban expectantes la situación.

-no hay necesidad de enojarse Princesa, al fin y al cabo ambas podrías ser buenas madres para la pequeña Aemma-y con eso todo se quedó en silencio y una rabia crecía en mi, Aemond parecía sorprendido por lo dicho.

-tu no serás madre de mi hija, ella tiene solo una madre y es Daenys, así que ni se te ocurra volver a decir algo así-contesto Aemond serio como siempre.

-pero Aemond ¿no crees que sería una buena idea que ella tenga dos madres a las cuales recurrir?

-llegas a tocarle un pelo a mi hija y te juro que nadie te vuelve a ver, suficiente te hemos soportado-mientras hablaba movía un cuchillo entre mis dedos en señal de amenaza.

-Sir James, podría llevar a Aemma a su habitación por favor-pidió Nyra y el sin oponerse lo hizo.

-Bien, ahora que la pequeña se fue hablemos como se debe, partiendo por el hecho de que no porque seas la Amante de Aemond tiene autoridad aquí y puedas usar el título de madre con Aemma, eso si que no te lo voy a permitir-prosiguió Rhaenyra con molestia.

-Princesa no fue mi intención molestarla con mis palabras, pero realmente le tengo cariño a la pequeña y dada la situación con Aemond sería un título que podría ocupar también-comentó con una falsa desilusión.

-Te matare maldita zorra, no le tocarás ni un pelo a mi hija y no te autoproclamaras como su segunda madre-dije avanzando a paso rápido hacia ella, nadie hacía nada, ni siquiera Aemond.

La tome del cabello y la tire al suelo y comencé a arrastrarla, le daría su merecido, todos nos seguían mientras ella pedí que la soltara, pero había cruzado la línea, nadie se metía con mi hija, los sonidos provenientes de mis dragones la alertaron aún más, pero no iba a dar mi brazo a torcer.

En cuanto llegamos frente a mis dragones todos la rodearon y esperaban mi señal, ella no podía moverse ya que mis dragones le gruñían, Viserion con una punta de su garra le hizo un gran corte en la pierna abriéndola y logrando que chillara más fuerte, los cuarto me miraron al mismo tiempo esperando lo señal.

-Dracarys-dije bajo, pero ellos entendieron y sin esperar más la quemaron, su gritos se intensificaron hasta que su cuerpo desapareció y con eso todo se quedó en silencio.

-Esto pasará con tus putas desde ahora en adelante Aemond y por ningún motivo quiero que las traigas al castillo, mi hija no merece ver eso-le dije firme y sería mientras lo veía, sin esperar más camine de vuelta hacia el castillo, sentía como algo se removía en mi y no sabía si era bueno o malo, pero desde ahora, todos aprenderán a respetar a Daenys Targaryen.

°[𝑨𝒆𝒕𝒆𝒓𝒏𝒖𝒎]° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora