¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Había viajado hacia Piedra de las Runas a visitar la tumba de mi madre, la extrañaba y desde que fui a King's landing no he podido visitarla, asique aquí me encontraba, frente a su tumba, le había dicho a mi padre si quería acompañarme pero había dicho que no, siempre supe que mi padre y mi madre nunca se habían llevado bien, pero ella fue su esposa y esperaba que lo hiciera por eso, pero al parecer no le importaba nada que tuviera que ver con mi madre.
−sabes madre, hay unos chicos que han entrado en mi vida, me han hecho sentir muchas cosas en el tiempo que llevamos juntos, no sabría como explicarlo por que con cada uno son cosas distintas, son personas prohibidas madre, dos de ellos están comprometidos y uno casado, tres de ellos son menores que yo y no sé qué hacer, están despertando cosas en mi que estaban muy ocultas, estoy dejando que entren en mi vida y eso es peligroso para mí, para ellos, para todos, pero ya no quiero parar, dudo que pueda−hable, en cierto punto comencé a llorar−se que dije que no iba a sentir culpa, y no la siento, pero si siento arrepentimiento y siento que debo parar, y eso tratare de hacer, me alejare de todos y los dejare ser felices, por que conmigo nunca lo serán.
Seque mis lagrimas y me pare, había anochecido pero no tenía hambre, tenía miles de pensamientos dando vueltas en mi cabeza y necesitaba distraerme, recordé lo que me conto Rhaenyra que hizo cuando joven, se había acostado con Sir Criston para distraerse, se que no es la solución ni la forma correcta, pero tal vez me serviría para despejarme, al menos solo un rato.
Había un guardia que cuidaba del castillo, era guapo y unos años mas grande que yo, tal vez podría seducirlo, lo vi fuera de mi puerta ya que era el encargado de cuidarme, asique me acerque a él.
−que tal Sir James? −me acerque con cautela a él, con ambos brazos entrelazados en mi espalda.
−todo bien princesa, gracias por preguntar−dijo sin cambiar su postura, se encontraba serio, pero mirándome.
−tengo una pregunta para usted Sir−hable alzando una ceja.
−pregunte lo que quiera princesa−dijo, sin moverse y alzando su mirada.
−usted haría lo que fuera por mi Sir? −pregunte acercándome despacio a él, con una mirada seductora.
−claro que si princesa−respondió removiéndose por mi cercanía.
−lo que sea? −pregunte, quería ver hasta donde podía llegar.
−si princesa, lo que sea−dijo manteniendo su mirada fijamente en mí, podía apreciar un brillo en sus ojos.
−podría acompañarme a mi habitación Sir? −dije mientras abría la puerta de mi habitación.
−no sería lo correcto princesa−dijo, sería más difícil de lo que creí.
−es una orden−hable más seria, él lo pensó un poco y entro, cerré la puerta detrás de mí con seguro−tome asiento Sir.
El se sentó en un sofá que se encontraba frente a mi cama, yo me acerque lentamente hasta estar entre sus piernas.
−que hace princesa? −pregunto por mi cercanía, se notaba nervioso, me recordaba a Luke.
−usted dijo que haría lo que sea por mi Sir−le recordé tomando su rostro entre mis manos−necesito que me distraiga.
−temo que no puedo ayudarla princesa−dijo tratando de pararse, pero lo empuje nuevamente al sofá, sentándome en su regazo.
−por favor Sir, solo usted puede ayudarme en este momento−dije moviendo mis caderas de adelante hacia atrás, viendo como cerraba los ojos y soltaba un suspiro, tomé su rostro entre mis manos acercando mi rostro al de él.
−princesa esto n-no esta bien, no es lo correcto−dijo entre suspiros, cedería ante mí, lo podía notar.
−a mi nunca me ha importado que es lo correcto Sir, asique esta noche hagamos lo que se nos dé la gana−dije en susurro uniendo nuestros labios en un ardiente beso.
Esa noche ambos nos unimos, sucumbimos en el pecado, disfrutamos de la caricia del otro, lo que hicimos estuvo mal, pero se sintió tan bien, que lo volveríamos a repetir, solo esperaba que esto me ayudara.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me encontraba en la Fosa con mis niños, había vuelto a King's landing hace una hora mas o menos, cuando llegue mi padre me recibió en la Fosa, hablamos un momento y él se retiró dejándome sola con mi dragones, se acercaba la hora de la cena por lo que me dirigí a mi habitación a tomar un baño.
Una vez lista me dirigí al salón, entre y tome asiento al lado mi padre, Jace, Luke, Aegon y Aemond quedaron frente mío, los cuatro me miraban enojados, no sabía el por qué pero los ignore.
−Daenys cariño−me llamo Rhaenyra, su cara tenia una mueca , se veía la confusión en su rostro−que tienes en el cuello cariño?.
−Porque lo dices?
−tienes algo morado en el cuello cariño−dijo Rhaenyra, ambas y nos miramos y entendimos a que se refería, era un chupetón hecho por James, por eso los chicos me miraban enojados, mi padre también se había dado cuenta, pero el solo se rio.
−debe haber sido un mosquito que me pico Nyra, no te preocupes−le dije, ella sabía que mentía, pero no podía decir la verdad, ella me miro diciéndome con la mirada que luego hablaríamos, yo solo le mande un asentimiento en respuesta.
Gire mi vista al frente viendo como los cuatro me miraban aun enojados, yo les levante una ceja interrogativamente, no eran nada mío, no podían quejarse, era libre de hacer lo que yo quisiera y con quien quiera, vi como Jace se levantaba de su asiento junto a Luke y se acercaban a Baela y Rhaena invitándolas a bailar, ambos con la mirada puesta en mí, sabía lo que intentaban, pero no les daría el gusto de verme celosa, por lo que solo les mande una sonrisa haciendo que se irritaran más.
Aegon por su parte solo comenzó a emborracharse y Aemond, pues él se mantenía serio, quería jugar un poco por lo que me levante de mi asiento y me acerque a él, el me miro cuando llegue y le tendí la mano invitándolo a bailar, dudo un poco, pero acepto, haciendo que soltara una sonrisa, ambos nos unimos a las parejas que se encontraban allí.
Bailamos, reímos y aunque no lo crean, hicimos el ridículo, en un paso ambos nos equivocamos y caímos, estallamos en risas, no nos importaba que los demás también estuvieran riendo o que opinaran algo, en ese momento éramos solo nosotros.