Cap.35

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1 mes, 2 meses, 3 meses habían pasado desde mi pelea con Aemond, desde ese día no se volvió a ver a Aemond en el castillo, no sabía nada de el ni su paradero, tampoco pedí que lo buscaran, desde ese día era solo yo y el bebe, pero esta vez complet...

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1 mes, 2 meses, 3 meses habían pasado desde mi pelea con Aemond, desde ese día no se volvió a ver a Aemond en el castillo, no sabía nada de el ni su paradero, tampoco pedí que lo buscaran, desde ese día era solo yo y el bebe, pero esta vez completamente.

Cuando desperté ese día los maestres me informaron que gracias a mi buena salud y alimentación él bebe se salvó, me pidieron que no me estresara de mas y que siguiera comiendo sano porque no habría una segunda oportunidad para el bebe si ocurría algo parecido nuevamente.

En este momento me encontraba almorzando con la familia, todos hablaban animadamente y se veían felices, Rhaenyra y Alicent se reían, mi tío hablaba con mi padre sobre unos temas sobre los peldaños de piedra, Helaena hablaba con Baela y Rhaena sobre insectos y por último Jace, Luke y Aegon se encontraban escuchando atentamente lo que sus esposas hablaban.

Yo acariciaba mi estomago con una leve sonrisa, pensaba en como cambiaron las cosas este último año, nunca había pensado en que terminaría casa y menos con Aemond, siempre pensé en lo mas profundo de mi mente y corazón que terminaría casada con Aegon, pero no todo pasa como uno lo piensa, al pensar en Aegon sentí una pequeña patadita que me hizo soltar un pequeño grito de la impresión, en estos 8 meses en ninguno momento había sentido esto.

− ¿Daenys que sucede? −escuché preguntar a mi padre, su voz era un tanto lejana, sentí tanta felicidad que opacaba todo a mi alrededor.

−pateo−dije en apenas un susurro con lagrimas en mis ojos− el bebe pateo −solté nuevamente mirándolos a todos.

Alicent y Rhaenyra me miraban con ternura y un brillo en sus ojos, ellas sabían la emoción que estaba sintiendo en este momento, ellas habían pasado lo mismo con sus hijos y sabían que esta felicidad no se comparaba con nada.

−déjame sentir a ese pequeño dragón− dijo mi padre colocando su mano en mi estómago, sentí como nuevamente pateaba sacándole una enorme sonrisa a mi padre.

− ¿Cómo sabes que no es una niña? −pregunto Rhaenyra con burla hacia mi padre.

−puedo sentir que es un varón, no cuestiones mis métodos−todos nos reímos con el comentario de mi padre, nuestras risas cesaron cuando un guardia entro un tanto apresurado.

−Mi rey, príncipes y princesas− dijo el guardia haciendo una reverencia.

− ¿Qué sucede? −pregunto mi tío, tenia el presentimiento de que algo malo estaba por pasar.

−localizamos el paradero del príncipe Aemond su majestad−respondió el guardia, mi tío le dio un asentimiento esperando que continuara.

− ¿Dónde se esconde el bastardo? −pregunte levantándome, todos los ojos se giraron en mi dirección al oírme.

−el príncipe Aemond fue visto en el lecho de pulgas...en compañía de una mujer−esas palabras se clavaron como puñal en mi corazón.

Un dolor se esparció por todo mi cuerpo obligándome a encorvarme, sentí como un liquido se deslizaba por mi pierna, lentamente corrí mi vestido así logrando ver un pequeño charco de sangre a mis pies.

El primero en acercarse fue mi padre el cual me ayudo a no caer al suelo por el dolor, escuchaba a los demás gritar que fueran a buscar a algún maestre mientras mi padre me sostenía.

Cuando volví a estar consciente de mi alrededor solté un fuerte grito alarmando aun mas a todos, con ayuda de mi padre caminé hacia mi habitación donde las sirvientas preparaban la cama para el parto, mi padre lentamente me recostó en la cama dejando que las sirvientas se encargaran de lo demás.

Vi como el maestre entraba con toda mi familia detrás, el esperaba a que las sirvientas estuvieran listas para comenzar.

−papa acércate

− ¿Qué sucede? −pregunto preocupado.

−quiero que busques a Aemond y lo traigas aquí, por favor−pedí como pude, todo mi cuerpo dolía.

−está bien, todo lo que tu quieras−había una sonrisa preocupada en su rostro.

−otra cosa más...quiero que Aegon y Jace estén aquí conmigo si es posible.

−se los comentare, tú sabes que eso es elección de ellos.

Asentí lentamente, el maestre le pidió que se retirara ya que era el único que se encontraba dentro, las puertas se cerraron en cuanto salió, unos minutos después la puerta se abrió nuevamente mostrando a Aegon y Jace los cuales se acercaron rápidamente a mí.

Ambos me sostuvieron de la mano, cada uno estaba a mi lado, el maestre me pidió que comenzara.


Ya había pasado demasiado tiempo y no había pasado nada, me estaba comenzando a asustar, sabía que si no pasaba nada dentro de unos minutos tendría que elegir, y sabía cuál sería mi decisión, pensé en todo lo que he vivido, todas las cosas que hic...

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Ya había pasado demasiado tiempo y no había pasado nada, me estaba comenzando a asustar, sabía que si no pasaba nada dentro de unos minutos tendría que elegir, y sabía cuál sería mi decisión, pensé en todo lo que he vivido, todas las cosas que hice, a cuanta gente arruine, hubiera seguido pensando, pero la voz de Jace me interrumpió.

−el maestre dice que falta poco, necesitas pujar un poco más, sé que tú puedes Daenys−el y Aegon no se habían separad de mi en ninguno momento y me sentía realmente bien con eso.

Hice lo que me pidió y luego de unos minutos escuchamos un llanto...era el llanto de mi bebe, me permití descansar un poco mientras veía como limpiaban al bebe, cuando estuvo un poco mas limpio lo acercaron a mí, en cuanto lo tuve en mis brazos una tranquilidad y felicidad me invadieron completamente, había dejado de llorar y me miraba con sus hermosos ojos, super inmediatamente que era una niña, era mi pequeña....

Pronto toda mi familia entro apurada, no les preste atención, estaba hipnotizada con la pequeña que se encontraba en mis brazos, por fin la tenía entre mis brazos.

−les presento a Aemma Jaehaera Targaryen−dije viéndolos con una sonrisa.

No me había percatado de la presencia de Aemond hasta que salió detrás de mi padre, todo rastro de felicidad desapareció, todos notaron mi expresión y optaron por salir y dejarnos solos, trataron de llevarse a Aemma, pero no se los permití.

Una vez todos afuera, Aemond se acerco lentamente a la cama y se sentó, no quitaba su mirada de Aemma, estuvo un momento así, sentí que no diría nada por lo que iba a hablar yo, pero el me interrumpió.

−Lo siento..........

°[𝑨𝒆𝒕𝒆𝒓𝒏𝒖𝒎]° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora